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Foxley y Velasco, «dos cartas para la continuidad del modelo económico»

Para el economista de Cenda y ex candidato a senador del Juntos Podemos, Manuel Riesco, Alejandro Foxley representa más que nadie la ideología económica de la transición. De especial gravedad es, a su juicio, que asuma la Cancillería, puesto que siempre ha sido »un hombre de los EEUU, y partidario acérrimo de los TLC». Andrés Velasco, piensa Riesco, debiera reforzar la misma línea, según su historial académico.


»La Presidenta electa, Michelle Bachelet ha confirmado, con la designación de su gabinete, la línea de continuidad del modelo económico -opina el economista del Cenda y ex candidata a senador del PC y el Juntos Podemos por Santiago Oriente, Manuel Riesco-. Por lo demás, como recuerda el economista Hugo Fazio en su "Carta Económica" de esta semana, ella misma así lo expresó claramente en su discurso, luego de conocerse el resultado de la segunda vuelta electoral».



"Tras décadas de altibajos económicos -manifestó en esa ocasión- construimos una economía vibrante, que muchos quieren imitar. Los chilenos estamos orgullosos de lo que hemos logrado y ¡vamos a seguir este camino!" (EM 17/1/06). Al parecer, como dice el Washington Post, también citado por Fazio, ella "está a favor de promover la igualdad económica, pero sin cuestionar la política seguida".



«En efecto -agrega Riesco-, la designación de Andrés Velasco en Hacienda y, especialmente, la de Alejandro Foxley en Relaciones Exteriores, apuntan en esa dirección. Foxley representa más que nadie la ideología económica de la transición. De especial gravedad es que haya asumido esta cartera, puesto que siempre ha sido en esta materia un hombre de los EEUU, partidario acérrimo de los TLC, particularmente con los EEUU, que buscó con enorme empeño, y del ALCA.



«Velasco -añade- debiera reforzar la misma línea, según su historial académico. Sin embargo, no lo hemos visto en acción como ministro. En los debates de los encargados económicos de las diferentes candidaturas presidenciales, dio la impresión de ser una persona inteligente y de sólidos conocimientos, que por lo mismo pareció más dispuesto a escuchar otras posiciones que lo que hemos estado acostumbrados en estos personajes. Habrá que darle por algún tiempo el beneficio de la duda».



Para Riesco, «los resultados de este modelo ya los conocemos: una macroeconomía sesgada se ha traducido en baja inflación y crecimiento acelerado basado en exportaciones durante los años 1990, pero una recesión más aguda y prolongada que lo que era inevitable. El nivel de desempleo se ha mantenido siempre elevado y durante la larga recesión ha afectado directamente a no menos de un millón de trabajadores».



Sobreexplotación y desigualdad



«La política económica de la Concertación -añade el especialista- ha introducido distorsiones enormes al subsidiar -regalándolos- la sobre explotación de los recursos naturales. Ha generado una gigantesca y creciente brecha de desigualdad. Los salarios se han recuperado de los bajísimos niveles que dejó la dictadura, pero a un ritmo mucho más lento que la economía, lo cual significa que la participación de los trabajadores en el producto se ha reducido todavía más. Más grave quizás que todo lo anterior desde el punto de vista estratégico, el modelo económico ha dado la espalda a América Latina, aislándonos crecientemente y convirtiéndonos en la punta de lanza de la estrategia de los EEUU en la región.



«Todo lo anterior -concluye- se agrava por que no estamos en 1990, sino en el 2006. Entonces, el modelo estaba en auge, ahora viene en retirada en todo el mundo. En ningún ámbito esta diferencia es tan abismante diferente como en AL. En casi todos los principales y más desarrollados países de la región -y es posible que México complete el cuadro dentro de poco-, se han elegido gobiernos cuya estrategia se orienta en mayor o menor medida en una dirección contraria a lo que ha sido el modelo neoliberal. En otros países de la región que atraviesan períodos más turbulentos, se han ido generalizando gobiernos que asimismo apuntan en una dirección contraria a este modelo y convergen, desde sus realidades, con el camino de integración que predomina en los primeros. Nada de ello ocurría en los años 1990.



«¿Que hará Foxley el día no muy lejano en que Bolivia, Perú y Ecuador ingresen al Mercosur?», se pregunta, por último, quien fue el principal asesor en materias económicas de Tomás Hirsch durante la pasada contienda electoral.




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