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La izquierda chilena tras la elección presidencial

Alexis Cortés
Por : Alexis Cortés Departamento de Sociología UAH, miembro de la Comisión Experta del proceso constitucional.
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¿Qué evaluación puede hacer la izquierda chilena de esta elección presidencial? Para responder esta pregunta primero es necesario considerar que, pese a su fraccionamiento en diversas candidaturas, la izquierda se dividió, a grandes rasgos, en dos caminos diferentes en este escenario electoral. Por un lado, está la que optó, desde la Nueva Mayoría de Michelle Bachelet, establecer un entendimiento amplio con sectores del centro político en torno de un programa que aspira a modificar buena parte de la herencia institucional pinochetista y, por otro, la nueva izquierda extra-parlamentaria que apostó, de diversas formas, por presentar una alternativa política a lo que entienden como un duopolio político (Alianza y ex Concertación) que perpetúa el legado dictatorial.

En líneas generales, los resultados para la izquierda fueron positivos, la gran mayoría de los chilenos que concurrieron a las urnas se manifestó a favor de una agenda que propone cambios. La esperada alta votación de la socialista Michelle Bachelet (46,67%), aunque debe ser cualificada, es un hecho destacable por sí mismo, pero además es la otra cara de uno de los peores desempeños de la derecha chilena que, pese a haber sido una candidatura de continuidad del actual gobierno, sólo obtuvo 25% de los votos. Todo parece indicar que la segunda vuelta será un mero trámite que terminará por amplificar la distancia entre la ex presidenta y la candidata de la derecha Evelyn Matthei. Por otra parte, las cuatro candidaturas de lo que podríamos considerar, en sentido amplio, como nueva izquierda extra-parlamentaria, sumadas obtuvieron aproximadamente 17%, porcentaje que, con esfuerzos unitarios mediante, puede ser la base de proyección de una propuesta electoral futura.

Ahora bien, pese a que la Nueva Mayoría obtuvo significativos doblajes tanto en la Cámara de Diputados (11) como en el Senado (2), lo que le permitirá contar con mayoría simple en el Congreso, no se obtuvieron los doblajes suficientes para alcanzar los quórums que permitan modificar la Constitución, principal enclave institucional legado por la dictadura. Sin embargo, los resultados de las parlamentarias arrojan también otro saldo positivo, varios de los principales próceres del pinochetismo perdieron sus escaños y al interior de la Nueva Mayoría algunos de sus representantes más moderados dieron paso a candidatos que cuentan con una mayor sintonía con las transformaciones que la izquierda aspira a realizar.

Mención aparte merece la elección de cuatro de las principales figuras del Movimiento Estudiantil que remeció el país el 2011, todos ellos con expresivas votaciones que  en su mayoría bordearon el 40%: Camila Vallejo (PC), Karol Cariola (PC), Giorgio Jackson (RD) y Gabriel Boric (IA). La elección de este último es especialmente significativa, pues fue capaz de derrotar al sistema binominal desde un cupo independiente. Ahora bien, el éxito de estos ex dirigentes universitarios confirma la naturaleza diferente del Movimiento Estudiantil chileno respecto de la ola de indignación que recorrió buena parte de Europa y de los países árabes, ya que, en estos lugares, el poder movilizador de sus protestas no se tradujo en cambios en la institucionalidad, pues en general, fueron preludios de triunfos electorales conservadores.

La candidatura de Marco Enríquez-Ominami (10,98%) del Partido Progresista, aunque obtuvo el tercer lugar, estuvo lejos de su desempeño anterior, pese a haber contado, esta vez, con una articulación partidaria para respaldarlo. Sin embargo, aunque no se haya traducido en réditos parlamentarios, su votación no es despreciable. Pese a que para algunos su posicionamiento político a la izquierda no es claro, su votación lo consolida como la figura con más proyección de esta nueva izquierda extraparlamentaria.

La candidatura de Marcel Claude (2,81%) del Partido Humanista fue una de las grandes derrotadas de esta elección en el campo de la izquierda, aunque más por las altas expectativas que su comando estableció que por su exiguo resultado. Pero, sobre todo, porque su candidatura fue incapaz de llenar el vacío que dejó, en la izquierda extra-parlamentaria, el Partido Comunista al apoyar a la Nueva Mayoría. Ese es el mérito de la votación de Alfredo Sfeir (2,35%), del Partido Ecologista Verde, que, pese a haber sido apoyado por un partido aún más pequeño que el Humanista y siendo casi un desconocido, sacó prácticamente el mismo porcentaje que Claude.

Roxana Miranda (1,27%) del Partido Igualdad fue exitosa en el plano de lo simbólico, al presentarse como la primera candidata del mundo poblacional, fue capaz de visibilizar a su movimiento, al mismo tiempo que le otorgó una plataforma nacional a su partido en construcción. Aunque su votación fue baja, su partido puede capitalizar provechosamente ese porcentaje para proyectarse nacionalmente y tal vez disputarle el lugar al Partido Humanista en el campo de la izquierda.

Sin duda, las movilizaciones sociales han dejado su huella en esta elección presidencial, pero, aunque la izquierda tiene varios motivos para festejar, el desafío que tiene por delante es bastante grande. Una parte de la izquierda tendrá, en la composición de la Nueva Mayoría, la tarea de hacer posible y viable las reformas que han sido comprometidas. En ese sentido no sólo el fortalecimiento del PC, al duplicar su número de diputados, y del PS al interior de este conglomerado puede ser garantía de estos cambios, como también la significativa votación agregada de la nueva izquierda extra-parlamentaria puede traducirse en formas de presión que permitan seguir desplazando el centro político hacia la izquierda. Por el papel que jugará el Congreso para posibilitar los anhelos de cambio que cultiva buena parte de la población, así como por la importancia que tendrán los movimientos sociales para presionar desde abajo por esas transformaciones, la izquierda chilena está llamada a cumplir un papel protagónico en este nuevo ciclo abierto por la elección presidencial.

(*) Texto publicado en Red Seca.cl

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