Publicidad

Ministro Huenchumilla: «El segundo piso no me quita el sueño»

En la primera entrevista in extenso que concede desde su arribo a La Moneda, Francisco Huenchumilla analizó con El Mostrador.cl la reacción que provocó su nombramiento en su partido (DC) y las dificultades que le esperan en un ministerio donde naufragaron varios de sus antecesores. También abordó la trascendencia que tiene para el mundo indígena su designación.


Francisco Huenchumilla, DC, se instaló hace tres días en su oficina. Sus nuevas obligaciones como ministro secretario general de la Presidencia ni siquiera le han permitido aún conocer a todo su equipo y sabe que tampoco lo permitirán ver lo suficiente a su familia, integrada por su esposa y seis hijos, que seguirán viviendo en Temuco.



El nuevo secretario de Estado, el hombre de la DC en La Moneda, sabe que su nombramiento fue una sorpresa tanto para su partido como para otros actores políticos. Frente a las interrogantes, pone resueltamente sus doce años de diputado como respuesta. En esa experiencia como parlamentario y en sus buenas relaciones con todos los sectores de su partido, deposita su confianza.



¿Cuál es el alcance que tiene el malestar de la DC por todas las expectativas frustradas en este cambio de gabinete y por la forma en que se hizo?

-Esa es una pregunta que deben responder los presidentes de los partidos. Y yo soy ministro del Presidente de la República. En cualquier coalición los partidos que apoyan al gobierno tienen una opinión frente a las decisiones del Presidente. Pero entiendo que, en general, las autoridades de la DC han dicho que respaldan plenamente las decisiones del Presidente.



Siendo demócrata cristiano ¿no se hace cargo, entonces, de que se produjo un cortocircuito entre el Gobierno y su partido a propósito de este ajuste ministerial?

-Cortocircuito no he visto…Puede que se hayan tenido algunas aspiraciones que no fueron totalmente satisfechas. Pero eso es parte de la normalidad de la vida política: no siempre se dan las ecuaciones que uno pretende.



Esta situación ¿no encierra el germen de desencuentros futuros? La directiva que encabeza Adolfo Zaldívar cuenta con un apoyo interno como nunca antes se había visto y resulta que este equipo de gobierno no consideró incluir ninguna persona que represente a la mesa colorina

-Yo no lo veo así. Nos reunimos con la directiva antes de jurar como ministros, como un gesto de que efectivamente somos DC. Ayer (martes) tarde estuvieron en La Moneda Adolfo Zaldívar y el secretario nacional de la DC en una reunión oficial. Tenemos una buena relación con la directiva. Yo tengo una buena relación con todos los sectores del partido. No creo que exista ese ruido al que usted alude.



A pesar de que existan esa buenas relaciones que describe no hubo en el gabinete ninguna persona que responda a esa sensibilidad DC, un colorín "genuino" que responda a las aspiraciones que tenía el partido.

-La tendencias en los partidos no siempre son uniformes y monolíticas. Hay personas independientes que apoyan la directiva como tal, por ejemplo. Yo no le doy mayor trascendencia a esa situación de la que habla. lo concreto es que los ministros que entraron lo hicieron con pleno respaldo de la directiva, independientemente de su pertenencia histórica determinadas tendencias. Lo concreto es que cuentan con ese respaldo y que estas personas son leales a esa directiva y están trabajando con el Presidente.



Cómo hay que entender entonces que Patricio Rojas, uno de los nombres propuestos para el gabinete, ya no sea el coordinador de la DC con La Moneda?
-Es que eso no es así. Rojas acaba de conversar conmigo hace una hora y él vendrá mañana a la reunión que tenemos con los partidos y vendrá representando a la DC. Ahí tiene una primicia.



Usted es consciente, y perdone que se lo diga así, que su nombre no era el que los colorines querían tener en La Moneda?

-Yo nunca fui vetado por la directiva. Yo ya estaba en el gobierno en una subsecretaría y nunca fui cuestionado por la directiva.



No digo que lo haya sido, digo que las expectativas eran en torno a otros nombres

-Es probable. Pero eso no significa que no estemos trabajando como corresponde.



Después del rodeo, sonríe y agrega "Patricio Rojas es un hombre sumamente generoso. Nosotros conversamos inmediatamente después de que fui designado ministro. El ha sido muy generoso. Por lo demás él ha sido ministro antes de tal manera que tiene experiencia y sabe cómo son estas cosas".



