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Día mundial de los océanos: una mirada de Chile Opinión

Día mundial de los océanos: una mirada de Chile

María Dulce Subida
Por : María Dulce Subida Investigadora. Estación Costera de Investigaciones marinas "Chile es Mar"
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El 70% del territorio de Chile está en el océano pero la mayoría de sus habitantes vive mirando hacía la cordillera, de espalda al mar. Chile está entre los 10 países pesqueros más importantes del mundo, pero paradójicamente los chilenos consumen menos de 14kg de proteínas de origen marina per capita al año, muy por debajo del promedio de 20kg estimado para el resto del mundo.

El lector más atento se preguntará porqué es entonces más fácil el acceso del consumidor a las carnes que a los pescados o mariscos; o por qué en 20 km de una carretera costera de la región de Valparaíso se pueden contar cerca de 10 carnicerías pero tan solo 2 pescaderías con productos frescos. Podría ahora mismo argumentar sobre eventuales razones y condicionantes socio-culturales, pero me centraré en los hechos.

Las pesquerías industriales y artesanales se comparten, más o menos equitativamente, el total de desembarques pesqueros del país. Gran parte de los desembarques industriales se exportan o se convierten en productos derivados del pescado; de hecho, Chile ocupa el sexto puesto, a nivel mundial, en exportaciones de pescado y productos pesqueros.

Así que para consumo humano y nacional nos quedan esencialmente los desembarques procedentes de la pesca artesanal, por lo que me detendré en este sector. A lo largo de sus más de 4000km lineales de una costa bañada por aguas frías y productivas, la flota artesanal de Chile extrae más de 170 especies de recursos marinos.

[cita tipo=»destaque»]Las pesquerías industriales y artesanales se comparten, más o menos equitativamente, el total de desembarques pesqueros del país. Gran parte de los desembarques industriales se exportan o se convierten en productos derivados del pescado; de hecho, Chile ocupa el sexto puesto, a nivel mundial, en exportaciones de pescado y productos pesqueros. [/cita]

De estas, son menos de 30 las que se regulan por normas pesqueras distintas a cuotas de captura o características de las artes de pesca, es decir, tallas mínimas legales o períodos de veda. Y son menos de 15 para las que existen valores estandarizados de variables biológicas que permiten conocer el estado de su pesquería. Y he aquí lo dramático de la situación: de estos pocos recursos para los que se sabe algo sobre su estado, más de la mitad se encuentra oficialmente sobreexplotado o agotado.

Da miedo pensar en qué estado están las restantes para las que la información pesquera es escasa, pero a juzgar por la tendencia mundial, se estima que unos 80% de estas también están en la misma condición de sobreexplotación o agotamiento de sus stocks.

La situación actual de las pesquerías en Chile, y en particular del sector artesanal, es realmente dramática. ¿Y quiénes son los responsables de este desastre socio-ecológico? Casi puedo oír el susurro de la mayoría de los lectores de esta nota: “de los políticos”, “de los pescadores”.

Y a esos lectores les hago una segunda pregunta: ¿Quiénes comen pescado en Chile? ¿Solo los políticos? ¿Los pescadores?

En relación al estado de nuestros recursos marinos, es imperativo que aprendamos a hacer el mea culpa de una vez por todas. Los recursos naturales del planeta se agotan en consecuencia de miles de reiteradas acciones de seres humanos – nuestras propias conductas individuales y cotidianas.

Los políticos bien pueden (y deben!) legislar el uso sustentable de los recursos naturales, los pescadores bien pueden (y deben!) pescar sustentablemente los recursos del mar.

Pero si cada uno de nosotros, en cuanto beneficiario de esos recursos no “pesque” las consecuencias de seguir usándolos irresponsablemente, de nada sirven las leyes, o la buena disposición de los pescadores a cumplirlas.

Esto hay que pararlo. Son necesarios y urgentes cambios de conducta a la hora de consumir recursos del mar. ¿La solución? El consumo responsable. ¿El camino? La educación de los consumidores; una educación marina con una sólida base científica, asequible para TODOS los chilenos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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