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Bancard, inmigrantes e inversiones en el extranjero


Pocas veces se ve que una estrategia política tan simple sea tan exitosa para distraer la atención de la ciudadanía. Pasamos de una gravísima situación, cual es la eventual inversión en empresas extranjeras por parte del ex Presidente Piñera, particularmente en Perú, mientras Chile litigaba, ni más ni menos, en La Haya con dicho país. De un momento a otro, el asunto Bancard desapareció o, a lo menos, disminuyó en cuanto a su presencia en los medios.

Visto de otro modo, pasamos de un tema de la máxima relevancia para nuestro país, a uno cuya incidencia es meramente marginal. La evidencia está, se conocen los porcentajes de extranjeros (o inmigrantes, según el interés) que participan en delitos (1%), y la tasa de inmigración (poco más del 2%). En tanto, el tema Bancard sí representa una situación gravísima para Chile, puesto que hoy (recién hoy) sabemos que el famoso fideicomiso, con el que se hicieron gárgaras por varios, era absolutamente parcial, puesto que no consideraba las inversiones extranjeras; recordemos que el mismísimo Piñera señaló estar completamente desvinculado de sus negocios, cuando en realidad eso era totalmente falso.

En este punto es pertinente tener presente que, según se dice, fueron sus hijos quienes se hicieron cargo de tales inversiones (o al menos estuvieron al tanto), lo que solo puede hacernos presumir que Piñera sabía con detalle lo que ocurría con sus platas extranjeras. Aquí no es posible afirmar que no sabía lo que sus hijos hacían; eso fue exactamente lo que la Presidenta señaló respecto de su hijo en el caso Caval. Agreguemos que el asunto Bancard no fue una mera imprudencia del “administrador”; fue una negligencia inexcusable, impresentable, que daña gravemente la imagen de nuestro país.

[cita tipo= «destaque»]Volvamos a lo relevante, entonces, discutamos lo que incide, preocupémonos de que nuestros gobernantes actúen desde la honestidad, la verdad, poniendo el interés general por sobre el particular (probidad, le dicen por ahí). En suma, subamos un poquito el nivel.[/cita]

Y cabe aquí, entonces, otra reflexión: ¿por qué Piñera elige estigmatizar a los inmigrantes? Me parece que la respuesta es evidente: se trata mayoritariamente de un sector pobre, que viene a Chile en busca de mejores perspectivas, sin recursos, sin derecho a voto (mayoritariamente, al menos), los más sin mayor nivel educacional. Se trata, en suma, de un discurso fácil, a lo Trump, odioso y que, no obstante, genera réditos. Si no fuera así, el resto de los candidatos no hubiese picado tan fácilmente, quienes se subieron al carro con una facilidad llamativa ¿Una mano a Piñera para no entrar de manera más profunda al tema Bancard? Después de ver cómo se han repartido el país durante treinta años, de izquierda a derecha, no puede descartarse ninguna teoría.

Digamos las cosas, pues, como son: a Piñera y a los demás candidatos (al menos a los relevantes hasta ahora) les dan lo mismo los inmigrantes. De seguir con los mismos dirigentes políticos solo obtendremos frases publicitarias baratas de fácil aplauso.

Es una mentira feroz sostener que los inmigrantes restan posibilidades de trabajo para los chilenos, que son delincuentes, que afectan nuestro sistema de salud; en cambio, es una verdad del porte de un buque que en Chile aún existen personajes racistas y clasistas, que solo viven sembrando miedo respecto de la diversidad, del distinto, del pobre, del carente de educación o de ojos azules.

Hoy, en Chile, existen todos los mecanismos legales para que quienes delinquen sufran las consecuencias que corresponden, sean chilenos o extranjeros. Le diría al ex Presidente y al resto de los incumbentes que, ocasionalmente, miren la ley. Hablar desde la ignorancia es peligroso, particularmente cuando la ignorancia se contagia y genera violencia.

Volvamos a lo relevante, entonces, discutamos lo que incide, preocupémonos de que nuestros gobernantes actúen desde la honestidad, la verdad, poniendo el interés general por sobre el particular (probidad, le dicen por ahí). En suma, subamos un poquito el nivel.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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