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Siempre se puede saber un poco más


«Siempre se puede saber un poco más». La frase de la Presidenta Bachelet a propósito de las nuevas iniciativas del Gobierno en materia de derechos humanos recoge plenamente la experiencia chilena y de otros países.



En el caso de Chile, ha existido durante 17 años una postura permanente y sistemática, a veces vocinglera, otras subterránea, que se propone como objetivo cerrar el tema de los derechos humanos. Sus fundamentos han sido expresados de forma distinta: cicatrizar las heridas, reconciliarse, perdonar, reconstruir las relaciones con las Fuerzas Armadas, mirar el futuro. Mirar el futuroÂ… Como si alguien pudiera mirar el futuro sin ser dueño de su propio pasadoÂ…



Por fortuna, esa línea que busca impedir la verdad y paralizar la justicia, no ha tenido éxito en ninguno de los gobiernos de la Concertación. Hubo intentos de impulsarla y son de público conocimiento, pero nunca logró imponerse.



En otros países, como Argentina y Uruguay, por vías diversas, el cierre o «punto final» llegó a ser legalmente declarado. No obstante, la fuerza de los movimientos que luchan por la verdad y la justicia y el poder de la memoria histórica ha sido tal que se han abierto nuevos espacios, incluso cuando las posibilidades parecían inexistentes.



No cabe duda que, en nuestro caso, la actitud de permanente vigilancia de las organizaciones de derechos humanos ha sido el factor decisivo para evitar el «punto final», coadyuvadas por los abogados de derechos humanos, la rehabilitación ética del poder judicial, organizaciones como el Partido Socialista y el Partido Comunista y dirigentes y militantes de todas las fuerzas que forman parte de la Concertación o que se identifican con la izquierda no parlamentaria.



Pensemos por un instante qué hubiera ocurrido de haberse aprobado iniciativas legales que, desde comienzos de los años noventa, han pretendido, de modo subrepticio, poner un límite temporal a la investigación de la verdad y la aplicación de la justicia: podríamos hacer un listado de casos que simplemente se habrían perdido en el olvido, de hechos que hubiésemos ignorado, de culpables que, hoy condenados y presos, andarían libres por la calle.



«Siempre se puede saber un poco más». La frase presidencial es una reiteración del no al «punto final» y la reafirmación de una política que, en vez de acoger la amnesia colectiva, propone agotar los esfuerzos por la verdad.



* Jorge Arrate fue presidente del Partido Socialista.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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