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Los problemas de salud de la gente

Hernán Sandoval
Por : Hernán Sandoval Médico Cirujano y Decano Facultad de Ciencias de la Salud Universidad de Las Américas-UDLA
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La propuesta, que figuraba en el programa de salud del Presidente Piñera de llevar atención de especialistas a la APS, no es garantía de un mejoramiento substancial de la calidad de atención.


El terremoto del 27 de Febrero ha destruido parte importante de la infraestructura de salud de las regiones VI, VII,  VIII, IX e incluso Metropolitana. La reconstrucción es una oportunidad para mejorar el sistema de salud pero también para modificar tendencias que afectan negativamente la capacidad de cuidar la salud de la población, como sería el caso si se concentra la acción de reconstrucción en el sistema hospitalario, sin reflexionar ni actuar sobre la Atención Primaria municipal (APS).

Las razones son muchas. Una, que salta a la vista, es que la reconstrucción de la capacidad hospitalaria, la más dañada, tomará años. No se puede esperar por los hospitales. Otra, más permanente, es que se necesita mejorar la APS y esta es la oportunidad.  No hacerlo significa incrementar el costo de la atención de la salud  de la población (atenderse en un hospital es mucho más caro que en la APS) y no resolver eficazmente sus problemas más frecuentes.

[cita]La propuesta, que figuraba en el programa de salud del Presidente Piñera de llevar atención de especialistas a la APS, no es garantía de un mejoramiento substancial de la calidad de atención.[/cita]

Una buena atención para las personas en sus comunas es que les solucionen sus problemas de salud lo más cerca de su casa. Cada problema que se resuelve en la APS, es una persona que no va al Hospital.  Si la APS se descuida se requiere una mayor infraestructura hospitalaria. En muchos casos la gravedad que justifica ser atendido en el hospital, donde es más caro y más tardío, se origina en la ineficacia de la APS.

En este contexto la propuesta, que figuraba en el programa de salud del Presidente Piñera de llevar atención de especialistas a la APS, no es garantía de un mejoramiento substancial de la calidad de atención. El especialista no tendrá toda la tecnología que requiere para solucionar los problemas. Su principal función debe ser formar a los médicos generales en los problemas más frecuentes y graves, responder sus dudas y con ello evitar interconsultas innecesarias al hospital, lo que implicaría menos listas de espera.

Llevar sólo atención de especialistas y no acompañamiento a los médicos generales profundizará la inequidad en salud puesto que sólo las municipalidades más grandes, urbanas, contarían con ellos.

La APS ha mejorado sustancialmente los 10 últimos años, se ha incrementado su presupuesto y de un 12% del gasto público en salud pasó a cerca de un 30%, al tiempo que se han construido decenas de nuevos consultorios y postas, en particular en zonas rurales. Sin embargo, no se ha avanzado lo suficiente. Es necesario profundizar el modelo de atención que le da prioridad a la atención ambulatoria y mejorar no solo una infraestructura material, sino también la formación permanente e incentivos para mejorar la calidad del personal que allí labora, en especial para fijar en la APS a los profesionales que están, en la mayoría de los casos, en tránsito hacia un destino hospitalario o de práctica privada. Para ello la profesionalización de la gestión municipal; la asociación entre municipios rurales para ofrecer mejor atención y una estrecha relación entre especialistas hospitalarios y los equipos de APS son medidas urgentes.

El terremoto de 1939 creó la oportunidad de poner bajo un solo mando el conjunto de las instituciones de salud de la época, en los  “Servicios Integrados de Salud” de la zona del terremoto, por iniciativa de Salvador Allende, ministro de salud de Pedro Aguirre Cerda. Esta iniciativa fue el germen del Servicio Nacional de Salud que se creó en 1952, lo que ha permitido desarrollar una política de salud que abarca a toda la población.

Chile puede, nuevamente, dar un salto cualitativo, a partir de las “necesidades de la gente”, darle  mayor capacidad resolutiva a la APS, calidad y calidez, para atender integralmente una población con daño físico y mental, que necesita ser cuidada.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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