No sólo el rescate de una libreta de teléfonos fue el »favor» remunerado que se le pidió a la red de detectives activos y en retiro, a los que se investiga actualmente por corrupción, por parte de la banda encabezada por el peruano Aurelio Nieto. El único que aún no reconoce haber recibido dinero es el ex jefe de la Brico, Rómulo Aitken.
El titular del 20° Juzgado del Crimen, Christian Carvajal, procesó ayer sábado a cuatro ex detectives bajo la figura de obstrucción a la justicia, contemplada en la Ley 20.000 que sanciona el tráfico ilícito de drogas, por hurtar evidencia clave de un proceso judicial contra una banda de antisociales dedicados a esta actividad.
Se trata del ya conocido rescate de una libreta de teléfonos, la cual pertenecía a la asociación ilícita encabezada por el peruano Aurelio Nieto, la cual fue desbaratada en marzo pasado al ser sorprendida con un cargamento de 253 kilos de cocaína de alta pureza.
Sin embargo, en el auto de procesamiento elaborado por el juez Carvajal también se da cuenta que la cadena formada por el ex jefe de la Brico, Rómulo Aitken, el ex detective Jorge Cari y los detectives activos -hasta la semana pasada- Ricardo Cari y Hermes García, este último miembro de la Fuerza de Tarea Sur donde estaban almacenadas estas evidencias, sustrajeron un maletín que contenía información bancaria, de bienes raíces y otros patrimonios de la banda de narcos desmantelada.
Esta valija ya fue recuperada por el magistrado, pero sin nada en el interior, sumado a que la libreta entregada por el mismo Aitken tiene varias hojas arrancadas de cuajo, por lo cual se presume que la información que se quería ocultar de la policía ya no está contenida en ella.
Cinco millones de pago
En el mismo pronunciamiento judicial se consigna que está acreditado que toda esta cadena recibió un pago total por cinco millones de pesos, dos de los cuales estuvieron destinados al ex jefe de la Brico, mientras los otros integrantes recibieron un millón de pesos cada uno.
Sin embargo, Aitken es el único de los ex policías que aún niega haber recibido dinero a cambio, pero el magistrado tiene antecedentes fundados de que ello es efectivo. Junto a eso, trascendió que el ex brazo derecho de Nelson Mery durante su gestión al frente de Investigaciones ya entregó la identidad del sujeto que actuó como nexo -entre Nieto y Aitken- para conseguir ese "favor", por lo cual el magistrado está abocado a confirmar la veracidad de ese antecedente.
Cabe precisar que el delito de obstrucción a la justicia se sanciona con una pena inferior en uno o dos grados del delito principal, es decir, estos ex detectives podrían llegar a ser condenados incluso hasta a diez años de presidio, en razón de que la banda de ocho narcotraficantes están procesados por asociación ilícita y tráfico de drogas.
Delito de cohecho
Por otra parte, el ex detective Ricardo Cari también fue procesado por cohecho, dado que se comprobó que él solicitaba antecedentes judiciales reservados sobre narcotraficantes a la Gepol (sistema de información interno de Investigaciones, con el objetivo de averiguar si algún determinado delincuente tenía órdenes de detención pendientes o de arraigo que no le permitieran salir del país.
Consta en el documento judicial que esto se hacía a través de una mujer que recibía los pagos por 20.000 o 30.000 pesos en una carnicería de propiedad de Miguel Fuentalba, según antecedentes que constarían en una investigación interna del Departamento V de Investigaciones, a raíz de una denuncia que la misma aludida formuló en el 2002.
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