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Adolfo Zaldívar fija posición de la DC sobre aniversario del 11

El timonel propuso una serie de definiciones del partido en torno al Golpe de Estado. Fundamentalmente, señala la necesidad de mirar hacia el futuro librando a las nuevas generaciones de la carga política de hace 30 años. Como «bonnus track», su carta afirma que la DC debe desbordar las fronteras de la coalición para interpretar a amplios sectores.


El presidente de la Democracia Cristiana, Adolfo Zaldívar, propuso hoy -a través de una carta abierta- una nueva mirada de su partido en torno al 30 aniversario del Golpe de Estado. Los últimos días la colectividad ha estado un tanto complicada por el tema, tanto por la asistencia de sus militantes destacados (ministros y parlamentarios) a los actos oficiales a que invita La Moneda, como por las acusaciones de haber apoyado el Golpe que han afectado a otros.



«Las condiciones y circunstancias de lo ocurrido hace 30 años son imposibles de extrapolar al Chile de hoy. Menos transmitir con fidelidad y objetividad, a las actuales generaciones, las responsabilidades que cada persona e institución tuvo en la crisis política, económica y social que culminó en el 11 de septiembre de 1973, con las trágicas secuelas y consecuencias que aún condicionan a sectores de la sociedad chilena», comienza el documento.



«Llevamos treinta años de recriminaciones y no se atisba explicación o justificación a lo ocurrido que satisfaga a todos quienes fueron actores del conflicto. Incluso en cada bando en que se dividió el país, se advierten disensiones y lecturas disímiles sobre las formas en que procedieron unos y otros», agrega.



«No pueden ahora intentar, algunos, reescribir la historia y pretender imponer una versión oficial de lo ocurrido. Esa actitud repugna la conciencia de los demócratas que conocen la génesis, desarrollo y culminación del proceso que derrumbó la democracia, dando pábulo a lo que vino luego durante el régimen militar».



Zaldívar prosigue señalando que lo peor ha sido para los «huérfanos de esa tragedia», como llama a las generaciones nacidas en esos años y que tuvieron que «pagar la irresponsabilidad de aquellos dirigentes que la hicieron posible, varios de los cuales hasta hoy se justifican tratando de acomodar los hechos».



«En lo personal asumo las responsabilidades que por acción u omisión pude cometer. No obstante no debo ni quiero, como persona ni como presidente del PDC seguir prisionero del pasado. Sí, declaro que soy solidario de los actos institucionales del Partido y no renegaré de su historia» .



También propone que como partido político de centro, «eje de la estabilidad institucional de Chile» se deben dar pasos contribuyendo a superar el dolor sin olvidarlo, pero asumiendo una actitud positiva y constructiva.



«En su mayoría somos mujeres y hombres de fe que aceptamos y respetamos a quienes piensan distinto. Por eso a 30 años de la tragedia del Chile de 1973, contemporáneo aún para algunos, y ya historia para la gran mayoría, quiero llamarlos a asumir una actitud que contribuya a mirarnos entre todos fraternalmente».



«A 30 años de la crisis que condicionó la vida de los mismos chilenos que la provocaron, incluso a costa de sus propias vidas -en algunos casos-, tenemos la obligación de liberar a las nuevas generaciones de tanta equivocación y barbaridad».



Sobre todo, Zaldívar llama a rescatar y proyectar el espíritu del plebiscito del 5 de octubre, día en que se demostró que Chile podía privilegiar la contienda democrática como forma de dirimir las diferencias.



Más allá de la Concertación



Zaldívar sí asume un mea culpa como partido por no haber sabido interpretar debidamente el espíritu y mandato que dio el pueblo «para abrirnos al futuro y dejar atrás los odios y divisiones». Hace una autocrítica por no haber podido, entre otras cosas, cambiar un sistema electoral binominal que ha rigidizado la política imponiendo dos bloques.



«Este modelo artificioso es también oportuno, para un sector de la izquierda, ya que al disminuir la gravitación e influencia del marxismo pudieron separarse de los ortodoxos reubicándose a la izquierda del centro», señala.



«Ahora, con las pupilas puestas en el futuro, la Democracia Cristiana busca interpretar al Chile del 2003 afianzando un liderazgo que vaya, incluso, más allá de las fronteras del 5 de octubre; desbordando los márgenes de la actual coalición de gobierno en un proyecto nacional y popular. Así quebraremos el diseño estratégico de la UDI cuyo interés es que todo siga igual para tener ellos una opción de poder; objetivo que a veces cuenta con la ingenua colaboración de algunos de nuestros socios.



Vea texto completo de la carta de Adolfo Zaldívar

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