Señor Director:
El año pasado tuve el privilegio de tomar un curso sobre performance operística en la Universidad de Chicago, el cual fue impartido por Anthony Freud (Director del Lyric Opera) y la filósofa Marta Nussbaum.
A juicio del profesor Freud, hay una forma de distinguir entre buena y mala ópera. La buena ópera es aquella que logra una verdadera fusión entre el teatro y la música. Así, una vez que las palabras se rinden al tratar de expresar las emociones, la música entra a completar el trabajo.
La versión de concierto de Lady Macbeth de Mtsensk en el Municipal -debido a la huelga del Sindicato Técnico- ha permitido un espectáculo único en este sentido. Los cantantes, no obstante carecer de escenografía, vestuario e iluminación, han sabido interpretar el turbulento fruto de Shostakovich de manera notable. La impresionante dirección de Konstantin Chudovsky y el protagonismo de la soprano Elena Mikhailenko han conjugado una ópera que, sin distracciones y obligando al auditorio a la más alta concentración, pudo combinar música y actuación de manera sobresaliente.
Más allá del conflicto laboral, hay que agradecer el esfuerzo de esta desafiante producción.
Álvaro Awad
Abogado y Profesor UC
