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«Creo que el Gobierno cometió una torpeza que remedió muy al final»

El presidente del Colegio de Profesores, Jorge Pavez, junto con hacer un balance del año, se refiere al acuerdo de última hora conseguido con el ministerio de Educación en torno a la polémica evaluación docente. Según Pavez, Bitar se vio obligado a ceder ante la eventualidad de un serio conflicto en marzo de 2005.


Las críticas por los pésimos resultados de la última prueba Timss y las desigualdades sociales que evidenciaron nuevamente en las Pruebas de Selección Universitaria (PSU), terminaron por opacar cualquier avance obtenido por el ministerio de Educación en materia de calidad y cobertura. Por ello el ministro Sergio Bitar decidió ceder ante el magisterio e incluir las garantías mínimas exigidas por los profesores para comenzar a aplicar la evaluación docente en 2005.



Bitar anunció que decidió retirar el reglamento de Contraloría e incluir tres puntos que siempre estuvieron en la mesa: posibilidad de apelación para los profesores que fueran mal evaluados; que se señalen los casos especiales que permiten a los educadores postergar la evaluación; y la determinación de los montos de indemnización para los maestros que deban dejar el sistema luego de tres evaluaciones insatisfactorias.



Para el presidente del Colegio de Profesores, Jorge Pavez, si bien el acuerdo es satisfactorio, no deja de ser preocupante la tozudez del ministerio frente a un tema que se podía haber resuelto mucho antes, incluso cuando Contraloría devolvió el reglamento al Mineduc en octubre.



La intervención del diputado Montes




-¿Lo peor del año fue la evaluación docente?

-Evidentemente consideramos una mala noticia lo que ocurrió con la evaluación de desempeño docente, porque al final el Gobierno ha cedido después de cinco meses, acogiendo las demandas que desde un comienzo hicimos ver, con lo cual se hubiera ahorrado una gran cantidad de problemas que también a nosotros nos llegaron. El Gobierno aparece cediendo ante la eventualidad de que en marzo iniciáramos un conflicto muy serio. Creo que cometió una torpeza que remedió muy al final.

-¿Por qué no se implementó antes?

-Si no se implementó y nos trabamos por el reglamento, fue por una cosa absurda. Trabajamos por mucho tiempo con el ministerio, teníamos los equipos técnicos y absoluta concordancia en cómo debía enviarse el reglamento a la Contraloría y se trabó por el ministerio, luego que cambió a última hora el acuerdo final.

-¿Qué lleva finalmente al ministro a resolver las diferencias?

-El problema se resuelve básicamente no por una mirada técnica, sino por una mirada política. Bitar se dio cuenta que aunque pareciera que el Colegio le estaba doblando la mano, en los tres puntos que se vio obligado a ingresar, era mejor que enfrentar un proceso que en marzo ponía en serio riesgo la aplicación de la evaluación.

-¿Qué más tuvo que pasar para solucionar la impasse de la evaluación?

-Este fue un proceso de convencimiento político. Cuando nosotros vimos que había un empecinamiento del equipo técnico del ministerio, de no entender que íbamos a enfrentar un problema enormemente serio el próximo año…cuando lo más difícil estaba resuelto, pedí conversar con el diputado (PS) Carlos Montes, más otros parlamentario de la Concertación. Fue una conversación fue muy franca, donde les expliqué que por un problema menor se iba a a ir por la borda todo lo que construimos en conjunto. Entonces le planteamos el tema de la indemnización y le dijimos qué factibilidad hay de que ustedes presenten un proyecto de ley, con un artículo único que diga que por el tema de la evaluación se debe pagar indemnización, ya que en el ministerio decía que no era factible que fuera en el reglamento. Montes nos dijo que era factible, pero que de todas formas iban a conversar con Bitar.

A los dos días me llama el ministro para llegar a un acuerdo. Formamos una mesa técnica, y se avanzó muchísimo. Luego cité a un directorio nacional extraordinario en el Colegio y se rechazaron un par de puntos. Entonces llamé a Bitar le expliqué y le dije que teníamos que llegar a un acuerdo como fuera. El ministro propone que nosotros finalmente le entregáramos una solución y como colegio le enviamos lo que le habíamos pedido siempre y nos dijo: Okey, aprobado. Así fue la historia.




