Admirador del poder que tienen los movimientos ciudadanos en EE.UU. y Europa, este joven abogado está empeñado en que el Gobierno escuche la voz de la ciudadanía en el tema de la criminalidad. Afirma que no es militante de ningún partido político y aclara por qué habían funcionarios del alcalde UDI Francisco de la Maza, recolectando firmas en la manifestación del sábado pasado.
Entre cincuenta y cien correos electrónicos está recibiendo diariamente en su casilla el abogado de la Universidad Católica Gonzalo Fuenzalida (33), quien encabeza un inédito movimiento contra la delincuencia, luego de que hace un par de semanas antisociales amenazaran con matar a la menor de sus hijas, en momentos que asaltaban su domicilio de la comuna de Vitacura.
Fuenzalida actualmente no ejerce su profesión y está dedicado a administrar una tienda de artículos deportivos de su propiedad, está casado con Soledad Urzúa, quien vive de la pintura, y tiene dos hijas: una de nueve meses y otra de dos años y medio.
Desde el traumático asalto decidió que no se quedaría de brazos cruzados y convocó a una manifestación el fin de semana pasado en Plaza Italia, que congregó por lo menos a dos mil personas, según sus cifras, y setecientas, según el reporte de Carabineros, y en la que participaron desde el empresario Eduardo Yáñez, conocido por su lucha por la libertad de expresión, hasta miembros de los "Furiosos ciclistas".
Tras el éxito de la convocatoria, este sábado irá a la plaza de Quilicura para apoyar una nueva manifestación organizada por la comunidad local, que se ha contactado con el dirigente a través del sitio en internet www.victimas.cl .
La simpatía de Barrueto
El abogado pide no hacer dobles lecturas sobre su movimiento, ya que recuerda que éste nació luego del traumático asalto en su vivienda, por lo que no hay maquinaciones políticas en su conformación. Con todo, afirma que no es militante de ningún partido y que ha votado en las elecciones tanto por candidatos de la Alianza como de la Concertación.
"Creo más en las personas que en los partidos. Por ejemplo, antes de la manifestación conversé harto rato con Víctor Barrueto, y lo encontré una persona espectacular, me pareció un tipo de lujo. Hay gente muy valiosa tanto en la Alianza, como en la Concertación", dice a El Mostrador.cl.
"Este no es un tema político, es un tema ciudadano y eso, obviamente, a la clase política le asusta, porque no están acostumbrados, no saben cómo manejarse con los movimientos ciudadanos, porque es un poder que en Chile no se conoce. Yo lo he visto en los otros países, en EEUU, Europa, donde la sociedad civil organizada produce cambios radicales, incluso puede cogobernar", insiste.
Los hombres de Las Condes
Admite que mucha gente le escribe para felicitarlo, para pedir su apoyo, contar sus vivencias, pero también, aunque los menos, para tratarlo de "fascista" o como un hombre de "derecha", lo que él niega tajantemente. Es más, no es partidario ni de aumentar las penas, ni fomentar el uso de armas, ni de reponer la pena de muerte… sólo pide que "las instituciones funcionen".
Al margen de las cifras de la convocatoria, la movilización tuvo eco en el Gobierno y este jueves se reunió con el ministro del Interior, Andrés Zaldívar, a quien le entregó las tres mil firmas que se juntaron en la Plaza Italia, que por lo demás fueron tema de controversia en el blog del movimiento, ya que algunos de los asistentes cuestionaron que éstas hayan sido reunidas por gente cercana al alcalde de la Municipalidad de Las Condes, Francisco de la Maza.
-¿Satisfecho con el resultado de la reunión con el ministro?
