Cortázar no es relacionador público de ANATEL (el gremio de los actuales canales), es ministro de «Estado» y debe escuchar a la presidenta «ciudadana» para hacer viable no sólo un cambio tecnológico de lo que hoy vemos, sino que permitir que nuestros ojos tengan más oportunidades.
Por Esteban Valenzuela*
La tramitación de la ley de TV digital está trabada en la Cámara porque el Ministro René Cortázar no quiere escuchar las críticas y prefiere ganar tiempo para una larga transición que posicionará aún más a los actuales canales, el oligopolio que todos respetamos, pero que los reformistas queremos desafiar con más TV regional, educativa, comunitaria y con la posible entrada de nuevos operadores que enriquezcan lo que ven la mayoría de los chilenos; TV abierta. Ya tenemos norma japonesa, pero hay que apurar la ley, para lo cual estamos ciertos que el acuerdo estaría si cumplimos este decálogo:
1.- Dar cuatro y no seis mega hertz a los actuales canales, salvo que se comprometan a señales culturales-educativas o algún servicio similar.
2.- Que el Consejo Nacional de TV otorgue las concesiones en caso de competencia, privilegiando el aporte original al sistema televisivo del nuevo oferente.
3.- Fijar un fondo de fomento de la TV local y cultural por ley con el tres por ciento de las ventas de todos los canales y empresas que usen el nuevo espectro para negocios de telecomunicaciones. Esa es la única alternativa de tomarse el asunto en serio y no dejarlo a discreción del gobierno de turno. Que los que ganan aporten al bien público común como «peaje» por usar el espectro «de todos los chilenos».
4.- Que Piñera deje su canal o los diputados que reciban aportes del empresario se inhiban de votar mientras esto no ocurra.
5.- Plazo de un año máximo para fijar un «portador público» de programación alternativa a valores módicos, por la vía de inversión en red de antenas asegurada o exigencia «pagada» a TVN. Sin esto, la promesa de asegurar «el ingreso de nuevos» es pura lírica.
6.- Que Cortázar y el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones transparenten en un Plan preciso de uso de espectro si quiere abrir el espacio de la Región Metropolitana a nuevos canales, servicios intermedios u otros. Todo ha sido vago, poco transparente, y no se da por seguro que puedan entrar nuevos canales que compitan.
7.- Que los actuales canales por la ampliación de su espectro se vean obligados a crecer a ocho horas semanales de programación cultural, educativa y regional donde la publicidad sea acotada y regulada.
8.- El compromiso del Estado de comprar algunas de las programaciones de excelencia de canales educativos que hoy ve la clase media-alta por cable y que se pongan vía licitación a disposición del público general por las nuevas señales de los canales abiertos (programación de reportajes, educativa, para niños, idiomas).
9.- Asegurar acceso de lugares para antenas que haga competitiva la licitación en la macro zona metropolitana, evitando perder la posibilidad histórica de ampliar el actual oligopolio.
10.- Ser precisos en lo compromisos para que la TV digital sea más amable con los distintos tipos de discapacidad.
No sabemos si se escuchará o se dejará todo para marzo. Si así fuera; a luchar con más fuerza por el presidente que tenga la voluntad de ensanchar la democracia y enriquecer con pluralismo y excelencia lo que ven todos los chilenos. Cortázar no es relacionador público ANATEL (el gremio de los actuales canales), es ministro de «Estado» y debe escuchar a la presidenta «ciudadana» para hacer viable no sólo un cambio tecnológico de lo que hoy vemos, sino que permitir que nuestros ojos tengan más oportunidades.
*Esteban Valenzuela es Diputado por Rancagua, Coordinador Programático de ME-O.