Publicidad

Gobierno chileno oficializó compra de 18 aviones F-16 usados a Holanda

La transacción tiene un valor cercano a US$ 200 millones, que se cancelarán hasta el 2010 con los excedentes de la Ley Reservada del Cobre. Según fuentes cercanas a la FACH, el contrato final es complementario a uno »provisional o base», que se habría firmado en noviembre, y que se mantuvo »en secreto».


La visita que el ministro Jaime Ravinet está realizando esta semana a los Países Bajos no tenía como única razón presidir este viernes la ceremonia de transferencia de dos fragatas adquiridas en ese país para la Armada chilena. El secretario de Defensa también anunció oficialmente la compra de 18 aviones de combate F-16 usados a ese país europeo, en una transacción que tiene un valor aproximado a 200 millones de dólares, tal como había adelantado El Mostrador.cl.



Antes de partir a Holanda, el ministro Ravinet y el comandante en jefe de la Fuerza Aérea, general Osvaldo Sarabia, sostuvieron reuniones con parte de los especialistas y entendidos que conforman la llamada Comunidad de la Defensa, para confirmar y explicar la decisión del Gobierno de proceder con la adquisición de los aviones de combate.



Pero el anuncio del secretario de Estado no significó una gran sorpresa para los expertos civiles, quienes lo esperaban una vez pasado el evento electoral del domingo pasado. El Gobierno quería evitar que el tema fuese instrumentalizado por las candidaturas, y muchos observadores coinciden en que La Moneda hubiese preferido esperar hasta fines de enero de 2006, pasada la segunda vuelta.



Sin embargo, ya no era posible postergar el anuncio. Tal como adelantó este medio hace menos de una semana, la confirmación de la adquisición se hizo inminente luego de conocerse a fines de noviembre pasado que Lockheed Martin Aircraft (LMA), fabricante los aviones, se había adjudicado un contrato por 7,5 millones de dólares para la modernización de los 18 aparatos.



Las informaciones procedentes de Washington indicaban explícitamente que el contrato, otorgado por el Departamento de la Defensa a LMA, tiene por objeto preparar los aviones para su transferencia a Chile.



Las naves llegarán a Chile entre mediados del 2006 y principios del 2007. El plazo concuerda con los términos del contrato adjudicado a LMA, que estipula que los trabajos deben ser completados en noviembre del 2006. El consorcio estadounidense debe proveer equipamiento electrónico y asistencia técnica, para la refacción y modernización de dichos cazabombarderos en Holanda antes de su traspaso a nuestro país.



El contrato



El compromiso para realizar la compra fue suscrito en noviembre y lo que este suscribió el ministro Ravinet con las autoridades holandesas fue el contrato final, donde están detallados las condiciones y plazos para pagar las aeronaves de combate entre los años 2006 y 2010.



Fue a fines de agosto pasado que la FACH y los representantes holandeses llegaron a un acuerdo final sobre las condiciones técnicas, financieras y de plazo para la transferencia de los aviones a Chile. Ese pacto fue inmediatamente presentado a Defensa, que lo aprobó a principios de septiembre.



Sin embargo, el titular de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, junto al director de Presupuesto, Marcelo Marcel, se resistían a autorizar el desembolso, que en su opinión incidiría negativamente en los índices macroeconómicos y la valuación internacional de Chile, al incrementar el gasto fiscal y disminuir el superávit.



Tras un proceso que incluyó muchos y dilatados tira y afloja entre Hacienda y Defensa, y que se habría resuelto sólo con la intervención de La Moneda, Eyzaguirre finalmente autorizó un giro extraordinario de 10 millones de dólares. La suma, con cargo a los excedentes del cobre, que este año superaron los 800 millones de dólares, permitiría pagar el depósito inicial exigido por los holandeses para sellar el contrato.



El contrato final es la confirmación de un acuerdo que se firmó previamente y que se mantuvo «en secreto» hasta después de los comicios parlamentarios y presidenciales. En éste se incluyeron diversas cláusulas de opción de compra para adquirir el restante número de aviones F-16 de segunda mano que ofreció Holanda a Chile.



La razón de no comprar los 28 aparatos de una vez es que el ministro Eyzaguirre insistió en no aumentar más el gasto fiscal, para así no disminuir el balance del superávit, razón por la que se dejaron los 10 aparatos restantes para adquirirlos con cargo al año fiscal 2007.



La forma en que se ha manejado la compra de los F-16 holandeses confirma, una vez más, el excesivo secretismo con que Defensa maneja las adquisiciones. Al igual que en el caso de la compra de las tres fragatas británicas del Tipo 23, el contrato de los cazabombarderos se está anunciando un mes después de la formalización del compromiso legal.



La dura posición holandesa



Con la confirmación de la compra de los F-16 a Holanda se cierra un periodo de casi de tres meses de tensión, que siguió al cierre de las negociaciones entre la FACH y el Ministerio de Defensa de ese país europeo a fines de agosto. Durante ese lapso, la compra de los aviones, que la FACH necesita con urgencia para reemplazar a sus cada vez más costosos y menos efectivos Mirage Pantera y Elkan, estuvo a punto de quedar en nada.



El principal escollo estaba fueron las ya mencionadas diferencias entre Hacienda y Defensa. Mientras, las autoridades holandesas comenzaron a perder la calma y, en octubre comunicaron a sus pares de Chile que la sola firma de un MoU -Memorandum of Understanding, un compromiso de compra que no representa obligación en términos legales- no bastaría para asegurar la transferencia de los aparatos. "Un MoU es algo así como un trato de caballeros, que no es vinculante legalmente", explica un entendido.



