Ministro de Salud se comprometió a poner en marcha la totalidad de las garantías contempladas en el plan AUGE, antes de que termine el Gobierno de Lagos. García hizo esta promesa, pese a que su propio subsecretario reconoció que los aneurismas no podrán ser atendidos antes del 2007, por falta de especialistas, y a que expertos en el tema consideran que esto es económicamente difícil de lograr.
Una promesa difícil de cumplir realizó hoy el ministro de Salud, Pedro García, al asegurar que antes de que termine el Gobierno de Ricardo Lagos -el 11 de marzo del 2006-, se ofrecerá atención garantizada a las 56 patologías incluidas en el plan de Acceso Universal de Garantías Explícitas (AUGE).
"Bueno, tengan claro que vamos a llegar a las 56", dijo, y agregó que "lo demostraremos el 2006; serán 56 las patologías que van a estar con nosotros".
Las palabras de García, y el compromiso que conllevan estas palabras, contravienen lo dicho días atrás por el subsecretario de la cartera, Antonio Infante, quien reconoció a El Mostrador.cl que una de las enfermedades de la lista, los aneurismas, no podrán recibir atención antes del año 2007.
"Los aneurismas van a entrar más tarde y lo harán en la medida en que podamos asegurar que, la persona que está en Futaleufú, tenga la misma oportunidad de atención que el tipo de la Plaza de Armas. Eso significa que si ellos de pronto tienen un fuerte dolor de cabeza, tenemos que tener despejado cómo se aplicará el protocolo (o guía clínica), para que ambos tengan solución a sus problemas. Y mientras no lo tengamos claro, no podemos largar esa garantía", dijo entonces.
Respecto de los motivos para no incluir antes los aneurismas cerebrales (o dilataciones de las arterias del cerebro por debilidad de la pared) en el plan, Infante precisó en esa oportunidad que, aunque ya tienen contemplados los centros hospitalarios que atenderán este problema de salud, "todavía no está claro si tenemos los cirujanos que lo puedan hacer". Luego, si no hay profesionales en condiciones de operar todos los casos que surjan en el país, difícilmente se podría garantizar a la población la atención de este mal.
Los dichos de García sobre la instalación de las 56 prestaciones del 2006, tampoco están en correspondencia con las palabras del director subrogante del Instituto de Neurocirugía, Pedro Aros, quien sostuvo a este periódico que "hay una discriminación en términos económicos, en relación a los aneurismas en el Auge", ya que para garantizar su atención se requiere de inversiones muy altas, dijo.
Descoordinación en el Minsal
La explicación de esta discrepancia de opiniones, particularmente la diferencia entre las declaraciones de García e Infante, no corresponderían a una desautorización técnica del ministro al subsecretario, sino que a una descoordinación interna entre las autoridades. Infante dio la entrevista a este periódico cuando García aún no volvía de vacaciones. Y en la fecha en que el ministro volvió a asumir sus funciones, el subsecretario ya había comenzado sus días de descanso. A esto se suma que, según fuentes del Minsal, el ministro no se habría comunicado con Infante para que éste le detallara los antecedentes técnicos que justificaron sus dichos, generando una desinformación interna en la cartera.
De este modo, las declaraciones de García estarían fundamentadas en el compromiso político de sacar adelante el AUGE, a como dé lugar, y no en antecedentes técnicos actualizados. Todo esto convierte los dichos del ministro en una promesa difícil (quizás demasiado difícil) de alcanzar.
Tal vez por eso García enfatizó tanto hoy que "55, 56, 50 ó 70 enfermedades no es el fin en sí. Si bien es un compromiso y eso quiero que quede claro, el fin es el método, el procedimiento".
Tras esto añadió que "el fondo es poder establecer un sistema donde se le garantice a los ciudadanos que para algunas materias sanitarias -y, esperamos algún día que el país esté en condiciones de garantizarlas todas- tendrán garantías de accesibilidad, calidad, oportunidad y responsabilidad financiera y eso es un enorme adelanto".
Frente a este complejo escenario, una salida adicional sería cambiar los aneurismas por otra enfermedad, de manera de seguir cumpliendo con el, cada vez más controversial, número prometido.
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