Señor Director:
Los Obispos Santiago Silva y Fernando Ramos (Presidente y Secretario de la Conferencia Episcopal), relataron en entrevista con El Mercurio, parte de la conversación sostenida con el Papa Francisco, por la totalidad de los obispos chilenos en febrero de este año.
En dicho relato se puede escuchar lo siguiente:
• El Obispo Juan Barros nunca supo nada de los abusos cometidos por Fernando Karadima. Barros cuenta con todo el respaldo y el cariño del Papa.
• Los divorciados y vueltos a casar no pueden comulgar; punto.
• La mujer seguirá ocupando un rol menor dentro de la jerarquía católica: ni pensar en que puedan ser ordenadas sacerdotes.
• Los jóvenes son importantes para la Iglesia pues son fuente de posibles vocaciones.
• Los sacerdotes que no viven en castidad, tienen hijos o son homosexuales hay que dispensarlos de su ministerio.
• El celibato voluntario “no está en la agenda”. Es decir, seguirá como una obligación para todo hombre que quiera ser sacerdote.
• Contar con la colaboración de hombres católicos casados y de probada vida de fe, como apoyo en zonas apartadas…“no es el camino”.
De lo conversado con el Papa Francisco, nada se dice sobre como iluminar soluciones que ayuden a romper la desigualdad estructural de nuestras sociedad; sobre cómo contribuir a dignificar el quehacer político; sobre los temas medioambientales; sobre cómo encarar el tema migratorio con criterio evangélico; sobre el rol de los cristianos en esta nueva era.
Cada uno de nosotros podrá juzgar si este “coro de la jerarquía” está bien afinado o no.
En lo personal, prefiero escuchar las voces que “cantan fuera del coro”. Suenan bien; me desafían a buscar respuestas, son exigentes y al mismo tiempo misericordiosas. Me conectan con el mensaje esperanzador del Evangelio de Jesús, que me invita a vivir en plenitud y me acoge sin juzgar. Mal que mal, Jesús fue (para su época), una voz que ciertamente “cantó fuera del coro” de los fariseos de su tiempo.
Juan Ignacio Canales De la Jara
