Señor Director:
La Nueva Mayoría decidió imponer la triestamentalidad como forma de gobierno en las Universidades que se adscriban a la gratuidad. Llama la atención que algo que estuvo prohibido por décadas ahora de golpe se haga obligatorio, sin mediar reflexión alguna sobre su más que seguro impacto en la calidad de la educación impartida. Aquí la evidencia internacional es determinante: en los países desarrollados de la OCDE, donde están algunas de las mejores Ues del mundo, la triestamentalidad no es obligatoria y al contrario, ha sido desechada como forma de gobierno universitario.
Nuevamente llama la atención que el mismo sector que constantemente cita a la OCDE como referente para todas y cada una de sus reformas, en este caso esconden esta evidencia. Si pese a lo anterior, suponemos que la triestamentalidad obligatoria se hace realidad, sería adecuado preguntarse cómo se resolverán algunos asuntos que es muy probable se produzcan: es de público conocimiento que actualmente las Federaciones Universitarias son verdaderas «incubadoras» para los partidos y movimientos políticos, es donde mandan a «foguearse», ganar experiencia y obtener perfil público a los militantes de sus juventudes (Jackson, Cariola, Vallejos, Boric son ahora los más conocidos ejemplos de aquello), por lo tanto es bastante obvio que pasará lo mismo con los representantes estudiantiles en los nuevos gobiernos universitarios triestamentales; tendremos nuevamente a los partidos y movimientos políticos moviendo sus fichas para ganar cuotas de poder. En ese sentido, surgen algunos cuestionamientos: ¿Quién va a regular estas elecciones? ¿Cómo se van a financiar estas campañas políticas? Sería muy negativo para la calidad de la educación que las malas prácticas que se ven en las elecciones y manejo de las Federaciones se terminen por replicar a nivel de los gobiernos universitarios.
Diego Nodleman
Presidente Evópoli Región de Valparaíso
