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Dos tipos decentes


Mayne-Nicholls y Bielsa son dos tipos decentes que hacen bien su trabajo, que le cambiaron la cara al fútbol chileno y tienen un respaldo del 90 por ciento de la gente.

No digo que los demás no sean decentes, pero el sentido común aconsejaba que ese par de personas que habían hecho las cosas bien no tuviera que irse. Sin embargo, se han hecho las cosas de tal manera que ambas iban a terminar por irse.

No quiero abundar en las causas de ese desenlace que parecía inminente, aunque las tengo muy claras, porque sé que eso irrita a mucha gente. Pero, simplemente, no puede ser. No debe ser.

Y ahora se abre una posibilidad de que no sea así. Acabo de enterarme de que el directorio de la ANFP ha declarado la inhabilidad de Jorge Segovia para asumir la presidencia de la entidad. Esa inhabilidad era evidente, pero un «comité jurídico» consultado por la ANFP había determinado, por 4 votos a 3, que ella no existía. Ayer califiqué esto como otro antecedente que prueba la precariedad de nuestro «estado de derecho», entendiendo por tal el que se rige por lo que mandan las leyes. Acá nos hemos ido acostumbrando a que el ejercicio de la abogacía y de la judicatura se conviertan en ejercicios donde la principal preocupación es la de encontrarle «la quinta pata al gato» y torcerle la nariz a la ley. Y esto es la esencia de la antijuridicidad. Pero, por suerte, el dictamen del «comité jurídico» no tenía fuerza obligatoria para el directorio de la ANFP. Este, legalmente, tiene plenas facultades para resolver soberanamente y de manera inapelable el punto. Y se ha pronunciado por la inhabilidad.

Ojalá que esto permita evitar el éxodo de las dos piezas vitales del gran cambio favorable que se ha registrado en el manejo del fútbol profesional y en la calidad de nuestro seleccionado nacional. La permanencia de Bielsa es esencial. Hemos visto en estos días lo difícil que resulta reemplazarlo con una figura equivalente y que suscite la misma adhesión de los jugadores y del público. Y para que Bielsa permanezca, se requiere que la ANFP, para la cual trabaja, esté bajo el mando de una persona que a él le ofrezca las mismas garantías que le ofrecía Mayne-Nicholls, dado que parece muy difícil que éste pueda ser reelegido, pues ha expresado que ya no quiere serlo.

En este momento se ha producido un respiro de sentido común. Ojalá sea más que un respiro y que las cosas vuelvan a ser como nunca debieron haber dejado de serlo. Por el bien y la sanidad del fútbol chileno.

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