Publicidad

Certificación para el desarrollo


Obtener un certificado que acredite aquello que han aprendido en la vida del trabajo, en la experiencia de adquirir y desarrollar un oficio es -sin duda- un sueño de muchos trabajadores y trabajadoras que no pudieron acceder a una formación técnica formal.



Son personas que saben -y muy bien- realizar aquel quehacer que les permite vivir y sacar adelante a sus familias; pero no tienen cómo acreditarlo. Darles una respuesta que les permita acceder a mejores trabajos -o a más salarios en la empresa donde ya están- era, por tanto, una tarea de Estado.



Por eso fue redactado un proyecto de ley, que hoy está en trámite en el Senado, que crea el Sistema Nacional de Certificación de Competencias, que identificará estándares de competencias para medir habilidades y destrezas laborales de las personas e instituirá el proceso completo de certificación.



Detrás de dicha iniciativa está también el esfuerzo de Chilecalifica y la Fundación Chile que, desde el año 2002 han desarrollado un plan piloto sobre la materia, el que ya ha certificado a más de 12.000 trabajadores y trabajadoras de los sectores de turismo, minería, construcción, agrícola exportador, vitivinícola, alimentos, metalmecánica, logística y acuícola-pesquero.



Esta es una de las acciones de Chilecalifica, iniciativa pública y triministerial que compromete a las carteras de Educación, Trabajo y Economía, y que está instalando un sistema de formación permanente en el país, para ofrecer a las personas la posibilidad de desarrollar trayectorias de formación permanente.



La mencionada certificación de competencias laborales reconoce oficialmente los saberes de los y las trabajadores/as luego de que superen una completa evaluación. Las experiencias desarrolladas en el piloto en marcha han sido exitosas, y demuestran que la gran utilidad de la certificación tanto para las personas como para las empresas. A las primeras les da el orgullo del reconocimiento de su oficio y la posibilidad de insertarse de mejor modo en el mercado laboral y en la sociedad. A las segundas, les permite saber con exactitud el nivel de sus trabajadores y demostrarlo en los mercados nacionales e internacionales.



En este trabajo de contribuir a dar posibilidades de mejorar sus oportunidades laborales, otra herramienta importante es la llamada Formación Dual. Idea nacida en Alemania, implica proporcionar al alumno o alumna una formación teórica y práctica que alterna dos espacios de enseñanza: la escuela y la empresa, la que se constituye, en forma sistematizada, en el segundo lugar de aprendizaje. Ambas colaboran en el proceso de formación y preparación de capital humano, en pro de lograr incrementos en la productividad de la micro, pequeña, mediana y gran empresa.



Aunque la Formación Dual fue instituida en Chile en 1992, desde la existencia de Chilecalifica ha tenido mayor desarrollo y relevancia. Hoy por hoy, son 221 los colegios técnicos que la aplican, lo que implica a 18.500 alumnos y alumnas. Por su parte, las empresas involucradas alcanzan ya a las 8.100 entre grandes, medianas y pequeñas.



Ambas iniciativas suponen la acción en conjunto del Estado con el mundo privado. Esta colaboración supone una manera diferente, integrada y moderna de ver la formación técnica y su relación con los mercados, que trae consigo progresos individuales y de las empresas. Por ende, del país en su totalidad.





____________



Ignacio Canales Molina. Director nacional de ChileCalifica

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias