Un intento de fuga, frustrado por Gendarmería, derivó en un violento motín en la cárcel de alta seguridad de Colina II. El incidente, que se prolongó por tres horas, generó un gran operativo de seguridad, debido a la peligrosidad de los reclusos.
Siete gendarmes y cuatro reclusos heridos fue el resultado de un intento de fuga que derivó en motín en el recinto penitenciario de Colina II.
Según informó Gendarmería, ayer a las 12.52 horas, internos de Colina II iniciaron un violento intento de fuga, escalando mallas y techos, portando armas corto punzantes, arañas para escalar y bombas caseras. Tres de ellas explotaron muy cerca de una garita de vigilancia.
Además, la población penal inició desórdenes al interior de los módulos quemando diferentes elementos. La confusión duró cerca de tres horas.
En tanto, a las afueras del recinto se vivió una jornada de pedradas y gritos de los familiares de los reclusos, los que fueron combatidos con el carro lanzaaguas.
Gendarmería sostuvo que la acción de los reclusos contó con apoyo externo, pues se produjo un ataque con arma de fuego a la guardia perimetral.
Hasta el lugar concurrieron efectivos de Carabineros y del Gope, quienes ampliaron el operativo a las poblaciones aledañas. Si bien se informó que no hubo reos fugados, en dichas poblaciones se detuvo a 3 personas por agredir a Carabineros.
Los heridos
Hasta anoche se conocía de siete gendarmes heridos, los que fueron enviados a la posta de urgencia del Hospital de Carabineros.
En tanto, cuatro reos resultaron heridos, uno de ellos con riesgo vital.
Los reclusos, identificados como Unter Müller y Manuel Itureta, fueron trasladados al hospital penitenciario. En tanto, Oscar Vargas Zúñiga fue trasladado al Hospital San José y habría quedado ciego de un ojo.
Sin embargo, es Luis Henríquez -quien se encuentra internado en el Hospital de Neurocirugía- el único de los internos con riesgo vital, debido a que perdió masa encefálica.
Según informó Gendarmería, los cuatro reclusos heridos son de alto compromiso delictual.
El penal
Hasta el penal de Colina II llegó el intendente de la Región Metropolitana, Marcelo Trivelli, para imponerse de la situación. Además, se constituyó el juez subrogante de Colina, Bernardo Neira Brunetti, quien tomó conocimientos de los hechos y ordenó el procedimiento de rigor.
En tanto, en las poblaciones aledañas, donde hubo tres detenidos, los vecinos reclamaban por el trato de Carabineros. Según vociferaban, viven en el peor de los mundos, pues o los reclusos fugados se esconden entre los vecinos, o simplemente son allanados por la policía.
En el mencionado recinto penitenciario se encuentra recluído el asesino del menor Víctor Zamorano Jones, Cupertino Andaur. En el mismo penal se encontraba hasta hace unas semanas Roberto Martínez Vásquez, El Tila, quien se suicidó el 14 de diciembre pasado.
