¿De dónde proviene la ira de Cerati hacia Marcelo Contreras?
El comentario de Gustavo Cerati se esparció rápidamente. El músico, de visita en Chile para ofrecer un concierto en el Movistar Arena, posteó en su Twitter: «No manden a ese imbécil de Contreras a cubrir el show. Lo consideraría ofensivo y poco ético. Escribe mierda siempre».
El argentino hacía alusión a Marcelo Contreras, destacado periodista de música de El Mercurio, respetado entre sus pares y quien en 2006 ya había recibido las quejas de la chilena Nicole. Pero esta vez el remezón fue más fuerte. La noticia traspasó la cordillera y La Nación de Buenos Aires se comunicó con el periodista. «Yo cuido mucho mis palabras, lo mío es profesional, sólo juzgo la obra, no a la persona», dijo el aludido, quien agregó que «Es un honor que él se preocupe por un cronista de música chileno». Incluso MTV tomó el tema.
Pero, ¿de dónde proviene la ira de Cerati hacia este periodista chileno?
El primer texto sobre Cerati firmado por Contreras data del 22 de junio de 2002. Ahí, en un texto titulado «Cuestión de ego» señala: «Sabor a autocomplacencia en un artista que siempre ha tenido problemas para controlar el ego». Tras una entrevista el 3 de mayo de 2003, el 11 del mismo mes Contreras se refiere a Cerati como «un artista que está un par de pasos más adelante que la mayoría de sus colegas latinos… El pop de la década del 80 rara vez ha envejecido con dignidad. Cerati, es parte de la selecta excepción».
En abril de 2006, al criticar su disco «Ahí vamos», contreras escribe: «No es la hora de negar a Cerati el derecho a emular a quien se le dé la gana. Pero sí es el momento justo para alegar cuando se invoca su nombre como sinónimo de pop rock de avanzada». Cuatro meses más tarde, su crítica a un concierto en el Caupolicán señala que Cerati «dio cátedra de cómo atentar contra el propio patrimonio -su interminable lista de canciones afortunadas- por culpa del abuso de decibeles… El concierto se hizo a ratos insufrible. Algo se recuperó la cordura sónica durante un segmento acústico donde brilló «Té para 3″, pero fue apenas un respiro. El resto, un castigo al tímpano».
Para su presentación en Viña 2007 consignó: «El talento del músico argentino para construir melodías rock afortunadas terminó conquistando al público. Es que Gustavo Cerati es moderno, pero nunca al punto de la vanguardia que lo aísle. Y lo viejo sabe como retocarlo». Tres meses más tarde, agregó: «Cerati en vivo es una máquina imparable de éxitos de tres décadas, calibrados de tal manera que parecen todas composiciones recientes… Cerati seguirá su curso como la estrella de rock latino de mayor respeto».
Lo último escrito sobre el argentino es la crítica al disco «Fuerza natural» publicada el 1 de septiembre de 2009. Ahí el periodista lo considera «el disco menos pegajoso que jamás ha escrito el argentino».
¿Es realmente como para dedicarle esas líneas tan amargas en su Twitter? ¿Es Contreras, uno de los periodistas con mejor pluma en el medio, realmente «imbécil»? ¿Ha escrito siempre «mierda» sobre Cerati? Los juicios los pueden hacer ustedes, pero en ODM consideramos que la evidencia es contundente a favor del periodista chileno.
