Desde el punto de vista político-electoral, las coaliciones y partidos seguramente ajustarán su agenda y estrategias para captar el voto juvenil-un voto difícil de captar por cierto. Temas de empleo, educación y uso del tiempo libre debiesen incorporarse con más fuerza al sistema político dado…
Por Claudio Fuentes S.*
¿Cómo será Chile con voto voluntario? ¿Estimulará este nuevo sistema la participación de millones de chilenos que hoy no están inscritos? ¿dinamizará las elecciones, estimulará la competencia y generará ganas de participar?
Antes de pensar en el país con voto voluntario, tenemos que advertir que existen una serie de normas y condiciones que deben satisfacerse antes del mes de mayo para poder contar con un nuevo sistema de votaciones. Una nueva legislación deberá abordar problemas tan prácticos como la forma en que se organizará el nuevo padrón electoral y se facilitará el registro de 4 millones de no inscritos. Adicionalmente, se deberán resolver temas no menores como la forma de incluir a personas chilenas que viven en el extranjero y que deseen ejercer su derecho a voto. Otra de las cosas que seguramente suscitará discusión es la obligatoriedad de participar en el proceso electoral como vocal de mesa. Si participar de las votaciones es voluntario, ¿puede el Estado forzarme a participar del mismo proceso al nombrarme vocal de mesa?
Pero, por el momento, supongamos que las respuestas a todas aquellas interrogantes son soluciones razonables y que en el mes de diciembre contaremos con un padrón electoral que logró constituirse con eficiencia. ¿Cuál sería entonces el efecto en el sistema político?
Lo primero que debe indicarse es que contrariamente a lo que se ha indicado en las últimas semanas, un sistema de inscripción automática con voto voluntario no favorecerá necesariamente la participación electoral. Seguramente observaremos una caída no muy pronunciada aún de participación electoral en esta elección presidencial. En los países donde existe voto voluntario, los niveles de participación electoral tienden a acercarse al 50% por lo que en Chile es esperable una disminución todavía mayor de participación en elecciones a los niveles actuales de participación.
Si el objetivo era estimular la participación electoral, lo que los legisladores debieron hacer es promover simplemente la inscripción automática. Allí hubiésemos observado un incremento en los niveles de participación efectiva.
Otros factores inciden en que Chile observe relativamente bajos niveles de participación electoral. La falta de competencia efectiva en el sistema electoral binominal desincentiva al electorado para participar del proceso político. Como es muy predecible quién obtendrá los dos asientos que se disputan en cada distrito, el interés por participar declina.
La segunda característica es que serán las personas con mayores niveles de educación las que participarán más del proceso electoral. Como en Chile educación y estrato socioeconómico están correlacionados, serán los sectores ABC1 donde se observarán mayores niveles de participación.
Desde el punto de vista político-electoral, las coaliciones y partidos seguramente ajustarán su agenda y estrategias para captar el voto juvenil-un voto difícil de captar por cierto. Temas de empleo, educación y uso del tiempo libre debiesen incorporarse con más fuerza al sistema político dado que son esos tres los temas que preocupan a la juventud. La juventud chilena es apolítica pero no significa que tenga visiones claras sobre temas centrales como el rol del Estado, valores y provisión de servicios y oportunidades por parte del Estado.
Eventualmente los partidos y candidatos presidenciales deberán rodearse de caras que le den un aire fresco a la política pues la conexión entre la generación de Piñera-Frei y las nuevas tiende a ser baja. En definitiva, la existencia del voto voluntario no producirá automáticamente mayor participación. Dependerá mucho de la forma en que los partidos organicen sus programas y estrategias para observar un efectivo aumento de participación en las próximas elecciones.
*Director ICSO, Universidad Diego Portales.
