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Se baraja el castillo de naipes en la Cámara de Representantes de EE.UU.

Roberto Munita
Por : Roberto Munita Abogado y Magíster en Sociología. Actualmente estudia el Master in Political Management, en la George Washington University.
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Para las estadísticas, Cantor pasará a la historia como el primer líder de un partido que debe abandonar el Congreso por una primaria. Para los estrategas del Partido Republicano, es el comienzo de un período de reflexión acerca de la efectividad de «dispararse en los pies», al permitir que sus mejores cartas deban enfrentar primarias abiertas y competitivas.


Hasta hace pocas semanas, Eric Cantor gozaba de uno de los mayores capitales políticos en todo el Capitolio norteamericano. Congresista por Virginia, era además el líder de la mayoría republicana, rankeaba segundo en la Cámara de Representantes (después del «Speaker of the House», el paralelo a nuestro Presidente de la Cámara de Diputados) y asomaba como un potencial candidato al Senado. No obstante, en las primarias del pasado 10 de junio en su distrito, Cantor perdió el derecho a postularse por un nuevo período, al ser derrotado por un novato Dave Brat, miembro del «Tea Party», el ala conservadora del Partido Republicano.

Para las estadísticas, Cantor pasará a la historia como el primer líder de un partido que debe abandonar el Congreso por una primaria. Para los estrategas del Partido Republicano, es el comienzo de un período de reflexión acerca de la efectividad de «dispararse en los pies», al permitir que sus mejores cartas deban enfrentar primarias abiertas y competitivas (en Estados Unidos no hay límite a las reelecciones, pero, como contrapunto, es común que los congresistas en ejercicio enfrenten primarias). Para los acalorados adherentes al Tea Party, por su parte, es una muestra de la fuerza que está adquiriendo el movimiento. Pero lo más interesante de este episodio, a juicio de muchos, es la renovación de liderazgos que se va a generar en el ajedrez del «Grand Old Party».

Como era previsible, el elegido para asumir como nuevo líder de la mayoría republicana en la Cámara Baja resultó ser el californiano Kevin McCarthy, quien hasta ahora se desempeñaba como el «Whip» de los republicanos, tercero en la línea del poder republicano en la Cámara de los Representantes. Y, en reemplazo de McCarthy, como nuevo Whip, ha asumido Steve Scalise, congresista de Louisiana desde 2008.

[cita]Para las estadísticas, Cantor pasará a la historia como el primer líder de un partido que debe abandonar el Congreso por una primaria. Para los estrategas del Partido Republicano, es el comienzo de un período de reflexión acerca de la efectividad de «dispararse en los pies», al permitir que sus mejores cartas deban enfrentar primarias abiertas y competitivas. [/cita]

La figura del «Whip» nos puede sonar familiar por el personaje de Frank Underwood, en la serie House of Cards. El Whip es el encargado de cuadrar los votos de un partido, negociar y conseguir que se lleve a cabo la estrategia acordada. El nombre del cargo habría sido tomado en alusión a los encargados, en una cacería, de que los perros no perdieran el rumbo. Es un cargo mucho más subterráneo que el de «líder de la mayoría» –o «de la minoría», según de qué partido estemos hablando– pero de gran relevancia política… muchas veces, el poder tiene más que ver con conseguir los votos que con hacer vocerías.

La mayor incertidumbre, por tanto, está en el rol que jugará Scalise, como nuevo Whip de los republicanos. Para algunos, cuando un partido controla la Cámara de Representantes, el líder de esa mayoría queda eclipsado por la posición del Speaker of the House (que necesariamente es del mismo partido), y en tal circunstancia, se abre una interesante ventana para el Whip. No fue el caso de McCarhty, quien –debido a las habilidades políticas de Cantor– siempre quedó relegado a un segundo lugar. Pero nada dice que será igual para Steve Scalise.

Hay que poner atención, entonces, al rol que el nuevo Whip del Partido Republicano en la Cámara pueda realizar. Como antecedente, podemos mencionar que se trata de la cabeza del “Republican Study Committee”, una bancada de 170 congresistas conservadores, cuyas banderas de lucha son la defensa del derecho a portar armas y la reducción impositiva. Su nombramiento, por tanto, responde a un mensaje que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes está enviando a la Administración Obama. No obstante, no debemos suponer que Scalise se mantendrá sólo como representante de dicho comité. Con su nombramiento, Scalise comienza a jugar otro partido, en busca del reconocimiento y figuración que cualquier político de su envergadura perseguiría. Sólo el tiempo dirá si el nuevo Whip republicano sigue o no la meteórica carrera de Frank Underwood.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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