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Una canción para Santiago

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Por mi parte, entre tantos distinguidos personajes o historias notables de esta ciudad que podrían servir de tributo a Santiago, quisiera recordar a algunos artistas, sólo cinco casos, que plasmaron su visión de la capital a través de la música y el canto.


Por Vólker Gutiérrez*

Pese a que el más mediático aniversario vinculado a Santiago en estos días tiene que ver con los dos años de la puesta en marcha del Transantiago, me parece que a sólo meses de llegar al bicentenario de la República bueno sería también recordar que hace poco más de cuatro siglos, 468 años exactamente, un grupo de ciento cincuenta españoles, comandados por Pedro de Valdivia, dio inicio a un proceso más complejo y profundo, que le cambió la vida a los miles de indígenas que habitaban la cuenca del Mapocho. Y a los propios peninsulares, por cierto. Es el inicio de la mixtura (no sin violencia) que hizo de nosotros lo que somos.

Tal como se señala en el acta de fundación, un 12 de febrero fue la fecha oficial del nacimiento de Santiago del Nuevo Extremo. Seguramente la ceremonia no se efectuó en una terraza del cerro Huelén (rebautizado por los españoles como Santa Lucía), según muestra un cuadro de Pedro Lira que se popularizó impreso en billetes de 1 escudo. Lo más probable es que el acto haya sido en torno a la actual Plaza de Armas. Pero, como dijo Armando de Ramón, más que de un momento particular, es mejor indicar que la fundación de Santiago fue un proceso. Lo importante es que nació una ciudad, nuestra ciudad, la ciudad capital de Chile.

Y la ciudad puede ser homenajeada de muchas maneras. Por ejemplo, invitándonos a sus habitantes a tener un rol más activo en la toma de decisiones que nos conciernen a todos. Por mi parte, entre tantos distinguidos personajes o historias notables de esta ciudad que podrían servir de tributo a Santiago, quisiera recordar a algunos artistas, sólo cinco casos, que plasmaron su visión de la capital a través de la música y el canto. No es por cierto una tarea que acabe aquí (se puede continuar, por ejemplo, en los colegios).

La primera en ser citada es la madre Violeta Parra. Llegada del sur del país, Violeta moró sus primeros años capitalinos en el barrio Yungay (con justeza, recién declarado zona típica en un sector bien amplio) y no es extraño que recuerde -en una de sus estadías en Francia- lugares como la calle Matucana y la Quinta (Normal) en «Violeta ausente», tema que también podemos ver y oír en una versión  de Los Jaivas.

El famoso «guatón» Segundo Zamora, nacido en tierras salitreras, nos legó el que perfectamente podría ser un himno de la capital: «Adiós, Santiago querido», tema que también está lleno de nostalgias por lugares entrañables de la ciudad, coincidiendo con Violeta en nombrar la calle Matucana (en su, antaño, brava esquina con la calle San Pablo) y la Quinta Normal. En internet pueden disfrutar  de la versión que grabó el conjunto del Ballet Folclórico de Chile (Bafochi) y que sirve de trasfondo para presentar varias imágenes de Santiago.

La mirada irónica de nuestra ciudad no puede estar ausente en esta pequeña revisión; y el encargado de mostrarnos algunas de las contradicciones que a diario vivimos y sufrimos los santiaguinos es el trovador Eduardo Peralta, con un tema que hizo popular en peñas de los años 80: «Santiago», en el que festina, entre otras cosas, con el uso de anglicismos y con la importancia «cultural» de la televisión. Pueden recordar esta canción, en la versión de su autor.

Otro tema que pasea por parte de nuestra capital es el que compuso Joaquín Prieto y que grabara (como muchos otros) su más conocido hermano Antonio: «Huija». De nuevo tenemos la mirada del que recuerda, como diría Oreste Plath, «el Santiago que se fue», el que los Prieto vivieron cuando pequeños, vendiendo pescados en la calle Bascuñán o recorriendo la ciudad en el desaparecido tranvía. La canción es posible escucharla acompañada de varias fotografías.

Por último, no podía estar ausente la creación que hizo Luis Le-Bert y que grabó y popularizó con Santiago del Nuevo Extremo: «A mi ciudad». Aquí nos encontramos con una canción que refleja a la ciudad que le robaron «el sol de primavera», pero que invita a recuperarlo uniendo las voces. Es, tal vez, la más representativa del Santiago de la década de los ochenta y podemos apreciarla en su versión original, también con una serie de imágenes.  

Es cierto: hay muchos más temas y autores que le han dedicado música y versos a nuestra capital. Algunos recrean calles y barrios; otros pasean por pequeñas y grandes historias; otros muestran a famosos y desconocidos personajes. En algunos casos los sonidos se vinculan a la tradición campesina; en cambio varios se nutren del rock. Hay canciones divertidas y bucólicas. Pero es indudablemente Santiago, que por estos días está de cumpleaños, el escenario o el motivo del canto. Completar o aumentar el listado ofrecido es, como señala Mauricio Redolés en uno de sus poemas, tarea para la casa.

 

*Vólker Gutiérrez es periodista, presidente de Cultura Mapocho

www.culturamapocho.cl

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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