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El día en que La Moneda recobró protagonismo en el paro de los secundarios

Presidenta Michelle Bachelet citó al general director de Carabineros para hacerle sentir su malestar por la represión ejercida contra los estudiantes y la prensa, la que calificó como una »violencia repudiable e injustificable». Por la tarde y tras el ultimátum dado por los jóvenes, el gobierno le bajó el perfil al conflicto y el propio Andrés Zaldívar advirtió que »la mesa de diálogo sigue trabajando».


Pese a que el martes el ministro del Interior, Andrés Zaldívar, había señalado que "no tiene por qué estar la Presidenta en el debate", la situación cobró un giro radicalmente opuesto menos de 24 horas después, cuando la propia Michelle Bachelet enfrentó a los medios en el salón Toesca de La Moneda, para repudiar la violencia con que Carabineros reprimió a los escolares y a la prensa.



La mandataria se vio obligada a entrar de lleno en el conflicto secundario, del que se había mantenido al margen y sólo había hecho referencias generales, y lo hizo dando un golpe de autoridad, determinando la remoción del efectivo de Carabineros responsable de la unidad que tuvo a su cargo el control de las protestas registradas el martes.



Bachelet había sido criticada por los jóvenes movilizados, especialmente por su "ausencia» en el conflicto. De hecho, el martes la gobernante mantuvo inalterable su agenda -se reunió con la familia Matute Johns y la abogada Pamela Pereira-, pese a los hechos de violencia que se registraban incluso frente a la sede presidencial.



"He estado permanentemente monitoreando el proceso junto al Comité Político", se justificó la mandataria, aclarando que «no me pareció prudente» hablar sobre el tema, en circunstancias que poco antes el Ministerio de Educación había retomado las conversaciones con los jóvenes.



Si bien La Moneda virtualmente había "intervenido" el Ministerio de Educación la semana pasada, cuando relevó al titular de la cartera, Martín Zilic, del manejo del conflicto y puso en su lugar a la subsecretaria, Pilar Romaguera, lo cierto es que la jornada del miércoles dejó en evidencia el nuevo mecanismo con que actuará el Gobierno para enfrentar las demandas estudiantiles.



La estrategia comenzó a visualizarse desde primera hora, cuando la propia Bachelet se reunió con su Comité Político para abordar el paro escolar y la represión de Carabineros y más tarde, pasadas las 17.00 horas, encabezó un encuentro similar para analizar la jornada y el avance de las negociaciones que lleva adelante Zilic, «resucitado» por los propios secundarios.



Pero entre el primer encuentro y el segundo pasó mucho agua bajo el puente. Antes de las 11.00 horas Zaldívar -que asumió como una suerte de coordinador para la resolución de la crisis- se comunicó con el general director de Carabineros, José Bernales, con quien trató, como era obvio, la molestia del gobierno por la brutal agresión de reporteros y secundarios durante la marcha del martes y se analizó el escenario para las horas que venían y que no era el mejor.



Tras la conversación entre la Presidenta y su jefe de gabinete, el alto uniformado fue telefoneado desde La Moneda para comunicarle que Bachelet quería hablar con él. Inmediatamente, Bernales se trasladó en su auto, pese a que sus oficinas se encuentran a frente de la sede del Ejecutivo.



Después de un encuentro de media hora dio a conocer la remoción del jefe de Fuerzas Especiales, coronel Osvaldo Jara y en su reemplazo quedaría el director de la Escuela de Suboficiales, coronel Patricio Reyes.



La cadena del mando



Aunque legalmente la decisión de alejar de su cargo al prefecto de Fuerzas Especiales es del propio general director de Carabineros, la fuerte molestia del Gobierno por los hechos del martes influyó en la determinación.



Según se explicó en fuentes policiales, ello obedece a la responsabilidad de mando y en este caso funcionó, ya que si bien el coronel Jara no actuó directamente en contra de los secundarios, era el jefe de los policías que estuvieron en la calle velando por el orden público.



Mientras la reunión entre el alto policía y la Presidenta se realizaba en el segundo piso, por la puerta de acceso de calle Moneda ingresaba el presidente del Colegio de Periodistas, Alejandro Guillier, quien también se iba a reunir con Michelle Bachelet.



Aunque el dirigente gremial le advirtió a sus colegas que hablaría a la salida, la situación fue otra. Palacio quería dar una fuerte señal de apoyo a la prensa, y la mandataria acompañó a Guillier en su comparecencia, donde anunció que este jueves presentará una querella criminal contra quienes resulten responsables de la agresión que sufrieron los profesionales.



La mandataria, en tanto, aseguró en forma tajante que "hemos manifestado nuestra indignación, tanto por los periodistas como por los estudiantes, que han sufrido de un exceso, un abuso, una violencia repudiable e injustificable".



Precisó que si bien la policía uniformada debe resguardar la seguridad y el orden público, esto siempre debe llevarse a cabo en el marco de un respeto al Estado de Derecho y a las libertades, razón por la que se ordenó la realización de una investigación interna. «No aceptaremos hechos repudiables como han sido vistos por todos los chilenos el día de ayer (martes)», puntualizó.



Bachelet incluso se mostró confiada de que existirá acuerdo con los secundarios durante las conversaciones que tienen las autoridades del Ministerio de Educación.



Mientras la conferencia terminaba en el segundo piso, el ministro Zaldívar seguía con sus llamados al intendente Víctor Barrueto, luego se reunió con el subsecretario del Interior, Felipe Harboe, y además se dio el tiempo de recibir al ex senador Edgardo Boeninger.



«Queremos buscar el diálogo"



Por la tarde, la decisión de los secundarios de dar un ultimátum para que el gobierno responda sus demandas a más tardar el viernes, no desalentó a las autoridades de Palacio. De hecho, el propio Zaldivar dijo que no había tal ultimátum desde el momento de que los escolares siguen dialogando con las autoridades del Ministerio de Educación.



"La mesa de diálogo está trabajando, no sé de dónde salió la noticia de que se había provocado un ultimátum. Al contrario, se está trabajando en la mesa de diálogo, entonces, creo que es bueno que el país espere con tranquilidad, pero que no se genere esta sensación de que hay una violencia generalizada. Hay grupos que están tratando de provocar este ambiente enrarecido y que están perturbando esta búsqueda de soluciones", señaló Zaldívar al terminar el segundo comité político del día en La Moneda.



Agregó que "ojalá que se reponga la paz y la tranquilidad. Que se vea que hay gente que está interesada en provocar la violencia. Queremos buscar el diálogo junto con los dirigentes estudiantiles", y a su juicio «los dirigentes estudiantiles están actuando responsablemente junto con el gobierno".



Y lo mismo hizo el vocero de Gobierno, Ricardo Lagos Weber, quien señaló que la búsqueda de un acuerdo no está en discusión y aseguró que "el gobierno no funciona con ultimátum", sino que sobre la base de conversar y del diálogo.



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