¿Qué refundación puede hacer la Concertación, y que nueva etapa de relación con el Gobierno, si de los cuatro partidos de la alianza hay dos que están "dolidos", como han dicho?

-En la vida siempre hay dolores. Pero los dolores, con un poco de crema, pasan rápidamente. La Concertación está vida, y como todo ente vivo, a veces tiene dolores. Pero eso pasa.



¿Y dónde se generan los dolores en esta relación Gobierno-DC?¿En la forma en que el Gobierno ha hecho las cosas o en la actitud que tomó Adolfo Zaldívar en esta coyuntura?

-No tengo opinión. No estoy en la directiva. Sabía dónde y por qué me dolía cuando estaba en la directiva de Patricio Aylwin. Pero ahora no.



Ministerio "quemaministros"



¿Cuál es el handicap de la Segpres que tantos ministros, alguno personas brillantes se han quemado, han quedado superadas por este cargo? ¿Cuál es la causa del fracaso?
-Es que este ministerio lo cruzan una multiplicidad de competencias. Yo no hablaría de fracasos. Sí puedo decir que, al revés de un ministerio sectorial de competencias acotadas, éste es un ministerio transversal que es como un cajón de sastre, todo cabe. Como tiene muchos temas, los problemas son proporcionales al número de temas. Hay muchas posibilidades de dificultades. En tres días acá, no he tenido un rato de tranquilidad, no he podido conversar con todo mi personal entre viajes al congreso, reuniones con otros ministros. Es un desafío.



Uno de los escenarios futuros adversos que usted podría enfrentar es el la interlocución con los senadores a la hora de negociar proyectos. ¿Cómo se gana la legitimidad con los senadores? Algunos antecesores suyos la han tenido de inmediato, otros nunca pudieron.
-Uno se gana el respeto de la gente cuando es capaz de entregar elementos de juicio respecto de los temas que se debaten, cuando aporta ideas. El respeto no se gana ni por el ancho, por el peso o por el nombre. Se gana por la cabeza que uno tenga. Tengo doce años como parlamentario en mi vida. Conozco a muchos de ellos. Me esforzaré al máximo por tener una buena relación con todos.



Otra eventual dificultad es que sea aislado del núcleo del poder, como alguno de sus antecesores DC en La Moneda. Hay historias y complicidades del mundo del progresismo en palacio que es lógico que no comparta…

-Creo que para tener buenas relaciones políticas se requiere primero tener buenas relaciones humanas, y yo las tengo con José Miguel como con Francisco. De repente la gente no se entiende bien en lo humano y de ahí se parte mal. Segundo, uno debe tener claro cuál es su competencia y su campo. Tercero, uno debe ser franco y plantear las cosas en las instancias correspondientes. Y cuarto, hay que hacer bien la pega.



Uno de los párrafos del documento refundacional de la Concertación, del grupo de los ocho, plantea que hay una necesidad objetiva de que La Moneda, el Gobierno, clarifiquen sus instancias formales de decisión. ¿Atenta contra la buena gestión la existencia de instancias paralelas de decisión como el "segundo piso"?

-Esa una falsa discusión. Hay distinguir las etapas que tienen las acciones políticas. Hay una etapa de discusión, de análisis, de procesar información. Después hay una etapa de decisión. Todos los ministros tienen asesores, el Presidente tiene derecho a tener sus asesores. Lo importante es quién decide, no quién opina previamente. Mientras más opiniones, probablemente mejores decisiones se tomen. Ese es el punto.



"Personalmente, -agrega con énfasis- tengo un equipo grande de asesores. Y a todos los escucho. Y mejor cuanto más opinen. Pero soy yo quien decide y debo suponer que es igual con el Presidente de la República. Así es que no me quita el sueño lo del segundo, tercer o cuarto piso".



Otro de los planteamientos del Grupo de los 8 es que los partidos comprometerán la aprobación por unanimidad de las ideas de legislar en los proyectos del Ejecutivo, pero que eso requiere un proceso adecuado de discusión y consenso previo con los partidos ¿Detecta un problema en esto?