-La postura de quien está realizando un trabajo va a ser que está todo bien o que se están haciendo muchas cosas, que los índices de delincuencia se han mantenido, aunque siguen siendo altos, en consecuencia, no es mucho lo que uno avanza en estas reuniones. Ahora, la sensación que tienen los ciudadanos no es igual a la del Gobierno, hay una sensación de desamparo, de miedo, que se viene dando hace muchos años, no es de ahora. El Estado nos ha ido endosando poco a poco la función de seguridad, por lo que hemos tenido que llenar nuestras casas de alarmas, cercos eléctricos, hacer escuadrones casi paramilitares con los vecinos. Llegar a estos puntos es una locura, y un poco nos revelamos a eso porque creemos que el Estado nos tiene que garantizar un derecho constitucional que es la seguridad.
-¿Te complica estar asumiendo el liderazgo de este movimiento?
-Mira, el problema de la delincuencia no es algo de lo que yo me tengo que hacer cargo, ni tú, ni yo, para eso existe un Estado y gente que se le paga por mantener la seguridad en el país. Ahora, este movimiento surge por una razón de ser que es un problema apolítico, transversal, que nos toca a todos y que tiene como fin que el Gobierno nos dé soluciones.
-¿Qué pasó el día de la manifestación, hay algunas personas que se quejaron en el blog porque habían funcionarios vinculados al alcalde de la UDI, Francisco de la Maza?
-Yo tengo un amigo de la infancia, que se llama Rodrigo, que trabaja en la municipalidad y él me ofreció el último día, cuando estábamos un poco desesperados porque no teníamos nada para la manifestación, que podía llevar un par de personas para que tomaran firmas y creo que consiguió cinco a seis personas que trabajan en la municipalidad. Entonces, no falta quien dice que «De la Maza los mandó».
«No somos tontos»
-¿Siente que el Gobierno intenta bajarles el perfil al acusar a los medios de "inflar" el tema de la delincuencia?
-La tendencia (efectivamente) es bajarle el perfil. Felipe Harboe -subsecretario del Interior- dijo que esto es inventado por los medios de comunicación, en la entrevista Andrés Zaldívar me dijo lo mismo. Pero a la larga la manifestación ciudadana es natural, uno no es tonto. El problema de los funcionarios de Estado es que creen que el ciudadano es tonto, que no tiene capacidad de darse cuenta que los problemas y las necesidades no son reales, y lamentablemente son reales.
Estamos peleando para que el Estado baje del Olimpo y se dé cuenta que hay un problema ciudadano, que lo enfrente con hechos concretos y no que le eche la culpa a la prensa, o que diga que está todo perfecto, porque eso provoca que gente se compre una pistola. Creo que llegar a ese extremo es una locura, pero también ese efecto se está produciendo por una causa y ¿cuál es? que el tema de la seguridad está mal manejado.
-Antes de sufrir el asalto en tu casa ¿en qué actividades políticas y sociales participabas?
-Creo que fui presidente de curso una vez, eso es todo. Lo que sucede es que cuando te toca vivir esto hay dos formas de enfrentarlo: una es quedarse encerrado en tu casa y vivir el dolor junto a tu señora; pero con mi esposa sentimos que era un tema que no podíamos dejar pasar, más si tú lees el blog donde aparecen gente que cuenta que le han pasado cosas muchos más brutales que a mí. Pero el tema está en que tuvimos una cámara al frente y la aprovechamos no más y dijimos «¡hasta cuándo vivimos en este clima!», y eso detonó que más gente se uniera. Los que quieran hacer una doble lectura, que hay políticos metidos, están equivocados.
-¿Eres partidario de la pena de muerte?
-No tengo opiniones extremas. Creo que la pena de muerte es brutal, no tengo una opinión formada ni de sí ni de no, porque creo que es un tema que tiene buenos argumentos para ambos lados. También estoy totalmente en contra del uso de armas para autodefenderse, estamos peleando por lo mismo (con el Gobierno) para no llegar a ese extremo, lo encuentro una locura. Si el día del asalto hubiera tenido una pistola, no soy capaz de matar a nadie, creo que es una mala política.
El problema no pasa por aumentar las penas, ni desarticular el sistema judicial que tenemos, el tema pasa por la eficiencia y la gestión, y también por la transparencia y responsabilidad de quienes están metidos en el sistema público.
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