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Democracia y aborto


Consultado Abraham Lincoln sobre la esclavitud señaló:»Podrá ser moralmente incorrecto, pero no es inconstitucional».



Pues bien, considerando los últimos hechos vinculados al tema del aborto, podríamos señalar que el problema del proyecto de ley que despenaliza el aborto en Chile -declarado inadmisible por la Cámara de Diputados, iniciado en moción de los diputados Enríquez-Ominami y Alinco- es que éste no sólo es inmoral, pues atenta contra la vida de seres indefensos e inocentes, sino que, además, es inconstitucional.



En efecto, nuestro Código Político garantiza el derecho a la vida de todos, incluso, la del que está por nacer y, además, en virtud del inciso segundo del artículo 5ÅŸ son ley de la República los Tratados Internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes como el Pacto de San José de Costa Rica que mandata a los Estados a respetar la vida desde la concepción, no desde la »gestación» como algunos han comenzado a decir.



Por lo tanto, resulta inoficioso discutir en este contexto una moción que al final del camino se encontrará con la sanción de inconstitucionalidad, por lo cual, sus autores deberían presentar una reforma constitucional para debatir el tema. Sin perjuicio de ello, nos preocupa el fondo del problema, esto es, los miles de abortos clandestinos que se practican en Chile.



La idea es abordar esta realidad enfrentando sus causas que son la marginalidad, la sexualidad precoz que conduce a los embarazos no deseados, la falta de valoración del don de la vida y ese doble estándar que por un lado dice no al aborto y, por otro, cierra las puertas a las mujeres que optan por la vida. En razón de ello, un grupo de parlamentarios pediremos una sesión especial de la Cámara de Diputados para discutir sobre el aborto con el objeto de buscar soluciones que ataquen las causas y no una solución formal como es pasar de la clandestinidad a la legalidad del aborto. Sin embargo, hoy no es el momento, pues la atención se centra, y con justa razón, en la corrupción, y por lo tanto, no parece oportuno hacer »zapping» para evitar hablar de un tema que a algunos incomoda sobremanera.



El proyecto político llamado Concertación nació para defender los Derechos Humanos y en su seno han podido convivir el humanismo cristiano con el laicismo, por lo que sería una contradicción apoyar la despenalización del aborto, atentando así contra el sustrato básico de la coalición que es la unidad basada en la diversidad.



Una Democracia basada en un relativismo moral no garantiza nada. La Democracia que queremos para Chile, es una con contenido, con valores no negociables, donde el derecho a la vida es el primero de todos , de lo contrario, mudaremos la libertad en libertinaje, la igualdad en igualitarismo y la fraternidad en un compadrazgo. Nuestro desafío hoy,es llenar de contenido a la democracia, hacerla inclusiva y no excluyente; abrir las anchas alamedas de la vida a todos y no cerrarlas y menos a los más indefensos de la sociedad.



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Jorge Eduardo Sabag Villalobos. Diputado de la República

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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