Carlos Tapia puede ser el fiel representante del dicho popular »nadie sabe para quien trabaja». Después de lograr un objetivo anhelado por Investigaciones, fue designado en la Cuarta Región Policial. Durante el día de ayer estuvo con un pie fuera de la institución, y otro en la Escuela matriz.
Carlos Tapia, quien fuera el cerebro planificador de la »Operación Cordillera», que permitió la captura de Galvarino Apablaza, el mítico ‘comandante Salvador’ del FPMR, en Argentina, finalmente ganó su batalla más difícil: evitar que fuera sacado de Investigaciones a petición del gobierno.
También evitó que le enviaran a la Escuela matriz de la institución, que si bien no es un cargo poco apetecido, no es de carácter operativo, como es su especialidad.
Finalmente la situación se revocó y fue designado en la Cuarta Región Policial, que comprende La Serena y Coquimbo.
De hecho, según comentaron altas fuentes policiales que conocieron de cerca algunos hechos, a Tapia se le había hecho, incluso, firmar la carta de renuncia "y durante el día se fue afirmando, hasta llegar a la Cuarta Zona Policial", se indicó.
El hecho finalmente generó todo tipo de comentarios y rumores al interior de la institución, sobre todo porque nadie comprendía que, logrando un objetivo apetecido por muchos y logrado por pocos -la captura de Salvador-, una situación de carácter político pudiera dejarlo fuera.
Quienes le conocen más de cerca indicaron que se encontraba afectado en un principio por cómo se desencadenaron los hechos con el ministerio del Interior, donde la molestia por no haber sido avisados sino hasta la captura misma de Salvador, fue mayor que el logro de ese anhelado objetivo.
Lo cierto es que tampoco la ANI, la recientemente creada Agencia Nacional de Inteligencia, bajo el mando del abogado Gustavo Villalobos, tuvo aviso previo de la operación en marcha que culminó con la detención de Apablaza en Moreno.
Situación enrarecida
La situación se enrareció aún más a partir del momento en que surgió la teoría del "empate" político que ligó esta captura a la aparición del informe contra la tortura, y en ese marco la molestia gubernamental pudo más que cualquier argumento que haya podido usar la institución para destacar los méritos de Tapia como policía.
Otras fuentes de la institución comentaron que en la conformación del alto mando para el próximo año se resolvió la creación de la Jefatura Nacional de Inteligencia, que será dirigida por Luis Alarcón, por lo que el cargo de Tapia desaparecía tácitamente.
Sin embargo, esta tesis finalmente fue rechazada al final del día por varias fuentes policiales.
De hecho, llama la atención que en la página web de Investigaciones, se señale que uno de los objetivos propuestos por el director Arturo Herrera sea "dejar de lado hábitos y costumbres de una tradición burocrática que dificulta el desarrollo institucional, con el fin de materializar los conceptos de transparencia, calidad, eficacia y eficiencia en la gestión policial".
Tapia es uno de los pocos negociadores para crisis como secuestros que tiene la policía civil, como también uno de los pocos graduados en la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos. De ahí que el cambio no pueda ser visto como un premio, sino un velado castigo al ser enviado a un área que no es esencialmente de carácter operativo.
El funcionario también fue el jefe de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales y en ese cargo le correspondió resolver la negociación de un chileno que trabajaba en la industria petrolera y había sido secuestrado por la guerrilla en Ecuador, así como la reciente toma de rehenes en una fábrica de La Calera.
Este medio intentó conocer una versión de parte del director general de la policía civil, Arturo Herrera, pero se informó que éste último no quiso referirse al hecho.
En tanto, ayer el Frente Patriótico Manuel Rodríguez emitió la primera declaración pública formal tras la detención de Salvador, en la que llama a las organizaciones sociales a reunirse para evitar su extradición.
"Por ello, llamamos a todas las organizaciones sociales y políticas hermanas, nacional e internacionalmente, a denunciar esta nueva maniobra "contrainsurgente", que pretende hacer uso de la detención de Salvador en provecho de los torturadores, esbirros y cómplices que aún recorren libre y anónimamente las calles de Chile, sin juicio ni castigo verdadero", señala el texto.
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