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Municipales: La Alianza deja para marzo conflicto por tránsfugas

Aún cuando el gremialismo no acepta este calificativo para denominar a los ediles que, siendo electos por RN emigraron a la UDI, admite que existen »diferencias de criterio» con sus aliados, sobre cómo solucionar este impasse. Por eso es que se postergó para marzo la reanudación de las negociaciones que permitan concretar un acuerdo »integral» como exige RN.


La propuesta del presidente de Renovación Nacional, Sebastián Piñera, a sus aliados, en orden a efectuar un "cónclave" durante la primera semana de marzo para concretar la plantilla municipal del pacto, fue bien acogida en la UDI, entre otras cosas, porque con ella no se hace más que darle curso al calendario original del gremialismo. No obstante, aunque ahora ambos partidos parecen por fin estar de acuerdo en algo, la verdad es que la negociación que resta no será fácil: Los tránsfugas prometen ser el centro del debate.



Este aspecto de la negociación no deja de ser interesante si se considera que en la UDI parten de la premisa de que no existen alcaldes tránsfugas, tema que el timonel del partido, Pablo Longueira, ha planteado como un aspecto intransable en las conversaciones con sus socios desde que éstas se iniciaron. A esto se suma que el secretario general del gremialismo, Patricio Melero, admitió ayer que el único punto que ha impedido cerrar el acuerdo es justamente éste, señalando que sólo respecto de seis comunas hay diferencias de criterio.



Los municipios que se han convertido en la manzana de la discordia al interior de la Alianza por Chile son Rancagua, Codegua, Empedrado, Puyehue, Aysén y Coyhaique, y de la solución que se le dé al conflicto generado por los respectivos alcaldes, cuando decidieron dejar RN e ingresar a las filas de la UDI, depende cuánto tarde el pacto opositor en conciliar una plantilla única para enfrentar a la Concertación en las elecciones municipales del 31 de octubre.



Por otra parte, las visiones en relación al grado de avance de las negociaciones son distintas en ambos partidos. Mientras Melero asegura que "hasta esta fecha hemos avanzado en forma importante", entre sus aliados estiman que las negociaciones están "estancadas" y que para avanzar, necesariamente, se debe hacer en virtud a tres principios básicos como son la unidad, calidad e igualdad de oportunidades para todos los candidatos.



Sobre estos conceptos, a juicio de Piñera, debe surgir un acuerdo "integral", ya que para RN -dice el dirigente- el problema no dice relación con el número de comunas a que acceda cada colectividad, sino más bien con la cantidad de electores que constituyan los municipios. El problema surge porque esta tienda siente que podría resultar disminuida respecto de la UDI, que plantea que por ser el partido más grande del país -y por cierto de la Alianza- tiene derecho a postular a llevar candidatos en un mayor número de comunas, lo que también significa abarcar un mayor electorado.



Esto se traduce en una especie de diálogo de sordos, ya que si bien la propuesta gremialista le da 12 comunas más a RN que a la UDI -de los municipios actualmente en manos del pacto opositor está dispuesta a ceder 87 a sus socios, quedándose con 78. De las comunas que pertenecen al oficialismo, la UDI ofrece 87 a RN para quedarse con 84-, en la tienda de Piñera estiman que eso no es generosidad de parte de sus aliados, pues proporcionalmente el gremialismo se queda con mayor cantidad de electores.



De allí la posición de Piñera que ha enfatizado que "el problema no es sólo de número de comunas, como ha planteado el secretario general de la UDI (…). Aquí no se trata de generosidad, se trata de justicia". Y para el titular de RN la justicia con que se resuelva la plantilla municipal significa que no sirve tener más municipios si éstos representan menos electores. No es lo mismo -dicen en RN- ganar o conservar un comuna de 300 electores que una de 100 mil.



Sin duda, la UDI tiene eso bastante claro, no por nada en la negociación municipal pasada se la jugó por las comunas más importantes del país. La apuesta que decidió hacer Longueira el año 2000 era difícil, pero dio los frutos esperados por el dirigente, ya que logró hacerse de comunas que históricamente pertenecieron a la Concertación -como Concepción, Conchalí, Renca, Recoleta y Huechuraba, entre otras- y que le dieron un importante piso electoral que los llevó a convertirse a la postre en el partido más grande de Chile. Hacer que renuncie a eso se ve difícil.



Sobre todo cuando Melero plantea que el tamaño de las comunas es un tema «secundario» para la UDI y que lo verdaderamente importante es encontrar a los mejores hombres y mujeres que representen a la Alianza por Chile y puedan ganarle a los candidatos de la Concertación. El tema para RN es ligeramente distinto, ya que todo parece indicar que sería la tienda de Piñera la que, debido al concepto de proporcionalidad -que defiende la UDI-, tendría que conformarse con los municipios más pequeños.



No obstante, -siendo optimista- sólo en marzo se conocerá el resultado del tira y afloja en que ha estado enfrascada la oposición este último año y, comunas más comunas menos, la Alianza por Chile dará a conocer un acuerdo que permitirá que todos aseguren que, tras la negociación el pacto salió más fortalecido.



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