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Lo que se nos vino encima

La crisis ha llegado también a los llamados sectores del retail, grandes tiendas y supermercados que dan trabajo a cientos de miles de empleados. Este sector está afectado por una falta de liquidez porque sus ventas y flujos de caja han disminuido notablemente ya que a pesar de haber repartido…


Por Ernesto Benado*

Ya casi nadie se atreve a predecir el curso de la crisis mundial. Hay un consenso en que todavía no se ha topado fondo y que la reactivación del sector bancario en EE.UU. y en Europa no se está traspasando  a la economía real, es decir a la industria, el comercio y los consumidores .Se ha producido una gigantesca destrucción de riqueza que ha hecho más pobres o menos ricos a grandes sectores de la población, sin distinción de clases sociales. Unos han perdido lo invertido en acciones, otros al disminuir el valor de las propiedades y los trabajadores al  evaporarse sus fondos de pensiones y enfrentar la cesantía.

Al colapso de los grandes bancos de inversión Bear Stearns y Lehman Brothers se ha sumado en Diciembre la gigantesca estafa de Bernard Madoff que usando  un esquema Ponzi ha clavado en 50.000 millones de dólares a personas y bancos en todo el mundo. Un solo banco austríaco reconoce haber invertido 2 mil millones de dólares en Madoff. El sistema Ponzi consiste en un esquema piramidal en que se ofrece altos intereses  a los depositantes, atrayendo a gran cantidad de inversores. A los primeros se les pagan los intereses  con el dinero de los que van llegando y así sucesivamente. ¿Dónde está el dinero sobrante si es que lo hay? Las autoridades norteamericanas dicen que les tomará por lo menos 6 meses para aclarar las cuentas.

Los grandes países asiáticos, en especial China, India, Indonesia y Japón están reduciendo sus tasas de crecimiento y con eso bajan los precios del petróleo, del cobre, otros minerales y de algunos insumos alimenticios.

Lo que inevitablemente debe producirse es una importante devaluación del dólar estadounidense en relación a las principales divisas internacionales, pues ninguna moneda puede mantener su valor de intercambio imprimiendo papel moneda por trillones de dólares para  dar liquidez al sistema y para reemplazar la riqueza ya perdida.

A Chile le ha tocado, contra muchos pronósticos, una apreciable caída en el precio del cobre, aunque está a niveles que todavía Codelco y la gran minería privada pueden resistir y trabajar sin pérdidas. No es así para la pequeña minería y pirquineros que reclaman un subsidio estatal.

La construcción privada  se ha estancado, y varios cientos de miles de obreros enfrentan el desempleo. Las constructoras grandes se orientan  a la construcción de viviendas sociales financiadas con cargo al presupuesto nacional. Es posible que con un buen plan de infraestructura vial, extensión del Metro en Santiago y grandes obras de riego y centrales eléctricas de todo tipo, sumado a planes de empleo a nivel municipal, el bajón pueda sobrellevarse durante algunos meses de 2009.

La crisis ha llegado también a los llamados sectores del retail, grandes tiendas y supermercados  que dan trabajo a cientos de miles de empleados. Este sector está afectado por una falta de liquidez porque sus ventas y flujos de caja han disminuido notablemente ya que a pesar de haber repartido millones de tarjetas de crédito, la gente tiene miedo de endeudarse a tan altas tasas de interés. Además, imprevisoramente las grandes cadenas han hecho  inversiones en el extranjero. La falta de recursos se está haciendo notar en la paralización de la construcción del  emblemático Costanera Center de Cencosud .

Hay dos sectores  vinculados a la comercialización automotriz que enfrentan situaciones de insolvencia. En primer lugar están los vendedores de autos usados que  se posicionaron  recibiendo estos autos como gancho de venta  de autos nuevos en los años 2007 y 2008. La paralización de las ventas de autos nuevos y  el temor de los consumidores de contraer nuevos créditos para comprar autos usados, puede  provocar  el colapso de los grandes revendedores de autos.

Una situación tal vez peor enfrentan los vendedores de automóviles nuevos. Para mantener las representaciones de las marcas debieron comprometer  a principios de año  la compra de automóviles nuevos, haciendo importantes anticipos de dinero en divisas. Como se esperaba mantener una venta promedio cercana a los 200.000 autos nuevos en este año y en los meses del 2009, hay un sobre stock acumulado y sin financiamiento a la vista. Es posible que en los próximos meses se enfrenten al colapso varios de los importadores de automóviles.

Para la industria salmonera  afectada por un mal manejo  de la sustentabilidad sanitaria de  la industria se está implementando un plan de salvataje que tomará un par de años para recuperar los niveles de exportación.

El gobierno ha mencionado una nueva comisión para  vigilar la evolución del desempleo y se ha inyectado liquidez al sector bancario para  mantenerlo en funciones, aunque aún no se produce flujo crediticio hacia los sectores más frágiles: la pequeña y la mediana industria.

Hay un panorama negro para la economía nacional y aún no se vislumbran medidas serias de emergencia para evitar la profundización de la crisis económica.

Felizmente el gobierno ha abandonado la teoría del «blindaje» que aislaba a Chile de la crisis y empieza a cambiar de discurso hablando ahora de «prepararse para tiempos difíciles».

Los candidatos presidenciales no han  expresado sus planes económicos y tendrán que hacerlo muy pronto para mantener credibilidad en su real capacidad para dirigir el país frente a la tormenta que nos azota. Los consumidores  estaremos en alerta para defendernos de la crisis y para que  carteles y monopolios no exploten la situación en su exclusivo beneficio.

*Ernesto Benado es ingeniero, ex presidente de la asociación de consumidores, Conadecus.

 

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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