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¿De qué Centro estamos hablando?

Por: Lucas Blaset, comité político Amplitud


Señor Director:

Diego Schalper, en su última columna publicada en El Mostrador, contesta a la definición política que hace Andrés Velasco sobre el centro político. Lo que Schalper hace es enfrentar la visión centrista del socialcristianismo con la visión centrista de liberalismo, en la versión más igualitaria que defiende Velasco.

Para comprender qué es el centro político, es necesario, en primer lugar, tener en cuenta que este es circunstancial a lo que es la derecha y la izquierda en su contexto geográfico, histórico y cultural, es decir, existen varias posibilidades de centros políticos. Acá al menos distinguiré tres, bien definidos.

En los sistemas de democracia occidentales de la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI, la derecha se ha caracterizado por una nomenclatura entre una moral cristiana, tendiente al orden social y un sistema económico más o menos de libre mercado. Por otro lado, la izquierda se ha definido por llevar una agenda progresista en materia moral y de libertades civiles, pero con un programa social y económico que tiende al Estado de bienestar.

Los centros políticos  tienen la tendencia de agruparse de tres posibles maneras: primero, en su versión aristotélica del justo medio, esa versión que es considerada en general algo insípida, que popularmente en Chile se relaciona con el dicho «no es chicha ni limonada», entendiéndose como la toma de posiciones medias en todos los asuntos del debate nacional, sean morales o económicos. Por ejemplo, en nuestro actual debate, sería estar a favor solo del aborto terapéutico o el matrimonio igualitario sin adopción de hijos, mientras que en materia económica sería la potencialización de la alianza público-privada típica de la tercera vía, un sentir similar al que explicaba Schalper en su columna. Es precisamente esa la postura que ha ido tomando la Democracia Cristiana contemporánea, aquella que inspiraba a la Concertación, bastante menos ideologizada que su versión de los años 60. Este centro es idóneo para etapas de transición política hacia la democracia, por su alto nivel de consensos.

El segundo centro posible, que es al que Diego Schalper hace referencia, es el centro socialcristiano, que es ideológicamente más definido que el anterior, que encuentra elementos desde la UDI Popular hasta la Izquierda Cristiana, pasando por el senador Ossandón, el PRI o gran parte de las bases DC. ¿Por qué esta posición puede ser considerada de centro? Porque, en nuestro actual contexto, asemeja sus posturas conservadoras en materia moral a la derecha tradicional, pero acerca posiciones económicas con la socialdemocracia, que en un país como Chile significan más intervención del Estado en materia económica, para dar más protección social y aumentar los impuestos con la finalidad de sostener las anteriores medidas. Esta alternativa nace en el contexto de la Guerra Fría, básicamente como una postura intermedia entre los totalitarismos socialistas y el capitalismo democrático.

El ultimo centro posible es el liberal, que es una tradición filosófica y política de varios siglos y, por tanto, tiene diversas corrientes internas, algunas más igualitarias u otras clásicas y libertarias, pero que en su origen común, es básicamente la creencia en la autonomía de las personas, tanto en su vida personal como en su vida comercial. ¿Por qué esta ideología política también es de centro? Porque recoge el compromiso democrático que tiende a tener el centro, sin relativismo sobre derechos humanos o dictaduras, independientemente del color de estas; comparte con la izquierda progresista la valoración por los derechos individuales y con la derecha moderna la visión económica que fortalece el crecimiento y el emprendimiento.

Por lo tanto los liberales son liberales en lo político, en lo valórico y también en lo económico, ese es el centro que, con más o menos matices, defiende Evópoli, la Fundación para El Progreso, Amplitud, Red Liberal, el Partido Liberal y Fuerza Pública del mismo Andrés Velasco. Este es el centro que se vuelve a perfilar en los países, en el siglo XXI, cuando han alcanzado cierto desarrollo económico y social.

En estas columnas de opinión vemos el debilitamiento del centro «moderado» por la radicalización de las posturas en el actual contexto chileno, especialmente aquel de la izquierda política,  por tanto, no es de extrañar el fortalecimiento de centros más ideológicos. En esta batalla por la conquista del centro no será raro ver a los socialcristianos acusar a los liberales de derechistas o progresistas según el contexto, y quizás también veamos a algunos liberales haciendo lo mismo con los socialcristianos, señalándolos como conservadores o como estatistas. Esto, hasta que comprendamos que no existe un solo centro político o hasta que uno de los centros políticos se imponga en el imaginario del votante chileno.

Habrá que ver cuál de estas posturas será, si la de Manuel José Ossandón y Diego Schalper con ese centro comunitarista que pone énfasis en el colectivo, o si la noción que poseen Andrés Velasco y Amplitud, ese centro que pone la libertad individual de las personas por sobre otros principios democráticos. Los resultados de esta batalla solo se irán develando con el tiempo. Solo el tiempo dirá.

Lucas Blaset

Comité político Amplitud

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