Los malos de la película



-Durante toda la discusión el Colegio aparecía defendiendo a los peores profesores del sistema, siendo que el debate ahora es cómo mejorar la calidad de la enseñanza…

-Nosotros no podemos hacernos a un lado en el sentido que efectivamente en un resultado negativo no pueda existir responsabilidad de un docente. Ahora esas responsabilidades se atenúan si la formación es mala. No es culpa de los profesores si no ha habido un sistema de perfeccionamiento que haya complementado ese vacío. Si las condiciones laborales y profesionales no guardan ninguna relación con las condiciones que tienen los profesores que sacan buenos resultados, no es culpa de los profesores. Estamos haciendo dentro del sistema lo que podemos. Ahora debemos recordar que nosotros fuimos los principales impulsores que la evaluación se pudiera concretar.

-¿Por qué no se retiran los malos profesores del sistema?

-En realidad, hay una cantidad importante de profesores que tienen que haber salido del sistema y que tienen mucha edad, pero fundamentalmente, por lo injusto del sistema de previsión social, no pueden jubilar. El profesor prefiere mantenerse activo, con un cansancio enorme, con cursos muy numerosos, porque si sale su pensión ésta va a ser de dos tercios menos que el sueldo que tiene en actividad. Ahí hay una parte importante del profesorado que lo único que quiere es salir y eso no es culpa de ellos. A ese tipo de colegas, que ha estado toda la vida trabajando y que lo único que quiere es descansar y tener una jubilación que les permita seguir viviendo, no se les puede exigir entusiasmo por ejercer la docencia.




Balance 2004



-¿Cuáles son los otros aspectos negativos en educación durante 2004?

-Lo peor es la obstinación por parte del Gobierno de seguir aplicando más y más pruebas, incluso de carácter internacional, que revelan serias falencias de modo constante, pero que no han sido resueltas en el fondo. Aquí la reforma educacional opera de acuerdo con el molde que dejó instalado la dictadura y hay una decisión voluntaria de parte de la Concertación de no cambiar eso. No se han atrevido a provocar cambios profundos en la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (Loce), y por lo tanto se mantiene el mismo tipo de financiamiento vía subvención, se mantiene sin evaluar un sistema de administración municipal que año tras año está haciendo agua y se mantiene un apoyo enorme de recursos del Estado al sector particular subvencionado…

-Es decir, que no son partidarios de los exámenes internacionales.

-Las pruebas internacionales como la Pisa o la Timss, son serias, por lo tanto desde el punto de vista de la seriedad y rigurosidad uno no puede objetar absolutamente nada. Otra cosa es la decisión política de aplicarla en un sistema educativo como el nuestro. En primer lugar, porque son muy caras y no existe ninguna obligación de enfrentarse en pruebas reiteradas. La Timss ya se había aplicado en 1998, el año anterior había participado Colombia que obtuvo el último lugar. Pero los que participan normalmente son países del Medio Oriente o en desarrollo que tienen una mirada de apertura de mercado, por tanto les interesa medir ciencias y matemáticas como cuestiones muy centrales. En consecuencia, en 1998 ya se habían exhibidos malos resultados y además se había descubierto una debilidad muy particular en los profesores del segundo ciclo básico que no tenían especialización. En 2002 se aplica nuevamente, en 2004 se entregan los resultados que son tan malos como los anteriores. Lo concreto es que entre 1998 y 2002 no operó ninguna medida objetiva para tratar de solucionar una falencia que es real.

-Entonces cómo medir la calidad de lo que se está haciendo…

-Las mediciones con pruebas estandarizadas que den como resultados mayor o menor ‘calidad’ de la educación, nosotros no la compartimos. Por ejemplo, una prueba estandarizada como el Simce, que mide algunos subsectores, no puede señalar si la educación es mayor o menor. Además la prueba tiene un efecto de mercado ya que con los resultados lo establecimientos se rankean, lo que posibilita efectos perversos porque los establecimientos desean los mejores resultados, pues de ese modo elevan su prestigio y quieren mayores alumnos. Y es lo que provoca que en estas pruebas se le pida a los alumnos de menor rendimiento que no vayan, que se queden en la biblioteca o en el patio o que se llegue al extremo donde una directora le habría entregado un torpedo con resultados a los alumnos. Ahí hay un problema de perversión. El problema de fondo es que el Gobierno ha aplicado múltiples evaluaciones, los resultados son siempre malos y no se provocan los cambios que tanto desde la derecha como desde nuestro sector se indican como necesarios de impulsar.




