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La historia geológica guardada bajo los salares del norte de Chile Opinión

La historia geológica guardada bajo los salares del norte de Chile

Hace varias décadas, los salares fueron considerados lugares que podían contener importantes reservas de petróleo y gas, entrampados en estructuras tectónicas ocultas bajo su superficie.


Los salares del norte de Chile son cuencas evaporíticas e intermontañosas ubicadas a los pies de la zona volcánica de los Andes centrales. Dado su reluciente color blanco, son lugares que marcan una anomalía topográfica, y esto hace que puedan identificarse desde decenas de kilómetros desde el espacio.

Por décadas, el salar de Atacama ha sido considerado el más significativo, y uno de los lugares más atractivos para la explotación de litio en salmueras. En la actualidad, y con el auge que ha tenido el uso de este elemento químico, ha cobrado mucha fuerza entender la geología de los salares.

Hace varias décadas, los salares fueron considerados lugares que podían contener importantes reservas de petróleo y gas, entrampados en estructuras tectónicas ocultas bajo su superficie. Bajo esa hipótesis, estos fueron explorados usando técnicas geofísicas (sísmica de reflexión) que permitieron obtener una radiografía de su estructura interna. Desde hace 9 años, junto a un grupo de investigadores de diferentes instituciones académicas nacionales e internacionales, hemos desarrollado estudios para entender los mecanismos tectónicos que gatillaron el alzamiento de los Andes del norte de Chile.

Para ello, fue crucial interpretar las estructuras geológicas ocultas bajo los salares, ya que ellos forman parte importante de este sistema montañoso. En estos estudios, ha sido fundamental el uso de la información geofísica adquirida por Enap Sipetrol durante la exploración temprana de los salares, la cual fue facilitada para uso académico y de investigación.

Las investigaciones, además de haber permitido entender cómo es la estructura actual de los Andes centrales del norte de Chile, también propiciaron conocer cómo sus mecanismos de crecimiento a lo largo del tiempo geológico estuvieron directamente influenciados por la distribución de antiguas cuencas extensionales (“rift-related basins”) establecidas en la región durante la Era Mesozoica, periodo en el cual el margen continental de Sudamérica estaba siendo tectónicamente fragmentado.

Vale la pena destacar que estos hallazgos han abierto una nueva ventana del conocimiento geológico, y han retomado el debate sobre el impacto que tuvieron las estructuras heredadas de este proceso, en la subsecuente formación de la cordillera, distribución de yacimientos minerales y, especialmente, en la posición y geometría de los salares. Finalmente, y como conclusión de estos hallazgos, se interpreta que gran parte de las características geológicas que resaltan en la región, son consecuencia de la modificación tectónica de estructuras antiguas (preandinas), las cuales influyeron en el tipo de anatomía interna que adquirió la cordillera.

Todas las investigaciones fueron financiadas por proyectos concursables nacionales (Fondecyt, PCI-Anid) e internacionales (Fapesp-Brasil, CNR-Italia), los cuales tienen como objetivo mover hacia el frente la frontera del conocimiento. En la actualidad, estas investigaciones también han permitido entender la paleogeografía del norte de Chile, es decir, cómo era su relieve antes de formarse la cordillera de los Andes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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