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El Presidente, la UDI y el binominal

El intento de algunos en la UDI (y también en RN) de frenar una reforma de este tipo (y por ende, pensar que al Presidente le importa la opinión de la UDI o RN) resulta de una ingenuidad casi imperdonable en boca de dirigentes viejos y fogueados en las luchas políticas de los últimos 30 años.


Después de un año y medio de gobierno del Presidente Sebastián Piñera, la UDI debería haber aprendido algunas lecciones sobre el proceso de toma de decisiones en La Moneda.

Esto, considerando la ronda de consultas y negociaciones que el Jefe de Estado ha iniciado con algunos sectores de la Concertación para modificar el sistema binominal. Seguramente está convencido de la necesidad de la reforma, y conociendo la lógica de la toma de decisiones en Palacio, ese solo elemento, es el único necesario y suficiente para que ésta se lleve a cabo contra viento y marea.

Poco importará la opinión de la UDI (y un sector de RN) en esta materia, y el creer que se podrá ejercer una especie de veto o presión, es de una ingenuidad que llega a producir sentimientos de “ternura” hacia quienes lo crean posible.

[cita]Poco importará la opinión de la UDI (y un sector de RN) en esta materia, y el creer que se podrá ejercer una especie de veto o presión, es de una ingenuidad que llega a producir sentimientos de “ternura” hacia quienes lo crean posible.[/cita]

También produce una gran sorpresa y habla de lo desconectado de la realidad de muchos periodistas, el argumento que algunos medios repiten constantemente sobre que el Presidente estaría cada vez más arrinconado o atrapado por los supuestos “Halcones” y la posición más “dura” de la UDI ante los temas políticos.

A lo más, esa es la versión que le gustaría dar a algunos en el Segundo Piso, porque siempre es bueno tener a alguien a quien culpar de las cosas que no avanzan. Sin embargo, la realidad es que el Presiente en estas materias decide solo y ante sí, y una vez convencido de algo (como la reforma al binominal), lo concreta, así se  caiga el mundo a pedazos.

Por tanto, el intento de algunos en la UDI (y también en RN) de frenar una reforma de este tipo (y por ende, pensar que al Presidente le importa la opinión de la UDI o RN) resulta de una ingenuidad casi imperdonable en boca de dirigentes viejos y fogueados en las luchas políticas de los últimos 30 años.

Este “bloqueo” sólo puede durar un tiempo muy breve. Ante las resistencias a la reforma, el Presidente hará un clásico movimiento de piernas (al mejor estilo boxeril) para ganar tiempo y volverá a la carga.

Así lo hizo con el AVP. Primero se reunió con la  Concertación. Cuando la UDI puso el grito en el cielo, tomó personalmente el tema, nos dijo que no enviaría un proyecto sin nuestro acuerdo, y cuando pasó la emergencia, envió un proyecto sin ninguno de los puntos propuestos por la UDI. Los presidentes de ambos partidos, despechados, no asistieron a la ceremonia y ¿qué pasó? Al Mandatario no le quitó un solo segundo de sueño tal actitud. Hoy, el AVP se tramita flamantemente en el Congreso Nacional.

Lo mismo va a ocurrir con la reforma al binominal; se va a producir de todas maneras y, por tanto, la realpolitik, (que es el único criterio previsible del Presidente para gobernar), debe llevar a la UDI a decidir, no si se va aprobar o no la reforma, sino qué rol quiere jugar en esa reforma que se va aprobar lo quiera o no.

Creo que, en este escenario, la realidad nos debe llevar como partido a tener una postura abierta en cuanto a la reforma al sistema binominal y poder mantener aquello del sistema que a nuestro juicio ha ayudado a la gran estabilidad que ha vivido el país en los últimos años, y la vez,  incorporando las reformas que le van a permitir al sistema mejorar, permitiendo un sano equilibrio entre estabilidad institucional y mayor dinámica en la representación política en el Congreso Nacional.

Realpolitik… realpolitik… mis queridos compañeros de partido.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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