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Roles ineficientes y falta de consensos


Chile, por su historia, geografía y diversidad, tiene la obligación de trabajar estratégicamente en base a consensos, sobre todo en materia de desarrollo rural y, específicamente, silvoagropecuario.



Dificultad de conversar y negociar entre diferentes actores del proceso, lejanía entre los centros del poder y las regiones y, sobre todo, distintas realidades de las regiones entre sí, dificultan someter a un país entero a una sola política o estrategia nacional.



A esta dificultad de heterogeneidades integrales, se suman roles ineficientes, de actores e instrumentos importantes, como son los partidos políticos, las políticas de descentralización, las instituciones públicas y privadas y las organizaciones de representación.



Cada comuna rural debería tener una mesa de participación donde estuvieran las instancias indicadas, discutiendo la comuna, sus problemas, sus prioridades y sus soluciones.



En la realidad, esta instancia se ha tratado de institucionalizar en la mayoría de las municipalidades rurales, desgraciadamente sin mayores éxitos. Lo que pasa es que no comparecen los partidos políticos, que suelen no sentarse en una misma mesa. No comparecen las instituciones militares y de orden, porque no acostumbran a coordinarse con los civiles. No comparecen los empresarios, porque no se relacionan con los partidos políticos. Por parte de los dirigentes de organizaciones de base, la mayoría no están al tanto de las políticas de gobierno y las normativas vigentes.



En definitiva, aún cuando hay institucionalidad, programas y normativas para participar y ejecutar proyectos de desarrollo local, faltan algunos elementos esenciales para ponerse a trabajar en conjunto y en base a metas y objetivos comunes. Concretamente tres. El primero, la confianza, sobre todo en los partidos políticos y en las autoridades de turno, municipales y de gobierno. Segundo, un mínimo conocimiento básico de educación cívica, ausente hoy día hasta en los profesores de escuelas rurales. Y tercero, actitud. Actitud de todos frente a todos. Confianza en sí mismo y deseos de trabajar por algo que concierne a todos.



Hoy día, en el año 2006, todavía muchos de nosotros, esperamos que el Alcalde que elegimos, sea bueno y «nos desarrolle la comuna». Muchos de nosotros consideramos que nuestro partido político es el mejor y que si nos juntamos con otros partidos políticos «nos pueden robar la idea», siendo la verdad que muchos de ellos no tienen propuestas que hacer. Muchos de nosotros creemos que el control en el consumo de drogas es responsabilidad de los carabineros, y no de nosotros, que somos los padres de los consumidores. Muchas veces somos dirigentes de juntas de vecinos y no sabemos como se logra un subsidio habitacional para nuestros representados.




El desarrollo rural, y específicamente dentro de él, el desarrollo silvoagropecuario, partirá en forma estable y equitativa, cuando cada unidad territorial homogénea tenga constituida una mesa de trabajo con los actores más relevantes, mínimamente preparados y, sobre todo, de acuerdo en las metas, programas y estrategias, con actitudes y confianzas positivas.



En síntesis, un trabajo de consenso.



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Hugo Ortega T. Director de la Escuela de Ingeniería en Agronegocios. Universidad Central

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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