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Política exterior de Chile: desde el frío

Beatriz Corbo
Por : Beatriz Corbo Fundación Jaime Guzmán
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La aseveración sobre un supuesto aislamiento no puede ser más lejana a la realidad. El Presidente Piñera ha sido recibido en importantes visitas de Estado por gobiernos de tendencia diferente, como España y Brasil, como también ha sido el caso de visitas oficiales a Argentina y Ecuador. Junto con lo anterior, también Chile ha sido objeto de visitas muy significativas, como la del Presidente Obama, ocasión en la que escogió a nuestro país para dirigir su mensaje a la región.


Hace unos días en este medio se publicó una columna en la que se presentaba a la política exterior del gobierno de la Coalición por el Cambio como carente de objetivos y aislada internacionalmente. Al parecer, la visión estructuralista e ideologizada de las relaciones internacionales del columnista indica que los países deben coincidir con el signo de sus gobiernos para avanzar una agenda de política exterior y que se necesita un “plan quinquenal” que indique en detalle cada paso a seguir.

Si las cosas se hicieran como se proponían en dicho relato, este gobierno habría, por ejemplo, cambiado el equipo que nos defiende en La Haya sólo por el hecho de haber sido nombrado por la Concertación o se habría desentendido de la reelección y posterior apoyo al Secretario General de la OEA por ser socialista o evitado la colaboración con el nuevo Representante del SG ONU para Haití y Jefe de la MINUSTAH por haber sido Canciller del gobierno anterior. También debiera haber cambiado de sede a los embajadores de carrera afines a la Concertación, nada más que por haber sido un funcionario cercano a la oposición. El autor no aprecia el valor de construir sobre lo avanzado en política exterior por los sucesivos gobiernos, adaptándola a las nuevas necesidades y condiciones del país.

La aseveración sobre un supuesto aislamiento no puede ser más lejana a la realidad. El Presidente Piñera ha sido recibido en importantes visitas de Estado por gobiernos de tendencia diferente, como España y Brasil, como también ha sido el caso de visitas oficiales a Argentina y Ecuador. Junto con lo anterior, también Chile ha sido objeto de visitas muy significativas, como la del Presidente Obama, ocasión en la que escogió a nuestro país para dirigir su mensaje a la región.

Esta administración ha llevado adelante acciones concretas respecto a convicciones permanentes sobre la política exterior de Chile. Un notable ejemplo de ello fue la  iniciativa del Presidente de promover la cláusula democrática en UNASUR la que al final se terminó concretando en el Protocolo de Guyana.

Posteriormente la visita a Palestina e Israel, dejó sentada claramente la posición del país a favor de dos Estados que puedan vivir en paz, seguridad y prosperidad, con fronteras seguras y reconocidas internacionalmente. En el pasado se habló, hoy se actuó.

En lo vecinal, que es donde se plantea como necesidad esencial compartir ideología para avanzar en política exterior, se avanza decididamente. Están los ejemplos en integración física y cooperación en Defensa y Seguridad con Argentina. Con Perú, se materializaron acuerdos importantes de profundización de la relación, como lo fue la integración de las bolsas de comercio y la Alianza del Pacífico y, luego de la asunción de su nuevo gobierno, los contactos se han mantenido a un excelente nivel y con notoria fluidez. Respecto de Bolivia, se habló con franqueza, terminando así con los años de ambigüedad que contribuyeron a generar falsas expectativas y ciclos de exitismo-frustración.

[cita]En lo institucional, hoy se ha alcanzado un nivel histórico en la profesionalización de la Cancillería, el 80% de los embajadores son de carrera y se avanza en un proceso multidisciplinario de modernización que pretende tener un ministerio más ágil para promover los intereses de Chile y más cercano con nuestros connacionales en el exterior. [/cita]

Respecto de la crítica por la preocupación por los vínculos económicos, ello se resume en una sola palabra: responsabilidad. El articulista que presagia la glaciación olvida que estos vínculos y, especialmente las inversiones, están directamente asociados con el futuro de millones de chilenos a través de los fondos de pensiones.

En lo regional, hemos sabido sumarnos a propuestas como la Alianza del Pacífico, sin dejar de participar propositivamente en los demás esquemas como UNASUR y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CEALC). Hoy en UNASUR, por citar un aspecto, Chile coincide estrechamente con países de distinto signo político respecto de cómo debe ser la participación regional en el apoyo a Haití, donde se propone ir orientando los esfuerzos hacia el desarrollo de sus instituciones.

En el Asia Pacífico nuestro país marcó una presencia importante con su pabellón en la Expo Shanghai, el que fue visitado por tres millones de personas. Asimismo, se trabaja intensamente por ampliar el Trans Pacific Partnership (TPP) para que esta iniciativa que lanzó Chile como el P4 hace algunos años, alcance a la mayor cantidad de países posibles en APEC.

Por su parte, la política comercial de hoy no se queda en marzo de 2010, sino que avanza buscando acelerar los procesos de integración incorporados en los acuerdos en vigor e incorporar disciplinas más sofisticadas, como servicios y energía. Asimismo, se han cerrado las negociaciones que estaban pendientes como la con Malasia. A su vez, el apoyo al sector exportador, se ha reenfocado hacia la pequeña y mediana empresa, fuente principal del empleo en nuestro país y que hoy deben enfrentar nuevas exigencias como la huella de carbono y la trazabilidad en sus productos.

En el plano multilateral, Chile brilla por su presencia. Un hecho concreto en tal sentido fue la elección de Chile en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas con la primera mayoría regional en mayo pasado.

En lo institucional, hoy se ha alcanzado un nivel histórico en la profesionalización de la Cancillería, el 80% de los embajadores son de carrera y se avanza en un proceso multidisciplinario de modernización que pretende tener un ministerio más ágil para promover los intereses de Chile y más cercano con nuestros connacionales en el exterior.

Lo señalado demuestra lo infundada de la crítica. Era del hielo sin duda no hay, aunque tal vez lo serio y desideologizado con que se abordan los intereses de política exterior por este gobierno pueda darle una sensación de frío. Si es así, no importa, vamos por el camino correcto.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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