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Lo nuevo y lo viejo, lo probable y lo posible…

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Toda lucha abre ampliamente el ámbito de lo posible para transformarlo en probable y luego en certidumbre. Sin lucha lo único cierto es que no hay futuro posible, que los caminos se cierran.


Salvador Muñoz K.*

Fue Philippe Geluck quién elegantemente dijo: «Ser viejo es ser joven durante más tiempo que los demás».  Y Jacques Brel, otro belga, quién aseguró que «hace falta algún talento para llegar a viejo sin ser adulto». Entre los presidenciables hay dos notables ejemplos de esto.

En su «Dissertation on the Poor Laws», J. Townsend escribió: «El hambre enseñará la decencia y la civilidad, la obediencia y el sometimiento a los más perversos. En general solo el hambre puede estimular y aguijonear a los pobres para hacerles trabajar».

Como vemos el siglo XVIII era muy moderno: no dice otra cosa la teoría neoliberal que enseñan en Harvard, sobre el desempleo. Si no lo crees pregúntale a Sebastián Piñera o a Andrés Velasco que allí estudiaron. ¿Qué es nuevo, qué es viejo?

Ya en el siglo XVIII la burguesía naciente se quejaba de los impuestos.  P.L. Mantoux escribe: «Las clases poseedoras, cuando se quejaban del peso cada vez mayor de los impuestos destinados a los pobres, olvidaban que de ese modo pagaban una suerte de seguro contra la revolución: la clase obrera, al conformarse con la limosna que le ofrecían, no se daba cuenta de que la habían descontado de lo que debía haber ganado legítimamente». ¿El bono de 40 lucas, es truco viejo o es nuevo truco?

Algo parecido escribía Etienne de La Boétie en 1547 con relación a la «generosidad» de los tiranos que el pueblo saludaba gritando ¡Viva el rey!: «Esos imbéciles no se daban cuenta de que con aquella falsa generosidad no hacían más que recobrar una mínima parte de lo suyo y que el tirano no se la hubiera podido dar si antes no se la hubiese arrebatado». ¿Moderno o arcaico el bono de 40 lucas?

P.L. Mantoux precisa: «El efecto inevitable de los subsidios y bonos (allowances) era mantener los salarios lo más bajo posible, hacerlos bajar incluso por debajo de las necesidades más elementales del asalariado». ¿El salario ético, es viejo o es nuevo? ¿Moderno o arcaico?

Piñera dijo en el foro de la Fundación para la Superación de la Pobreza que: «…hemos propuesto el ‘Ingreso Ético Familiar’ a través de transferencias (no incondicionadas, porque no queremos fomentar una conducta de asistencialismo) que vayan complementando al ingreso de las familias».

Vieja de más de tres siglos la explotación capitalista. Viejo de más de tres siglos el egoísmo del puñado de privilegiados que concentra la mayor parte de la riqueza creada con el esfuerzo de todos.

Nueva, siempre nueva y con renovados bríos, la lucha por la justicia social de la cual Jorge Arrate es el legítimo abanderado. Jorge Arrate, ese joven que ha sido joven más tiempo que los otros.

Toda lucha abre ampliamente el ámbito de lo posible para transformarlo en probable y luego en certidumbre. Sin lucha lo único cierto es que no hay futuro posible, que los caminos se cierran.

Jorge Arrate, lo más nuevo de lo nuevo, simboliza la esperanza que nutrimos con nuestra voluntad y nuestro voto. Para que nunca más nos digan que la justicia está obsoleta ni que el hambre les enseña la docilidad y la obediencia a los trabajadores. Para lograr salarios justos eliminando para siempre la afrenta de la caridad pública.

Somos lo nuevo, lo posible, lo probable…

*Salvador Muñoz K. es coordinador de la campaña de Jorge Arrate.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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