Las autoridades holandesas pidieron un compromiso legal, es decir, un contrato, acompañado de un depósito inicial. El contrato debía ser firmado a más tardar a mediados de noviembre o el gobierno de los Países Bajos retiraría su oferta.



La situación revestía gravedad. Ya había habido problemas con el gobierno suizo, que se cansó de esperar por la oficialización de un contrato para la transferencia de 96 tanques pesados Leopard 2 destinados al Ejército. La compra de los tanques suizos venía siendo negociada desde 2004 y ya había un acuerdo respecto del costo, condiciones y plazos. Pero Hacienda no aprobó el giro de los recursos necesarios y los suizos se desistieron, retirando indeclinablemente su oferta.



Varios analistas coinciden en que la repetición de esa situación, en el caso de la negociación con Holanda por los F-16, habría repercutido negativamente en la reputación de Chile entre los proveedores internacionales de equipo militar. Un segundo episodio de la misma naturaleza habría generado desconfianza entre proveedores gubernamentales y privados, que están negociando las ventas de otros equipos como radares y vehículos a las fuerzas armadas chilenas, los que simplemente habrían endurecido sus posiciones y demandas.



Según los especialistas, dicha reputación ya experimentó daño con la dilatación del proceso de selección y decisión del nuevo caza para la FACH, que debía haber sido resuelto en 1997 pero fue recién sancionado en el 2001; y con la cancelación del proyecto de construcción de fragatas Tridente de la Armada, cancelado en el 2004 luego de siete años de estudios y llamados a licitación.



Sin armas



Al igual que en el caso de los aviones del mismo tipo, pero nuevos y más modernos, adquiridos en Estados Unidos, los cazabombarderos F-16 de segunda mano procedentes de Holanda vendrán sin armas.



Incluso, el contrato otorgado por el Pentágono a LMA para modernizar las aeronaves incluye instrucciones para retirarles la capacidad de emplear los sistemas de armas de precisión anti-radar Strike y Harm, cuya venta a Chile no ha sido autorizada por Washington. Se trata de dos sistemas de armas destinados a atacar instalaciones de radares de descubierta aérea y emplazamientos terrestres de misiles de defensa antiaérea de largo alcance.



Sin embargo, el gobierno estadounidense ha autorizado la venta a nuestro país de una vasta variedad de armas que para los F-16. Ella incluiría, según los entendidos, al misil aire-aire de gran alcance AMRAAM, que en un principio también estuvo vetado para Chile.



Sin embargo, la FACH ya ha optado por la adquisición de todas las armas para los F-16, nuevos y usados, en Israel. Según expertos locales, la decisión de la FACH de comprar las armas en Israel persigue evitar la manipulación que Estados Unidos podría intentar ejercer más tarde, mediante el control del suministro de armas.



Según los expertos, la decisión de la institución aérea está dictada por la experiencia del embargo impuesto por EE.UU. a la venta de armas y repuestos a Chile durante los años del régimen militar. Ese embargo generó grandes problemas a la FACH y a la Armada en 1978, durante la crisis que estuvo a punto de desembocar en una guerra con Argentina. "Han pasado muchos años, pero la evidencia indica que Washington sigue empleando asiduamente el suministro de armas y repuestos militares como herramienta de coerción de su política exterior", explica un analista.



Modernización



Se ha anunciado recientemente que los planes de la comandancia en jefe de la FACH y el Ministerio de Defensa apuntan a reemplazar con F-16 a la totalidad de los aviones de combate actuales. Pero esto representa un cambio respecto de los planes originales, que consideraban la selección de un nuevo avión, a fines de la presente década o principios de la siguiente, para reemplazar a los Northrop F-5E Tigre III, que conforman la flota de cazas de intercepción y superioridad aérea de la FACh.



Según los especialistas, la decisión debería ser reestudiada en el corto a mediano plazo, ya que siempre será una ventaja disponer de un avión con las características especiales de un avión interceptor, especialmente configurado para el combate aéreo. Aunque eso se podría lograr con el F-16 -en este caso armado con una combinación de armas aire-aire-, el rol podría ser desempeñado con mayor efectividad por un avión diseñado para el combate aéreo, con mayor agilidad y capacidad de aceleración, como el Eurofighter Typhoon o el Dassault Rafale.



Tanto el Typhoon como el Rafale comenzarán a estar disponibles a costos más accsequibles hacia fines de la década en curso, conforme esos aparatos comienzan a producirse en serie.



En el caso del Eurofighter Typhoon, lo excedentes que producirán los encargos de los países de producen este avión, que para conservar sus niveles de participación industrial en el proyecto han mantenido los planes de compra formulados durante la Guerra Fría, estarán disponibles para países como Chile a precios altamente convenientes.



Y en caso de requerirse una alternativa más económica, estará la alternativa de comprar cazas Boeing F-15 o F-18 de última producción, que debidamente refaccionados también podrían desempeñar el rol de intercepción y defensa aérea muy eficazmente. De acuerdo a los entendidos, un lote de 14 de estos cazas interceptores avanzados bastaría.



Artículos relacionados



Gobierno anunciará compra de los F-16 holandeses en los próximos días (10 de diciembre del 2005)



Compra de los aviones F-16 usados a Holanda entra en tierra derecha (28 de noviembre del 2005)



Lagos dejó decisión de compras de F-16 y tanques para el próximo gobierno (18 de septiembre del 2005)



Ministro de Defensa y FACH reciben primer avión F-16 en EEUU (14 de abril del 2005)



Pilotos de guerra chilenos se entrenarán en Turquía para aviones F-16 (20 de abril del 2004)



Las cartas de Corfo a Lockheed para apurar los offset por los F-16 (26 de enero del 2004)

Publicidad

Tendencias