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Hooligans y la extrema derecha

Por: Fabián Bustamante Olguín, Profesor, FCFM- U de Chile, Ciencia Política y RRII, UAH


Señor Director:

Los enfrentamientos ocurridos en Marsella entre hooligans ingleses y rusos dejan de manifiesto que el problema de la violencia en el fútbol es un problema político, y que pudo evitarse sino fuera por el apoyo «indirecto» tanto de la prensa, las asociaciones de fútbol de ambos países y la desidia de los cuerpos de seguridad. Toda esta violencia no es producto de altercados esporádicos; al contrario, está completamente organizada por unos cabecillas que deciden dónde y cómo actuar frente a otros hooligans, y que viajan con el propósito de descargar su odio hacia otros grupos. Pero además de ello, -y esto es lo más importante-, algunos pertenecen a organizaciones de extrema derecha, nacionalista, racista y de clara ideología nazi. En el caso ruso (y en algunos países de Europa del Este como Polonia) nazis se infiltran en el fútbol para difundir su ideología y cooptar a jóvenes a sus grupos. Por cierto en ese país se encuentran los grupos nazis más numerosos de Europa. Lo mismo ocurre en Inglaterra donde hooligans de algunos clubes -como los «Headhunters» del Chelsea-, tienen vínculos con el BNP (British National Party) y Combat 18, ambas organizaciones de extrema derecha, y vinculadas a los unionistas de Irlanda del Norte.

Por último, cabe subrayar que estos enfrentamientos no hay que minimizarlos, ya que son expresiones bien definidas y organizadas por elementos de extrema derecha que encuentran en el fútbol un campo de acción. Todo ello, por cierto, con cierta complicidad de las federaciones de fútbol, la prensa (que asocia a los hooligans con la cultura «casual») y la policía,-sobre todo la inglesa-, quienes conocen perfectamente a las personas que provocaron estos hechos de violencia. ¿Cómo no pudieron evitar todo esto?

Fabián Bustamante Olguín, Profesor, FCFM-U de Chile, Ciencia Política y RRII, UAH

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