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Piñera y Sergio Diez fortalecen sus liderazgos en Consejo General de RN

Aún cuando en la instancia más importante del partido no se tomaron acuerdos, Sebastián Piñera y el ex senador Sergio Diez lograron imponer su postura respecto a que la competencia interna no debe ser impedimento para la unidad de Renovación Nacional y permite la expresión democrática de los militantes de la colectividad.


Tal como se auguraba, en el Consejo General Extraordinario de Renovación Nacional -el primero, en la historia del partido, en ser autoconvocado- no hubo sorpresas y las presiones del sector ligado a Andrés Allamand para forzar una mesa de consenso no obtuvieron el objetivo deseado. La competencia interna para suceder a Sebastián Piñera es un hecho y sólo después del 17 de abril se sabrá si existe ánimo de integración y que tanto está dispuesta a ceder la candidatura ganadora.



Sobre todo porque en ambas listas parte de sus integrantes se niegan a entregar alguno de sus cargos en el caso de resultar victoriosas. Y, por otro lado, los adherentes de las dos candidaturas están convencidos que serán los vencedores y que la diferencia será abismante.



Por otra parte, si algo quedó claro en el consejo de ayer fue el liderazgo del ex senador Sergio Diez, que en su discurso no sólo respaldó la figura del ex timonel del partido, sino que además se tomó la libertad de hacerle una dura crítica a Allamand, al recordarle que fue el primero en decir que el partido político que no tiene candidato presidencial se ve disminuido, lo que a juicio de Diez habría sido el punto de partida de las disputas entre el senador Sergio Romero y Sebastián Piñera, que finalmente no llevaron a nada.



Y, como lo había anticipado, insistió en defender la necesidad de que las listas se entregaran a la democracia interna y sean los militantes del partido los que, a través de su voto, decidan cuál quieren que dirija los destinos de Renovación Nacional.



En tanto, el senador Baldo Prokurica, señaló que se equivocan quienes ven debilidad en los llamados de su lista a la unidad. E insistió en que pese a estar dispuestos a competir, también están disponibles para alcanzar el consenso de haber acuerdo en torno a esa posibilidad.



Así, tras concluir las exposiciones de la mañana ya estaba prácticamente claro que no había espacio para el consenso y que en el espíritu de un importante número de consejeros la decisión de llegar a las urnas, el próximo 17 de abril, ya estaba tomada. Entre otras cosas, porque no fue sólo el ex senador Diez quien llamó a no tenerle miedo a la democracia interna, sino que lo mismo hizo el ex presidente, Sebastián Piñera, en su emotivo discurso de despedida.



A esa altura los dados estaban echados al interior del partido. Pero aún así los operadores de la lista de Prokurica y, particularmente, de Andrés Allamand, incluido el ex diputado, decidieron ejercer su último movimiento de fuerza, presentando un voto político que apelaba "a la generosidad de quienes aspiran a dirigir el partido" y los instaba a "converger en una nueva lista de auténtico consenso".



Un importante error estratégico, según algunos consejeros, ya que el voto redactado por el propio Allamand y Felipe Guevara, obligó a la lista de Diez a reaccionar redactando otro documento para enfrentarlo al del ex diputado. Este último voto de cuatro puntos, en el cuarto de ellos instaba a respetar las instancias democráticas del partido.



"El consenso no consiste en que cuando hay una clara mayoría en un sentido, se pida a esa mayoría que en virtud de un pretendido consenso acepte el resultado que propone la minoría. Es absolutamente imposible tener consenso cuando hay una elección popular y secreta que barca a miles de personas en distintos lugares del país. Sostenemos que una lista acordada por el Consejo General y propuesta por un número de personas, por significativo que sea, no es la mejor solución para la democracia interna del partido", sostenía el documento.



