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La política de los consensos


Una fotografía indica como la ciudadanía recibe a sus ex mandatarios y la actual Presidenta. No son precisamente risas y aplausos, sino más bien pifias y reclamos. Este podría ser un antecedente claro y fuerte ante la permanente ‘política de los consensos’ que vive nuestro país. Política que si bien puede sumar en ocasiones nos hace caminar hacía atrás.



Evaluemos. Para los temas de seguridad ciudadana se busca consensuar con la derecha, con la cual permanentemente se disputa la concertación; no sabemos sí el protagonismo o los avances en la materia. La clase política en Chile, da lo mismo ya la coalición, se cree visionaria y comprometida. Pero el problema no sólo radica en nuestros/as congresistas; sino también en el Gobierno mismo.



Hace años que escuchamos -desde que se termino la dictadura y se dio inicio a la ‘democracia’ – de cuales serían las materias prioritarias para el país. Reformar la Constitución Política, tener una Agenda de Derechos Humanos, Participación Política de las Mujeres, Reforma al Sistema Electoral; Voto Voluntario, Tratados Internacionales, entre otros temas.



En algunos se ha avanzado, en otros, absolutamente nada. Se anunció una agenda de derechos humanos que sólo se remitió a la creación de un Instituto Nacional de Derechos Humanos que no prosperó porque los consensos y/o negociaciones con la derecha no se alcanzaron, y por cierto los reparos frente el punto venían de las organizaciones que han dado una fuerte batalla sobre el tema. Ni hablar del sistema electoral, hubo acercamientos entre Gobierno y derecha; Renovación Nacional y Partido Comunista, etc, etc. Sin embargo, vemos a un ministro político como el de la Presidencia, José Antonio Viera Gallo, que promete y promueve movilizar la agenda de Gobierno y la verdad es que ésta camina a paso lento. Por otra parte, no son menores las declaraciones del vocero de Gobierno, Ricardo Lagos Weber quien sin pelos en la lengua reconoce que no habrá cambios al sistema binominal ni voto voluntario.



Cabe pensar ¿qué pasará con los acuerdos, tratados no ratificados por nuestro país? Un claro ejemplo es el Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional. Un tratado suscrito en la administración del ex Presidente Frei, actual Presidente del Senado y que no ha avanzado en lo más mínimo debido a los reparos que ha presentado permanentemente la derecha, pero aquí me detengo para decir que hay dos nuevos aliados: el diputado de RN, Maximiano Errázuriz y el senador de la misma tienda, Carlos Cantero, quienes tuvieron que ser invitados a La Haya donde reside la Corte para entender como funciona esta.



Hace semanas atrás, fue el propio Presidente del Tribunal Internacional que por segunda vez visitó Chile, la primera vez invitado por Corporación Humanas, quién sostuvo frente a parlamentarios y ministros que la «experiencia de Chile puede ser de gran ayuda en la CPI».



Se puede decir mucho más. No hay consenso en aprobar el cambio al régimen de sociedad conyugal, siendo que un caso emblemático fue llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, quedando el Gobierno chileno comprometido a una solución amistosa con Sonia Arce que hasta la fecha no se ha dado. Para que hablar de la ratificación del Protocolo de la CEDAW, esta herramienta puede dormir el sueño de los justos; no se conseguirá aprobar un proyecto que permita votar a los chilenos /as que viven en el exterior y segaríamos sumando.



La agenda político gubernamental se sigue moviendo sobre la política de los consensos ¿qué ganaremos de aquí al 2009?



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Fabiola Gutiérrez, Periodista Corporación Humanas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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