-La disciplina ciega y vertical no sirve. La disciplina debe ser consciente, y para eso se necesita diálogo. Yo parto de la base que conversaré con un poder del estado, con personas que tiene un mandato por soberanía popular. Mucho diálogo, pero cuando se toma una decisión, esa se cumple. Sin olvidar que es el Ejecutivo el que administra el Estado.



"Es fundamental un ordenamiento de los partidos políticos. Y las buenas relaciones de los partidos con el gobernante. Es fundamental que los parlamentarios sean tomados en cuenta. No hay que olvidar que los parlamentarios llegaron allí por mandato popular. Mucha gente lo puso ahí, y está con la gente en su distrito, es un cable a tierra. Esto lo tengo claro, porque yo lo viví. Viví la experiencia. Fui parlamentario y me relacioné con ministros secretarios generales de la Presidencia».



¿Y que errores de la Segpres detectó en esa experiencia como parlamentario que desee subsanar como ministro?
-De esa experiencia saqué buenas enseñanzas que espero me permitan ser un ministro de la Segpres muy dialogante con el parlamento.



Fuera de la meta enorme que le impone la existencia de la Agenda Transparencia, Modernización y crecimiento ¿qué meta específica se ha puesto?
-Para mí fue una sorpresa que me llamara el Presidente para ser ministro. Aún no me siento instalado, estaré cerca de un mes en rodaje. Entonces, además de esa Agenda, estoy recién viendo hacia dónde encaminaré este buque.



¿Será un fracaso del acuerdo si de la llamada agenda corta se cumple con lograr la aprobación de todos los proyectos menos los dos que son neurálgicos, sobre gasto electoral y financiamiento de los partidos?

-Eso depende de los partidos. La pelota la tienen ellos. Confío en que si fueron los partidos los que firmaron el acuerdo responsablemente asuman su responsabilidad. Qué sentido tenía que firmaran el acuerdo si después no son capaces de aprobarlo. Sería un fracaso de ellos.



"Soy una excepción"



-Usted es la persona de la etnia mapuche que más alto ha llegado dentro de la estructura del Estado chileno, la que más arriba está en la escala de poder de un país ¿Cómo siente este logro en lo personal, en lo íntimo?

-Me han dicho que he pasado a la historia. Así parece…



Carraspea varias veces antes de seguir. "Hay que ir abriendo caminos. Sé que esto potencia sicológicamente a mucha gente. Así lo he percibido por la cantidad de cartas y mensajes que me han llegado de muchos actores del mundo indígena. Me alegro de servir para darle fuerza a la gente en su identidad".



"Pero también sé que soy la excepción. Esto no significa que conmigo los problemas de los pueblos indígenas estén solucionados. Mi situación profesional, económica o esta ahora no debe ser el parámetro para medir la situación del pueblo mapuche".



Desde esta perspectiva que hablamos, ¿Cuál es el desafío que tiene?

-Yo soy una persona sin ansiedades, por cargos o esas cosas. Cada día tiene su afán, y la consigna es hacer bien la tarea en que uno está. Primero un paso, después otro. Yo no tengo un estilo "luminoso", no soy un centrodelantero para meter goles. Soy más bien un medio campista, que está armando juego y distribuyendo la pelota. Podría ser Gorosito. Los parámetros de los santiaguinos, del mundo social de acá, no van conmigo.



Desde esta oficina en que ahora se sienta ¿Cómo evalúa la forma en que el gobierno ha enfrentado y debe enfrentar la deuda histórica con el pueblo mapuche? Usted como diputado por Temuco, luego como mediador en este conflicto, ha estado "del otro lado"…

-Yo digo del Estado chileno, que incluye este gobierno. Esa deuda está pendiente. Cuando digo Estado digo este gobierno, los anteriores, los partidos políticos, la sociedad chilena, y los chilenos en general. Porque somos un país racista y discriminador… (baja la voz paulatinamente). Es así. Falta mucho que caminar. Espero que nadie me ponga de ejemplo para decir que los problemas del pueblo mapuche están solucionados. Tengo mi postura, el gobierno lo sabe. Y por eso digo lo que digo.



Vea además:



Huenchumilla, gestor de la ANI



La trayectoria de Huenchumilla



__________________

Artículos relacionados:



DC reconoce que Lagos no acogió todas las sugerencias (3 de marzo 2003)



Cambio de gabinete: ¿y eso era todo? (1 de marzo 2003)

Publicidad

Tendencias