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Aluviones, cambio climático y privados: una nueva emergencia

Por: Pablo Salucci Arlegui. Geógrafo


Señor Director:

El inicio de este 2017 ha sido intenso en materia de desastres socio ambientales y los últimos aluviones ocurridos en Los Andes en la V Región de Valparaíso y en el Cajón del Maipo en la Región Metropolitana de Santiago, se suman a los eventos aluvionales ocurridos en el sector de Ensenada en la Región de Los Lagos y que dejó a más de 100 personadas aisladas y el aluvión de Chollay en la Región de Atacama, que fue poco notorio ante los incendios de la zona centro sur de nuestro país, pero que dejó más de 6 viviendas destruidas, vehículos arrastrados por el río Chollay y a más de 360 personas aisladas. Si bien son fenómenos que se presentan cada cierto tiempo, éstos se han vuelto más recurrentes y no han sido internalizados en nuestra planificación urbana de manera óptima. Si comparamos estos aluviones con el reciente episodio de incendios forestales, aparecen dos factores comunes; El cambio climático y el rol de los privados frente a una emergencia.
El primer factor, como lo es el cambio climático, ha dejado en los registros meteorológicos locales, claras evidencias de como la temperatura y el patrón de distribución y concentración de las precipitaciones, ha variado de manera considerable. Este hecho, está afectando notoriamente a nuestro país, el cual y según diversos estudios internacionales designan a Chile como uno de los países más vulnerables a esta situación y ciertamente sí que se ha notado en los últimos años.

Las magnitudes de los incendios forestales y los aluviones recientes, dan cuenta de que no se ha hecho “la bajada” de lo que implica el cambio climático en nuestros distintos territorio; urbanos, de montaña y agrícolas (entre otros), lo que implica evaluar el cómo enfrentaremos este nuevo escenario en los próximos años, con obras y acciones que favorezcan el desarrollo de infraestructuras de mitigación, las cuales, deben ser empujadas por decisiones políticas claras y pensadas más allá de los tiempos políticos; es decir decisiones de Estado. Estas decisiones de Estado deben lograr generar una resilencia territorial que permitan alcanzar una sustentabilidad socio ambiental, que permanentemente se ve mellada por los recurrentes desastres que hoy se entienden como fallas de nuestro sistema de emergencias y que son de un alto costo para el erario nacional.

Al analizar el segundo factor, se observa que el rol de los privados frente a las emergencias ha adquirido una especial relevancia, ya que una vez más, vemos como un privado, debe enfrentar una emergencia de magnitud, que esta vez implica un elemento vital como el agua. En este sentido esta empresa se encuentra desarrollando el Estudio de Impacto Ambiental, que le permitirá ampliar su capacidad de autonomía a 32 horas, esto antes de tener que cortar el suministro en gran parte de las comunas de la región Metropolitana, frente a eventos que impliquen un aumento en los niveles de turbiedad. Esta situación implicará construir nueva infraestructura que almacenará agua para el consumo humano, decisión que fue tomada tras el episodio de aluviones del 21 de enero de 2013 y que implicó cortes de aguas que afectaron a 21 comunas de la RM.

Al observar los cortes de agua reciente, cuya duración fue de 48 horas, se observa para este caso, que existe un delta con respecto a lo planificado, que debería ser cubierto con acciones e infraestructura adicional. Además no debemos de olvidar, que en el actual escenario climático las precipitaciones disminuirán, lo que implicará disminuciones en los caudales aportantes en las distintas cuencas hídricas, situación que también debe ser abordada tanto desde el estado como por los privados.

El rol de los privados que administran bienes de importancia nacional, debe ser repensado en nuestro sistema nacional de emergencia y protección civil, sobre todo en lo que se refiere a anticipación y desarrollo de inteligencia de datos e infraestructura, especialmente bajo un escenario de Cambio Climático, que ha dado claras luces de lo extremo que pueden llegar a ser los eventos meteorológicos que gatillan estas emergencias.
Es de esperar que esta nueva vivencia se transforme en experiencia.

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