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Periodismo televisivo en época electoral

Por: Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega


Señor Director:

Cabe hacer un examen y emitir un juicio crítico sobre el periodismo político que está ofreciendo la televisión en estos días a las audiencias. En tiempos de campañas electorales proliferan las ofertas, se destapa la generosidad para disponer de recursos públicos, como también el voluntarismo fácil para congraciarse, fingir empatía y adular a los potenciales votantes. Es un fenómeno sobradamente conocido, aunque no por eso menos frustrante y desalentador para los ciudadanos y televidentes.

En este contexto, se ha podido observar en las últimas semanas que el papel de los periodistas en los programas televisivos sobre las candidaturas en curso, ha estado lejos de asumir una orientación hacia la búsqueda de información, la exposición llana y razonada de las propuestas, el análisis de los proyectos. Muchas veces queda la sensación de que los periodistas más que interrogaciones interesantes y pertinentes sobre las ideas o programas de los entrevistados, se esmeran en desarrollar verdaderas disertaciones y afirmaciones de sus propios puntos de vista; más que indagar en el sentido y alcances de las propuestas de los entrevistados persiguen sorprenderlos, pillarlos, detectar la falla, impulsados quizá por un afán inmoderado y fuera de control por generar rating, provocar golpes noticiosos, echar a andar corrientes de opinión en torno de los medios a que pertenecen y, por qué no confesarlo, de ellos mismos.

Así, las entrevistas se quedan en detalles intrascendentes y los periodistas se enfrascan en entreveros verbales inoficiosos, aburridos y poco conducentes. Muchas de las materias que se tratan en estos programas surgen y se plantean desde el interés de los entrevistadores, que las recogen de manera acrítica de estudios inducidos o de ese inasible revoloteo epidérmico y volátil de redes sociales, y no necesariamente de lo que los espectadores estiman importante para sus vidas, sus familias, sus comunidades, sus entornos, lo cual contribuye a profundizar la distancia existente entre la casta dirigente, los medios y las personas reales y concretas.

Tanto la escenificación de estos verdaderos torneos político electorales, no muy diversos en verdad de un espectáculo, como el desempeño que en ellos exhiben candidatos y entrevistadores, ofrecen a la audiencia una versión bastante poco pudorosa de la auténtica feria de vanidades en que ha llegado a convertirse la política, el periodismo y el debate público en nuestro país, obliterando o al menos debilitando severamente la real preocupación y compromiso con los asuntos comunes.

Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega
Comunicador Social
Abogado

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