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Chile en emergencia: La esperanza intacta

Gonzalo Vial L.
Por : Gonzalo Vial L. Geógrafo. Director Ejecutivo de Fundación Huella Local
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Este fin de semana junto con compañeras (os) de la Fundación Huella Local estuvimos en terreno colaborando con la emergencia. Por cierto, nos encontramos con panoramas complejos, familias que lo perdieron todo y un incendio que a veces declina pero se reactiva como si quisiera poner a prueba permanentemente a los que están trabajando por combatirlo, y que no permite concentrase en la nueva etapa de Reconstrucción.

El desastre que genera un incendio de estas proporciones es muy distinto al que vivimos en el 27F, es muy relevante poner atención en la extensión de ruralidad, pues si bien muchas de las viviendas afectadas por el terremoto se localizaron en zonas rurales (65% de los casos en sitio propio), estas se reconstruyeron en los mismos sitios situación que se volverá a repetir, pero esta vez también está afectada la producción agrícola y de pequeños forestales, las redes de agua potable rural, las soluciones particulares de agua y alcantarillado, los estanques de acumulación, etc. Por ello destacamos lo relevante que es coordinar la ayuda a través de las autoridades y equipos locales pues recorriendo el territorio y sus comunidades, las cuales cual dichos equipos conocen a la perfección, se puede reconocer de mejor forma los requerimientos da la población realmente afectada por el siniestro.

Ahora, queremos detenernos un segundo en medio de la urgencia y dar testimonio de lo vivido en términos humanos, lo que nos parece más relevante aún luego asistir al espectáculo de descalificaciones y oportunismo que nuevamente ha dado parte la clase política que tan alejada se muestra una vez más de nuestro pueblo. Muchos de ellos tan convencidos de la teoría económica donde nos enseñan que las crisis son una oportunidad, han optado por la crítica infundada, la publicidad engañosa, la pirotecnia de sensibilidad social y entonces hacer de este nuevo episodio de desastre una oportunidad para capitalizar en términos políticos el drama humano que estamos viviendo.

[cita tipo=»destaque»]Presenciar también como la competencia, rivalidades y dogmas, quedan de lado cuando las personas son autoconvocadas a mirar su interior y entregar respuestas a sus pares sin esperar nada a cambio, de manera absolutamente anónima y alejada con esto de los egos propios de tanto influjo que nos acerca a valorar más tener que «Ser». Ahí las personas son, nadie mira su facha, altura u origen sino que se confunden entre el colectivo asumiendo roles complejos y básicos sin vanidades sino con el limpio espíritu de servir.[/cita]

Contrario a lo anterior, es increíble ver cómo nos llega a «sobrar» la solidaridad, ver como en cada centro de acopio cientos de voluntarios colmaban los espacios pidiendo una oportunidad para ayudar, trasladando y acopiando la gran cantidad de donaciones que otros cientos de compatriotas hacían llegar. Bomberos expertos y voluntarios novatos acudían incesantemente a cada nuevo foco o reactivación de incendios logrando contralarlos y volver a estar dispuestos. Impactante es ver como familias que lo perdieron todo conforman cuadrillas para trabajar por otros en vez de poner en el centro su propia condición de damnificados. Constatar el encomiable compromiso de los funcionarios municipales y de distintos servicios públicos quienes han estado desde el primer minuto coordinando, orientando y conteniendo, lo que por sobre los estigmas que se generan muchas veces en torno a su función, una vez más están a la altura y con plena conciencia que serán ellos los que luego de que todos nos retiremos tendrán que trabajar en las soluciones definitivas para los problemas que se han generado, sobre todo en el caso de los funcionarios municipales pues será esa la primera puerta que tocarán los damnificados una vez pasada la emergencia.

Ante tan elocuentes imágenes de humanidad y mirando esta realidad desde un punto de vista ético podemos ver lo relevante que es para las personas trascender haciéndonos cargo del otro. Presenciar también como la competencia, rivalidades y dogmas, quedan de lado cuando las personas son autoconvocadas a mirar su interior y entregar respuestas a sus pares sin esperar nada a cambio, de manera absolutamente anónima y alejada con esto de los egos propios de tanto influjo que nos acerca a valorar más tener que «Ser». Ahí las personas son, nadie mira su facha, altura u origen sino que se confunden entre el colectivo asumiendo roles complejos y básicos sin vanidades sino con el limpio espíritu de servir.

Visto lo anterior, podemos asegurar por estas y muchas experiencias de cruzadas anteriores que el potencial humano para construir un país más solidario y justo es muy alto. Es responsabilidad de los distintos actores de la sociedad civil y el Estado construir relatos que promuevan y alimenten acciones para la generación de conciencia en pos de valores sociales de bienestar anteponiéndolos al individualismo. La esperanza está intacta.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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