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Carabineros contra la PDI

Por: Milton Bertín, ingeniero civil PUC


Señor Director:

El reciente incidente en que una patrulla de Investigaciones se acercó a un vehículo en el que dormían plácidamente personas que se sabían armadas –que resultaron ser carabineros de civil durmiendo en su horario de trabajo- es solo uno más en una larga serie de descoordinaciones entre las policías.

Es sabido que hay problemas de relaciones humanas de larga data entre  Carabineros e Investigaciones, las instituciones ni siquiera han logrado ponerse  de acuerdo para tener bases de datos comunes y, a veces, hasta se esconden las órdenes de detención, como un caso en que Carabineros tenía una orden de detención para un delincuente que llegaba en vuelo internacional pero prefirió no comunicarla a Investigaciones, así se logró que el  sujeto no sea detenido en el control de pasaportes, permitiendo al personal de Carabineros armar un show de detención en la vía pública del aeropuerto incluso invitando previamente a la TV. Felizmente no habían sicarios del delincuente esperándolo, si no, la balacera a la salida de pasajeros del aeropuerto habría sido histórica.

Casos como los anteriores, seguramente, han llevado al Ministerio del Interior a reunirse, por enésima vez, con las policías para, seguramente, rogarles que paren los condoros. Pero acá no se trata de hacer cándidos llamados a mejorar la coordinación, se trata de asumir la ineficiencia de los mandos que han fallado en desarrollar y promover una doctrina de colaboración entre las instituciones, que permita poner fin a esta infantil situación. Y esa es una responsabilidad directa de los mandos de las instituciones, no del Ministerio del Interior. Son los mandos –principalmente de Carabineros- que durante décadas han avalado la mantención de una guerra subterránea entre el personal de  las instituciones en la cual el reciente incidente, el que la Central de Comunicaciones de Carabineros respondió negativamente a Investigaciones sobre la existencia de personal en servicio en la zona, no es sino un ejemplo más, y que seguramente no será el último.

La mala explicación inicial de Carabineros es, incluso, peor. En efecto, si Investigaciones necesitó preguntar a la Central de Comunicaciones de Carabineros  si la patente del vehículo tenía encargo por robo solo ilustra  el problema, es inaceptable que Investigaciones no tenga acceso directo a la base de datos de vehículos encargados por robo, y deba preguntar caso a caso. Es obvio que con esa metodología el único resultado es que se dificulta que Investigaciones encuentre vehículos robados.

El Gobierno debe dejar los piadosos llamados a coordinarse  al Cardenal y comenzar a gobernar, dando señales claras de que la situación es inaceptable (si es que así lo considera). Para ello debe pedir el retiro del General Director y su staff, seguro que su reemplazante tomará nota de que hay situaciones que son inadmisibles y generará una doctrina institucional que termine con estos infantilismos, y con la absurda pérdida de vidas humanas, o seguiremos esperando, cual crónica de una muerte anunciada, la próxima tragedia.

¿O quedará al próximo gobierno la solución de este problema?

Milton Bertín
Ingeniero Civil, PUC

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