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Qué cuidar en el marco de una reforma a la educación municipal

Pablo Eguigurren
Por : Pablo Eguigurren investigador AcciónEducar www.accioneducar.cl Twitter: @Accioneducar
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Si el Ministerio de Educación, en el contexto de la actual reforma, ha defendido la libertad de elección no sería razonable que el Estado profundizara la diferencia de recursos que entrega a alumnos con iguales necesidades de acuerdo a dónde elijan estudiar. En 2013, el presupuesto nacional entregó más de $388 mil millones de manera exclusiva a la educación municipal, eso equivale a un aporte por alumno equivalente a un 44% de la subvención regular para educación básica.


El ingreso del proyecto de ley que elimina el copago, que pone fin al lucro y acaba con la selección ha generado críticas de parte de distintos políticos, expertos y apoderados. La principal apunta a que antes de esta reforma debió haberse puesto énfasis en “fortalecer la educación pública”. Lamentablemente, a estas alturas dicha frase parece otro eslogan en un debate con demasiados frentes y sin una reflexión profunda respecto a cómo lograr un sistema que brinde a los estudiantes mayores oportunidades para desarrollarse plenamente.

Se trata de un desafío complejo. Tanto el gobierno del Presidente Piñera como el primer mandato de la Presidenta Bachelet, presentaron al Congreso proyectos de ley que, por distintos motivos, no tuvieron una buena recepción.

Como se ha anunciado, durante el segundo semestre se ingresará una reforma a la educación municipal. Para evitar consignas, es importante enmarcar dicho proyecto.

[cita]Si el Ministerio de Educación, en el contexto de la actual reforma, ha defendido la libertad de elección no sería razonable que el Estado profundizara la diferencia de recursos que entrega a alumnos con iguales necesidades de acuerdo a dónde elijan estudiar. En 2013, el presupuesto nacional entregó más de $388 mil millones de manera exclusiva a la educación municipal, eso equivale a un aporte por alumno equivalente a un 44% de la subvención regular para educación básica.[/cita]

Primero, es necesario despejar antes algunos mitos. La municipalización no nace con la dictadura ni es un sistema único en el mundo. Ya en 1860, la educación se organizaba desde el sector municipal y países de excelentes resultados educativos como Finlandia organizan su educación estatal desde sus gobiernos locales. Por otro lado, la educación municipal ha convivido desde inicios de nuestra historia con una educación privada subvencionada por el Estado. Que desde hace algunos años la educación particular sea mayoritaria en nuestro país, tal como ocurre en Holanda o Bélgica, es producto de las elecciones que han hecho los apoderados y en ningún caso responde a políticas deliberadas por perjudicar a la educación municipal. Finalmente, aquellos que piden que “las escuelas vuelvan al Estado” deben comprender que las municipalidades son también parte del aparato estatal.

Quizás un buen camino es comenzar por definir qué aspectos no debieran estar incluidos en la propuesta. Para empezar, no puede significar una discriminación hacia los estudiantes. Si el Ministerio de Educación, en el contexto de la actual reforma, ha defendido la libertad de elección no sería razonable que el Estado profundizara la diferencia de recursos que entrega a alumnos con iguales necesidades de acuerdo a dónde elijan estudiar. En 2013, el presupuesto nacional entregó más de $388 mil millones de manera exclusiva a la educación municipal, eso equivale a un aporte por alumno equivalente a un 44% de la subvención regular para educación básica. Ello no tiene una justificación clara, más cuando 4 de cada 10 alumnos prioritarios asiste a la educación particular subvencionada. En segundo lugar, en un contexto donde los ciudadanos están cada vez más empoderados parece un retroceso desvincular las escuelas de la realidad local. Es cierto que muchas veces las autoridades políticas prefieren destinar sus esfuerzos a temas que reditan más a sus electores que las escuelas y liceos. Sin embargo, diluir la responsabilidad del manejo de la educación en personas o entes que no rinden ningún tipo de cuenta puede ser más perjudicial que el actual escenario. Finalmente, no parece adecuado para fortalecer al sector municipal, debilitar al sistema particular subvencionado a través de imponerles mayores trabas administrativas o para la gestión docente (una de las mayores dificultades que enfrenta la educación municipal).

La discusión de un proyecto de ley que genere una educación municipal que sea una alternativa atractiva para las familias será una oportunidad para discutir respecto a cómo avanzar en calidad y equidad. Sin embargo, se debe tener en mente ciertos riesgos que pueden terminar no solo dañando a dicho sector sino que ir en contra de principios básicos de nuestro sistema escolar como la libertad de elección y diversidad de proyectos educativos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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