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Los asesores ministeriales y el movimiento social

En el primer gobierno de la Concertación, el de Aylwin, se entregó un sobre mensual con dinero a los principales dirigentes de la CUT, con la condición de que no crearan problemas al gobierno mientras no avanzara la transición desde la dictadura y se consolidara la democracia.


En los cuatro gobiernos de la Concertación cada ministro de Estado pudo designar a su entera voluntad hasta cuatro asesores que, sin mayor exigencia de horario, cumplían las tareas que el ministro dispusiera. Se designaron en total alrededor de 100 asesores, que eran cuoteados entre los partidos políticos de la coalición. Eran cargos muy solicitados especialmente por los activistas políticos, y tenían una remuneración que en el gobierno de Aylwin alcanzaba más o menos al millón de pesos mensuales.

Últimamente, en promedio, los asesores están en los 2 millones de pesos o algo más (la cifra exacta se conocerá cuando aparezcan las remuneraciones en los nuevos organigramas ministeriales).

Ha llamado la atención que en el Ministerio de Educación , el nuevo ministro, innovando las prácticas anteriores, ha designado asesores a dos ex dirigentes estudiantiles, que no militan en los partidos de la Nueva Mayoría. ¿Corresponde esto a una instrucción de la Presidenta que se extenderá a todos los Ministerios?

Como muy bien lo ha señalado la presidente de la FEUC, Naschla Aburman, “sólo el tiempo nos dirá cómo vemos su compromiso”.

[cita]En el primer gobierno de la Concertación, el de Aylwin, se entregó un sobre mensual con dinero a los principales dirigentes de la CUT, con la condición de que no crearan problemas al gobierno mientras no avanzara la transición desde la dictadura y se consolidara la democracia.[/cita]

En el caso del movimiento estudiantil, el grado de influencia de los ex dirigentes no resultará vinculante con las decisiones y acuerdos a adoptar por las bases, pues sus directivas son elegidas año a año, funcionan sobre la base de Asambleas a nivel de colegios, facultades, federaciones y confederaciones.

La labor de los “asesores” ministeriales sólo podrá ser informativa y orientadora del ministro de Educación.

Pero ¿qué pasará en otros movimientos sociales, como el movimiento sindical, el de los profesores, el de los consumidores, el de los ecologistas, el de los derechos humanos, el de los adultos mayores, el de los homosexuales, de los deudores habitacionales, de los mapuches, de los regionalistas y tantos otros? Es decir, en toda la gama de movimientos que en Chile despertó al calor y ejemplo de la gran movilización de los “pingüinos” siguiendo la movilización masiva de estudiantes, padres y apoderados de 2011, que determinaron gran parte de la agenda del nuevo gobierno. La cooptación de actuales dirigentes gremiales hacia los ministerios podría llevar a que esos movimientos sean capturados y convertirse en meros apéndices del gobierno.

En el primer gobierno de la Concertación, el de Aylwin, se entregó un sobre mensual con dinero a los principales dirigentes de la CUT, con la condición de que no crearan problemas al gobierno mientras no avanzara la transición desde la dictadura y se consolidara la democracia.

Para evitar que esa captura se repita, una de las tareas del momento será defender la autonomía e independencia de los movimientos sociales y de sus directivas. Esta defensa se hace más apremiante al constatar que gran parte de las directivas de los movimientos sociales están integradas por militantes de los partidos que están en el gobierno. Como dice Nascha Aburman, sólo el tiempo nos dirá cómo vemos su compromiso.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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