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2007, calentamiento global y el fin de una discusión


Durante décadas, científicos y expertos de todo el mundo debatieron sobre si el fenómeno de cambio climático y el calentamiento global que actualmente está viviendo nuestro planeta era un fenómeno natural producto de la evolución propia de la Tierra o causado por la intensa actividad humana, debido al creciente proceso industrialización de los últimos cincuenta años.



Esta discusión, sin embargo, llegó a su fin a principios de este año cuando el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), máxima autoridad científica en la materia, presentó a la comunidad mundial su cuarto informe. En él, la contundencia de las evidencias no dan cabida a la discusión: el hombre y el desarrollo industrial de las últimas décadas han provocado el aumento vertiginoso de las emisiones de los gases de efecto invernadero -aproximadamente un 70% entre 1970 y 2004-, acelerando e intensificando los procesos naturales de cambio climático y calentamiento global del planeta Tierra.



Y si bien los expertos y científicos no tienen una sola posición frente al tema, no es una exageración decir que la creciente evidencia científica con relación al calentamiento global, está poniendo en jaque la economía moderna del planeta. Hasta ahora, la evidencia indica que los países deben hacer cambios profundos en sus economías y patrones de consumo, de modo de limitar la liberación de gases de efecto invernadero y con ello el aumento de la temperatura de la Tierra. De otra manera, el impacto del cambio climático puede tener implicancias catastróficas para el planeta mayores a las ocurridas en los últimos años.



Es por ello, que la discusión y la pregunta que hay que hacerse ahora es otra. ¿Qué y cómo hacemos para revertir esta situación? Hasta ahora, la respuesta internacional al fenómeno del calentamiento global y el cambio climático ha sido el Protocolo de Kyoto.



Sin embargo, pareciera ser que este pacto no será suficiente. De hecho, tenemos serias dudas de que este acuerdo logre por sí solo revertir los crecientes trastornos climáticos y frenar el aumento de la temperatura del planeta. Esto, porque la administración Bush se ha negado sistemáticamente a firmar este acuerdo, siendo que Estados Unidos es el principal responsable del fenómeno emitiendo la tercera parte del dióxido de carbono (CO2) que se libera en el mundo. Su justificación inicial, la negación del cambio climático, hoy, dada la evidencia científica del fenómeno, el costo que implicará para la economía norteamericana la adopción de este acuerdo. Adicionalmente, economías emergentes como China e India están pasando a tener un papel relevante en las emisiones a nivel mundial.



Es por ello, que queremos hacer un llamado a la comunidad nacional e internacional, así como al sector público y privado, para trabajar conjuntamente y sin autoengaños en la reducción de los gases de efecto invernadero, impulsando nuevas estrategias de manera de garantizar los objetivos iniciales del Protocolo de Kyoto: la protección del planeta para las futuras generaciones.



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Paola Vasconi, coordinadora Programa Medio Ambiente. Fundación Terram

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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