El caso de los asesores




-El diputado de la UDI, José Antonio Kast, no culpa exclusivamente al ministro por lo malos resultados que se han obtenido en educación, pero apunta a los asesores de la reforma educacional. En el Mop se pasó "la gran cuenta" porque se cayó un puente…

-No es menor el hecho de que se caiga un puente. Eso es algo que ve todo el mundo. En cambio, los problemas que ocurren en educación no necesariamente están a la vista. Los problemas se visibilizan para los profesores ,que estamos haciendo clases, que vemos la dificultad que este momento significa hacerlas o cuando hay una prueba que revela que las cosas no están marchando bien. Pero es evidente que si hay alguien responsable de lo que el Gobierno ha llamado reforma es Cristián Cox. Las reformas educacionales, como se sabe, no operan de un año para otro; sin embargo, llevamos muchos años de las mismas políticas, porfiadamente implementadas, y con un funcionario técnico que se ha sostenido en el ministerio durante distintos Gobiernos y que tiene un poder enorme en materia curricular.



«Entonces las debilidades que señalan algunos, los tremendos errores que señalamos otros, que está significando la reforma, deberían hacer pensar al ministerio que se requiere un cambio. Ahora cambiar a una persona que se va a Stanford por un tiempo y a la que le van a quedar tres o cuatro meses en el Gobierno de Lagos, a lo mejor no resulta muy adecuado. Pero si hay un nuevo Gobierno desde luego que quien se hiciera cargo del ministerio debería dar una mirada a la responsabilidad de todos los equipos asesores educacionales que están rotando en el ministerio. En el terreno humano pueden ser personas muy valiosas, pero ellos tienen que asumir una responsabilidad muy grande.




Número de alumnos por curso



-¿En qué pie está el pago del perfeccionamiento docente por parte de los municipios?

-En el terreno de la negociación con el Gobierno, resulta lamentable que lo que apareció establecido en la ley no todos los municipios lo hubieran cumplido, porque siguen pendientes importantes montos de la deuda de perfeccionamiento y también sigue pendiente el compromiso de que durante este año íbamos a disminuir el número de alumnos en los colegios de mayor pobreza de 45 a 40, lo cual no se ha podido concretar.

-¿Lo positivo?

-Fue positivo lo que avanzamos en poder concretar una idea de acreditación obligatoria en las carreras de Pedagogía. Sin embargo, no todo está en manos del ministerio. Hay que recordar que éste no tiene ninguna facultad real para intervenir en las políticas educacionales que están operando absolutamente con leyes de mercado. Las carreras de Pedagogía durante los tiempos de Pinochet, salieron de su carácter universitario y en estos momento se están formando profesores en mallas curriculares de muy diversa calidad: muy buenas, regulares y sencillamente hay otras que son pésimas. El problema es que además se están regularizando estudios y se están formando profesores a distancia en un año y medio, dos años, y hemos reclamado por la falta de calidad que éstas tienen.

-En estos precisos momentos hay profesores que están siendo ‘despedidos’ o mejor dicho sus contratos anuales no han sido renovados…

-Como siempre el año termina con algo que casi no asombra, es decir miles de profesores que son despedidos porque la fórmula de contrato a plazo fijo opera de manera generalizada en el sector particular subvencionado, que ya está atendiendo casi a la mitad de la población escolar y que tiene parte muy importante muy importante del profesorado del país. Pero los problemas no se reducen a ese sector. Hemos recibido reclamos de regiones en el sentido que también en sectores municipalizados se han reducido plantas, se han fusionado establecimientos y en otros casos derechamente se han cerrado establecimientos rurales.



«Entonces vemos que lo que firmó con nosotros el Presidente Ricardo Lagos, en nuestra sede, en el sentido de fortalecer la educación pública no se está cumpliendo. Lo que avanza más es una profundización de la privatización, una reforma que definitivamente no funciona. Nosotros valoramos los esfuerzos del ministerio de Educación, pero en la práctica son voladores de luces que no tienen resultados concretos.




Año perdido y Gajardo



-¿Se podrá avanzar en educación justo en un año de elecciones?

-El próximo año va a ser un año marcado por el tema presidencial, por lo tanto la viabilidad de provocar algún tipo de cambio van a estar absolutamente limitadas. En consecuencia, lo que vamos a potenciar es una propuesta para ponerla en la discusión de los distintos candidatos a la Presidencia.

-Por último, ¿cómo siguen las relaciones con Jaime Gajardo (PC, de línea ortodoxa)?

-Hasta el momento no hemos tenido dificultades porque las decisiones se toman en consenso en el Colegio. Eso no quiere decir que no hayan diferencias que pueden ser muy legítimas, el asunto es que se resuelvan democráticamente, no sólo a nivel de cúpula. Nosotros lo que hacemos son asambleas y como no bastó lo llevamos a consultas a todos los docentes. Entonces que en medio de este proceso democrático se levanten opiniones discrepantes y se las mantenga aun en contra de la opinión de la mayoría, más que ayudar a la organización la debilita, porque la confunde. Eso es lo que hizo Gajardo.





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