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Crecimiento sí, pero con respeto por la vida humana Opinión

Crecimiento sí, pero con respeto por la vida humana

Jorge Rojas Vallejos
Por : Jorge Rojas Vallejos Director del Magíster en Economía y Ciencia de Datos, UNAB
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Por si no fuera suficiente adversidad, las personas de menores ingresos no solo se ven enfrentadas a mayor contaminación, sino que esto también tiene efectos sobre su salud y su desarrollo cognitivo. Existen varias investigaciones que muestran que la contaminación tiene un efecto negativo en el rendimiento escolar. Una de ellas es la desarrollada por los economistas Lavy, Ebenstein y Roth (2014), quienes realizan un análisis con datos de contaminación del aire y resultados de una prueba estandarizada para el caso de Israel. Se estima que una disminución en una desviación estándar de la contaminación del aire, tendría un efecto positivo sobre el rendimiento de los estudiantes equivalente a un 30% de una reforma educacional en el aula (JPAL).


Esta semana se ha conocido, a nivel nacional, el enorme problema de contaminación ambiental que sufren las comunas de Quintero y Puchuncaví. Debido a la emergencia, se decretó alerta amarilla con la suspensión de clases en ambas comunas hasta tener mayor claridad de la situación. Este episodio es más grave que los usuales, pues alrededor de 130 personas se vieron afectadas con mareos, náuseas y vómitos, siendo 90 de ellos niños y niñas del sector.

Puchuncaví y Quintero sufren de exposición a la contaminación del aire, el agua y la tierra de modo habitual. Esto se debe al gran número de industrias con actividades altamente contaminantes que existen en la zona. Algunos ejemplos son la planta de recuperación de ácido sulfúrico división Codelco Ventanas, la Terminal de Asfaltos y Combustibles Cordex, la Central Termoeléctrica Nueva Ventanas, la Central Termoeléctrica Campiche, entre otras. Todas estas industrias pueden crear empleos, pero de qué sirve si se pierde la salud y el potencial de desarrollo futuro.

Un tema esencial que debe estar presente en la discusión sobre el crecimiento corresponde al medioambiente. En el siglo XX se acuñó la máxima “crecer primero, y limpiar después”. Hoy, en el siglo XXI, tenemos las herramientas para poder darnos cuenta de los errores contenidos en esa frase. El primero de ellos es la visión de corto plazo que esconde un egoísmo intergeneracional evidente. El segundo es la incapacidad de comprender el poder de la tecnología para ayudar al ser humano a mejorar su calidad de vida, un error digno del siglo XIX.

[cita tipo=»destaque»]Un tema esencial que debe estar presente en la discusión sobre el crecimiento corresponde al medioambiente. En el siglo XX se acuñó la máxima “crecer primero, y limpiar después”. Hoy, en el siglo XXI, tenemos las herramientas para poder darnos cuenta de los errores contenidos en esa frase. El primero de ellos es la visión de corto plazo que esconde un egoísmo intergeneracional evidente. El segundo es la incapacidad de comprender el poder de la tecnología para ayudar al ser humano a mejorar su calidad de vida, un error digno del siglo XIX.[/cita]

Tener un medioambiente libre de contaminación es prioritario para el adecuado desarrollo de nuestra sociedad. En este sentido, el Estado chileno está en deuda con las personas más vulnerables de la nación. Existen varios problemas que podrían nombrarse, tales como la presencia de microbasurales, escasez de áreas verdes, contaminación del aire y del agua, entre varios otros.

Sin embargo, lo que sucede en Quintero y Puchuncaví es francamente inaceptable. Niños y niñas de estas comunas viven bajo constante contaminación, además de pertenecer a estratos socioeconómicos de bajos ingresos. Esto se contradice con cualquier idea de justicia social o de desarrollo humano, además de hipotecar el crecimiento económico futuro tanto de ellos como del país en su conjunto.

Los efectos de la contaminación afectan a todas las personas, pero los más susceptibles a este problema ambiental son los niños (Schwartz, 2008). No es sorpresa que en Chile existan problemas de calidad del aire en casi todas las ciudades del país, las más icónicas son Santiago, Temuco y Osorno. No obstante, lo que sucede en las localidades de Quintero y Puchuncaví es de un orden de magnitud realmente preocupante, pues no es solo el aire, también es el agua, la tierra e incluso los productos del mar. Notemos también que existe una fuerte correlación (asociación) entre ingresos y contaminación (Ebenstein, Fan, Greenstone, He, Yin y Zhou, 2015). Esto agrega otra arista a considerar en el problema de desigualdad existente en Chile.

Por si no fuera suficiente adversidad, las personas de menores ingresos no solo se ven enfrentadas a mayor contaminación, sino que esto también tiene efectos sobre su salud y su desarrollo cognitivo. Existen varias investigaciones que muestran que la contaminación tiene un efecto negativo en el rendimiento escolar. Una de ellas es la desarrollada por los economistas Lavy, Ebenstein y Roth (2014), quienes realizan un análisis con datos de contaminación del aire y resultados de una prueba estandarizada para el caso de Israel. Se estima que una disminución en una desviación estándar de la contaminación del aire, tendría un efecto positivo sobre el rendimiento de los estudiantes equivalente a un 30% de una reforma educacional en el aula (JPAL).

En conclusión, la invitación es a debatir con más fuerza la importancia de los temas medioambientales, las regulaciones que se deben generar y la influencia del deterioro ecológico sobre la formación de capital humano y la salud de las personas. Hay suficiente evidencia para pensar que la contaminación afecta no solo la salud, sino que también el desarrollo cognitivo. Existe un acuerdo casi transversal de que la educación es una poderosa herramienta de movilidad social. Hagamos esto posible para los niños y niñas de Quintero y Puchuncaví, que sufren de tantas desigualdades en nuestro país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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