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La investigación agropecuaria


La necesidad de contar con una nueva institucionalidad agrícola, modernizar los instrumentos existentes para facilitar su uso oportuno y adecuado, se suman a la tarea de priorizar el interés por la investigación agropecuaria, buscando las forma de lograr financiamientos mayores y de largo plazo, sensibilizando a la sociedad y en especial al mundo político.



Los excelentes niveles de colaboración con entidades internacionales y las relaciones con las universidades de mayor prestigio nacional, hacen necesario perfeccionar sus capacidades de coordinación y construir un puente comunicacional inteligente que relacione de mejor forma a los productores y a la sociedad en su conjunto: Estado, Sociedad Civil y Mercado.



La apertura económica, globalización e integración regional, determinan nuevos énfasis para los procesos de investigación y su rol, los que son diferentes en intensidad y prioridad a los que se daban en las décadas 80 y 90, años que marcan el fin de los procesos de sustitución de importaciones.



La demanda actual se caracteriza por hacer posible el incremento de la productividad y agregar valor a los «commodities» agropecuarias. Ha existido un fluido intercambio de conocimientos y experiencias de la investigación en los principales rubros de cereales, oleaginosas y bovinos, la lógica de los investigadores científicos trabaja sin fronteras y favorece el intercambio de conocimientos.



El nuevo perfil de la investigación agropecuaria lo constituyen la atención sobre los recursos genéticos; biotecnología; recursos naturales y sostenibilidad agrícola; agroindustria y, desarrollo institucional. Esto último, principalmente demanda una fuerte prioridad para crear formas de trabajo y financiamiento que den respuesta a las demandas tecnológicas para responder a las demandas económica, ambiental y social.



Al mismo tiempo crece el interés por abordar las exigencias de competitividad de las cadenas agroalimentarias, salud ambiental de los agroecosistemas e inclusión social de la pequeña y mediana empresa (agricultura familiar campesina).



Los Acuerdos y Tratados Comerciales han obligado a pensar en una nueva arquitectura de la investigación agropecuaria, para responder a cada una de las exigencias que hace tanto el mercado nacional como los mercados externos para asegurar la calidad de los productos, su disponibilidad, proteger el medio ambiente y dar respuestas al desarrollo sostenible.



Los procesos de investigación deben seguir contribuyendo a mejorar la rentabilidad por la vía de la eficiencia haciendo mayor el valor de las exportaciones y la participación en el comercio mundial.



El INIA, las universidades que se encuentran trabajando desde hace años en la investigación, necesitan de un esfuerzo de todos los sectores, por actualizar y adecuar sus capacidades de manera de hacerlas compatibles con el nuevo escenario que crea lo que conocemos como globalización y en cuyo escenario la investigación es parte vital de los negocios.



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Leopoldo Sánchez. Director del INIA

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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