Sin embargo, el Tribunal Supremo -encabezado por el abogado Ambrosio Rodríguez- decidió tomar cartas en el asunto y luego de alrededor de cuarenta minutos de estar reunido y tras escuchar los argumentos de unos y otros, que ya habían presentado los documentos al consejo para su votación, resolvió que "ni el Consejo General, ni este Tribunal Supremo, tiene facultades, ni atribuciones para interferir en el proceso electoral que se está desarrollando, y al Tribunal Supremo sólo le corresponde controlar el correcto desarrollo de las elecciones y votaciones internas y, producidas, calificar las mismas".



Acto seguido, el TS manifestó que los votos políticos presentados debían, por tanto, eliminar todo párrafo, frase u oración, que dijera relación con el proceso electoral ya en curso. Luego de esta resolución, los patrocinantes del voto político de Sergio Diez -redactado por él mismo, Sebastián Piñera, Roberto Ossandón (hijo) y el diputado Maximiano Errázuriz- decidieron bajarlo completamente.



Ganadores y perdedores



Si bien el senador Baldo Prokurica ya había manifestado su intención de competir el en caso de que no se llegara a un consenso, lo cierto es que el gran perdedor del Consejo General fue el ex diputado, y ahora samurai de Joaquín Lavín, Andrés Allamand, que pretendía ser el vencedor del gallito que tenía con Piñera para recuperar la confianza interna y la imagen externa, un tanto dañada tras su participación en el lavinazo.



Si su voto político ganaba, como pensaba que ocurriría, el ex diputado emergería como el mismo líder de antaño, cuando lograba imponer sus criterios dentro de la colectividad. De ganar en la medición de fuerzas con Piñera, hubiera tenido un respaldo de sólido liderazgo para mostrarse como el principal negociador de Renovación Nacional.



No obstante, su único logro fue que gracias al cariño que aún se le tiene en la tienda de la estrella tricolor pudo evitar que se le expresara la molestia existente por su participación en el lavinazo, algo que no se olvidará fácilmente en Renovación Nacional. Esto porque aunque no hubo pifias durante su exposición, el recibimiento de parte del consejo fue bastante frío.



Uno de los ganadores fue, sin duda, Sebastián Piñera, quien fue ovacionado en múltiples oportunidades por los consejeros, los que además de agradecerle su gestión los instaron a encabezar la campaña municipal del partido. Por otra parte, si en algo coincidieron el ex senador Diez y Allamand, en sus respectivos discursos, fue en que ambos destacaron que Piñera es un elemento importante para que Joaquín Lavín pueda ganar las elecciones presidenciales del 2005.



De este modo, las permanentes aclamaciones de los consejeros a favor del ex presidente demostraron, una vez más que si bien los parlamentarios ejercieron una fuerte oposición a su gestión, su liderazgo lejos de disminuir entre las bases ha aumentado.



El otro ganador fue el ex senador Diez que no sólo logró imponer su posición en orden a que se debe respetar la institucionalidad del partido, dejando que las bases se expresen a través del voto popular, sino que dejó de manifiesto un liderazgo que muchos pensaban que ya no tenía.



De nuevo la gobernabilidad



En tanto, el hecho de que el TS impidiera que se sometieran a votación los votos políticos, pues eso interfería con el proceso electoral en marcha, fue interpretado por los cercanos a Allamand como una abierta intervención al consejo. Argumentan que esta actitud refleja que la unidad es cada vez más difícil al interior del partido y que esto augura que la lista que logre ganar sufrirá los mismos problemas -de ser la de Diez- que atravesó Piñera.



Para este grupo el consejo no tuvo ninguna finalidad, porque no se resolvió nada y sólo terminó siendo una especie de acto de inicio de campaña, los más atrevidos incluso aseguran que el consejo autoconvocado sólo sirvió para proclamar a Sergio Diez.



El encuentro concluyó en medio de una ovación al ex senador con consignas tales como "se siente, se siente, Diez presidente" o "morir luchando, UDI ni cagando".





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