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Nicolás López desató carcajadas al estrenar Promedio Rojo

Excesiva y sobreproducida, su primer largomeraje es una cinta para adolescentes, que quizá tiene su gran falla en partir como una comedia escatológica gruesa para transformarse en una suerte de drama adolescente donde el amor está a punto de triunfar.


El gran peligro que corría el primer largometraje del ex Zona de Contacto y actual cabeza de la productora Sobras, Nicolás López, Promedio Rojo, era defraudar las enormes expectativas que generó con un marketing de meses. Aunque con una serie de imperfecciones y sobre todo excesos, la cinta tuvo una exitosa recepción al estrenarse anoche en Festival de Cine de Valdivia, más de un mes antes de que llegue a las salas comerciales.



Más que exitosa, Promedio Rojo generó un verdadero revuelo entre el público, que sobrepasó con creces la capacidad para 450 personas de la sala donde se exhibió. De hecho, la gran cantidad de invitados de la producción de la cinta generó una alterada discusión enre los organizadores del evento y un grupo del público que estuvo a punto de quedarse fuera. Todo sin embargo, calentó la sala que se repletó de flash dirigidos a Benjamín Vicuña, el antagonista de la película.



Sumado a una presentación plagada de bromas adolescentes de Nicolás López, junto a gran parte de los actores centrales de la película en escenario, el ambiente en la sala estaba listo. Preparado para reírse con una serie de chistes escatológicos y sexuales gruesos, logrando incluso acallar la película en al menos cuatro oportunidades con estruendosas carcajadas. Puede asegurarse, entonces, que no defraudó, aunque claramente Promedio Rojo tiene un par de fallas centrales.



La línea básica de Promedio Rojo es la historia de Roberto (Ariel Levi), un freak ubicado en la última escala del colegio, el Valiño School, que ve revolucionada su vida con la llegada de una preciosa española (Xania Tostado). La que por supuesto se fija en el galán del colegio, el hiprócita Fele -interpretado por Vicuña. Junto a sus amigos Condoro y Papitas, el alter ego de Nicolás López, despliega todos sus intentos para llamar la atención de la nueva chica, en un pequeño periplo inicial donde la temática central es la masturbación – o simplemente "la paja".



Sin asco, López se suma al género norteamericano de cintas colegiales copiando toda su estructura básica: un protagonista perdedor – o "loser", diría él- con un antagonista galán que tiene a todas las mujeres en la palma de su mano; ambos con sus respectivos grupos de amigos idiotas. La única variación chilena, es la "lista negra" que elabora el cuarto medio, por supuesto ubicando a Roberto como el blanco predilecto. Pero en la misma línea gringa, el proganista vive en un suburbio que, aunque nacional parece típico de EEUU, y se moviliza en un gigantesco Ford de los ’60.



Inspiración norteamericana también -especialmente del director Kevin Smith de Chasing Amy– es la introducción directa del formato comic a la cinta. Elemento que da cuenta del amplio presupuesto de Promedio Rojo, y por ende a la prolija producción de la que goza la cinta. A la vez que da cuenta centeramente de los intereses de los personajes centrales. Ahora bien, las preocupaciones tampoco son demasiado ambiguas. De hecho, inicialmente son únicamente sexuales, para terminar en un vuelco amoroso dramático que incluso podría desconcertar.



Si es que se toma en serio y se entiende que una cinta puede ser más que una colección de chistes sexuales, Promedio Rojo tiene su gran falencia en una historia que sólo aspira a ser una comedia dura y pura, pero se transforma en una suerte de drama adolescente donde Vicuña asume una furia intensa y densa, Tostado un llanto desconsolado y Roberto saca a relucir su lado de sensible enamorado. Siguen, claro, el grosor de los chistes, aunque con menos intensidad hacia el final de la cinta.



Excesiva y sobreproducida, Promedio Rojo probablemente logre un gran éxito de taquilla entre los adolescentes -su público específico-, pero difícilmente llegará a convertirse en una pelicula de culto, como se intuye, tanto le gustaría a su director Nicolás López. Es un paso adelante, en cualquier caso, en la cinematografía nacional al haber asumido de forma efectiva un género extranjero y focalizarse en un sólo grupo etario. Es también, el primer paso de un director que obviamente debe dejar por un tiempo el marketing de lado.



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