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Aparece la primera película de ciencia ficción realizada en Chile

Con Katherine Salosny en el papel protagónico, Causto, la primera cinta que explora el género de la ciencia ficción en nuestro país, cuenta la historia de una civilización dividida entre clones -la raza inferior- y humanos, quienes chocan en un mortal encuentro en el año 2300.


Dirigida por Álvaro Pruneda y protagonizada por Katherine Salosny, Causto es la primera película de ciencia ficción realizada en nuestro país. El mediometraje (de 30 minutos de duración), está ambientado en el año 2300, cuando la mitad de la población mundial ha nacido producto de la clonación. Utilizados de manera abusiva por los humanos, los clones -la raza inferior- se revelan.



La doctora Areey (Katherine Salosny), al mando de los humanos, intenta crear un ejército de súper-hombres para combatir a sus, ahora enemigos. Sin embargo, los clones -liderados por Causto, un extraño personaje interpretado por un niño-, comienzan a cobrar fuerza, detonando un encuentro decisivo para la historia de la humanidad.



Causto se filmó en video digital en locaciones íntegramente dentro de Santiago: en el puente Carrascal (Quinta Normal), en un edificio en la avenida Los Leones, en el aeródromo Tobalaba y algunas tomas en estudios. Adicionalmente, fue apoyada por construcciones computacionales como naves espaciales y armas de rayos.



"Mediante técnicas de superposición de imágenes, grabamos al actor sentado en una cabina de un avión de verdad, con un fondo verde atrás. Después le agregamos gráfica computacional. De eso, nada es real. No hay maquetas. Las naves y los rayos que disparan son creación computacional", comenta Álvaro Pruneda, director de la cinta.



Y agrega: "Por ejemplo, las capas de textura de los cerros, las tomamos de sitios reales. Filmábamos en un lugar con las características que necesitábamos, sacábamos la textura de esas tomas y se las pegábamos a los cerros generados por computación".



Causto partió como el trabajo final de Pruneda y compañía, para egresar de la carrera de comunicación audiovisual en la UNIAC, en el año 2002. "De ahí en adelante, como vimos que el proyecto había resultado muy bien, empezamos a trabajar en él durante el año siguiente para concluirlo de mejor manera con un audio Dolby Digital 5.1", señala su realizador.



"La película se originó como la mayoría de la ideas, en una reunión que tuvimos para definir qué queríamos hacer como trabajo final. De las veinte idea que habían, entremedio apareció ésta, que contaba la historia de una batalla entre clones y humanos que terminaban por destruir el planeta".



Con un costo superior a los dos millones y medio de pesos, Causto, con la intención de proyectarse, incorporó variados efectos especiales, una preocupada y acertada puesta en escena, interesantes juegos de luces y sombras, construcciones computaciones -que en general son creíbles- y un tratamiento serio del tema.



"Nuestra idea, al incluir muchos efectos especiales y algunos actores conocidos, no era para que la película muriera en diciembre del 2002, con la nota. Con un argumento novedoso y con una cosa visual que no se había visto antes, con naves y efectos, pretendíamos proyectarlo un poco más allá. Ir a festivales, concursos, etc", afirma Pruneda.



Si bien la cinta intenta plantear algunos mensajes moralistas algo clichés del tipo, "la violencia sólo lleva a más violencia" o "no se puede intervenir en la naturaleza", según su director, Causto logra dar esa sensación de naturalidad y realismo, tan necesaria para este tipo de trabajos cinematográficos.



"La fotografía la hizo Felo Foncea, uno de los integrantes del curso. Se encargo de darle una atmósfera particular. Estuvo trabajando en conjunto con la gente de gráfica, para que todas las imágenes que se generaran por computador, tuvieran el mismo tono de luz de las tomas reales. También usamos bastante humo, borramos algunas cosas e hicimos algunas imágenes más difusas, todo para dar un ambiente futurista".



Para Pruneda, uno de los grandes aciertos de la película, es la acertada manera de mezclar efectos especiales con sencillez. "Dentro de lo que es la dirección de arte, no quisimos hacer algo como en El ataque de los Clones, con vestimentas muy estrafalarias. Por ejemplo, los aviones eran iguales que ahora. Queríamos establecer algo simple. Lo que sí cambiaba eran los planos generales de la ciudad y la tecnología de los transportes".



Junto con tener la responsabilidad de ser la primera película de ciencia ficción en Chile, según su director, Causto intenta dar una visión futurista de la sociedad. "El trasfondo del filme tiene que ver con cómo el ser humano se destruye a sí mismo. La cinta te muestra cómo el hombre se elimina, en una especie de paralelo con lo que pasa actualmente", concluye.

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