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El perdón de los políticos

Por: Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega


Señor Director:

Una reflexión provoca inquietud e incomoda a muchas personas en nuestro país, en medio de los numerosos escándalos, irregularidades y despropósitos que se han visto en abundancia en los últimos tiempos. Ella apunta a precisar qué significado real, qué alcances, qué sentido auténtico tiene en realidad el acto de pedir perdón, especialmente en el ámbito político. A veces queda la triste sensación de que no es más que una expresión formal, huera, motivada y obligada por las circunstancias, pero en el fondo fútil e insincera. Es como si la verdadera torsión espiritual que importa el arrepentimiento se hubiese banalizado por completo y perdido su radicación eminentemente moral. Muchos en nuestros días piden perdón, pero esta acción aparece como un gesto superfluo, porque no tiene efectos ni en quien la ejecuta ni en sus destinatarios; todo sigue inexorablemente igual, y de esta forma la vida pública, la confianza y la convivencia se van empobreciendo.

Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega

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